Un búnker en el hospital para custodiar al teniente Luis Gonzalo Segura

Un búnker custodiado por hasta nueve miembros de la polícia militar. Ese era el aspecto esta mañana de la habitación del Hospital Militar Gómez Ulla donde se aloja el teniente Luis Gonzalo Segura, el militar español que ha denunciado irregularidades y abusos en el Ejército. En la puerta de su cuarto individual, en el piso 20, seis soldados custodiaban la entrada y filtraban las visitas. Un comandante dirigía el operativo y otros dos militares aguardaban en una habitación anexa.

En el interior de la habitación se encontraba Luis con su novia. Allí ha sido trasladado tras iniciar una huelga de hambre el pasado viernes en protesta por su ingreso disciplinario de dos meses ordenado por el Ministerio de Defensa. Luis permanece sentado, con una camiseta del Ejército y el chándal reglamentario. Tiene puesta una vía en la muñeca izquierda por la que se le suministra la alimentación y la medicación necesarias.

Sus primeras palabras son de tranquilidad, “estoy bien”, aunque enseguida comienza a quejarse de lo que considera es un “dispositivo exagerado”. Cuando le trasladaron del centro donde cumplía el arresto disciplinario en Colmenar Viejo, vino con escolta, y «eso no puede ser, no soy un delincuente, no estoy arrestado por ningún delito, tengo libertad de movimientos”, afirma visiblemente enfadado.

El teniente denuncia que su caso está siendo tratado por los altos mandos con especial saña. Esta mañana, por ejemplo, cuando bajó a sacar dinero lo hizo acompañado por varios compañeros de la policía militar. «Hasta han formado un cerco a mi alrededor para que nadie se me acercase”, asegura.

En un primer momento se le aplicaron medidas especiales, como limitar las visitas a dos horas y ser vigilado por varios militares, apostados en la puerta. Esa custodia no será tan llamativa en breve. Segura cree que se debe a que hay «buena conducta» por su parte y «ningún problema”. También se le ampliarán las visitas una hora más. Otras fuentes consultadas estiman que ha podido influir en esta decisión, el hecho de que durante este fin de semana varias personas, incluido un periodista, se interesasen por las condiciones en que estaba siendo custodiado. Asimismo, preguntaron por qué sólo podía recibir visitas durante dos horas, en lugar de tres, como es habitual en estos casos.

Luis Gonzalo Segura sigue igual de combativo que antes de ser sancionado. En este sentido, el teniente rechaza las razones del Ministerio de Defensa que ayer en un comunicado justificaba su arresto disciplinario “en la falta de lealtad” y en que en “ninguna de las denuncias presentadas hasta la fecha” por el oficial “se ha encontrado ilícito penal alguno ni motivo de sanción disciplinaria contra los mandos denunciados”.

Para el teniente, los motivos esgrimidos por el Ministerio de Defensa no son suficientes y sospecha de las investigaciones de los tribunales militares: “Ni siquiera me han pedido pruebas, ni el disco duro donde tengo información”. “Es vergonzoso que tenga que ponerme en huelga de hambre para que te escuchen”, se lamenta.

La detención del teniente Segura difundida en los medios ha generado respuestas por parte de la población. Entre ellas, una petición de firmas online dirigida al general Jaime Domínguez Buj, Jefe del Estado Mayor de Tierra, solicitando la «inejecución de la sanción de dos meses» al arrestado. Como argumentos, destaca la «vulneración del derecho a la libertad de expresión del artículo 20 de la Constitución y el 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Desde el pasado domingo, la petición ha superado el 75% de su objetivo, fijado en 1.000 firmas.

Artículo actualizado el 22 de julio, a las 19.00 horas.