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Izquierda Unida sin complejos

"La ciudadanía madrileña debe ser la protagonista de la Convergencia, esta tiene que nutrirse de pueblo y en ella la militancia de Izquierda Unida es un pilar fundamental", reivindica el autor.

Desde su nacimiento, Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid lleva trabajando por transformar la sociedad en la que vivimos, esta sociedad que tanto el PSOE como el PP, en distintas etapas y lugares de la CAM, está dejando irreconocible. De esos barros vienen estos lodos. El Partido Popular se ha metido a saco en convertir nuestra Comunidad en la punta de lanza del neoliberalismo en el estado español y esto nos plantea retos que trascienden nuestra Comunidad.

Las cifras de paro, por mucho que las disfracen, son obscenas y si a ello sumamos el empleo precario y el empleo sumergido, el panorama es desolador. Los índices de pobreza están subiendo de forma alarmante y la infancia empieza a sufrir la subalimentación. Ligado a esto, el ataque a lo público, bien sea la educación, la sanidad o la dependencia y la perversión urbanística, el apoyo a la Jerarquía Católica y a la corrupción, encierran una situación agravada por la criminalización de la protesta social. El Partido Popular de la Comunidad de Madrid ha demostrado sobradamente ser un alumno aventajado de las políticas diseñadas por la Troika para profundizar el sufrimiento de nuestra población.

Padecemos sus políticas y padecemos sus formas. Su máxima bien podría ser: “Madrid es mi cortijo y hago en él lo que me viene en gana”. La población de carne y hueso no contamos más que para pagar impuestos y sufrir la degradación de los servicios. Y para ello tienen como firme aliado al gran capital financiero y a los grandes monopolios de la comunicación que hoy nos venden “Madrid, Ciudad Olímpica” o “Eurovegas, la solución al paro” y mañana manipulan y generan un manto de amnesia para que la desmemoria galope a sus anchas.

Ante esta situación la impotencia y la rabia se acumulan. Pero la esperanza tiene raices populares: “No hay cerdo al que no le llegue su San Martiño” y quien dice que este no pueda ser en las próximas elecciones locales y autonómicas del año próximo. En ellas los de abajo, los trabajadores y trabajadoras podemos darle, en parte, la vuelta a la tortilla y como dice la canción lograr que los “pobres coman pan y los ricos mierda, mierda”. Y digo en parte pues una cosa es tener una mayoría suficiente para gobernar y otra tener el poder para hacerlo y conseguir las grandes transformaciones sociales que se necesitan. Los Florentinos, Botines y demás no nos lo van a poner fácil.

En los últimos 30 años hemos ido tejiendo en la CAM una articulación social que ha costado muchos esfuerzos, horas, coordinaciones, dolores y alegrías. Las AAVV, los huertos urbanos, los grupos de tiempo libre y apoyo escolar, los bancos de tiempo, grupos de solidaridad, los grupos de ayuda mutua, las casas ocupadas, los bancos de alimentos, los grupos de teatro y música barriales, las distintas tipologías de cooperativas y un largo etc. no nacieron por generación espontánea, no nacieron de la nada, sino de la abnegación y trabajo permanente de la militancia anónima que aspira a Cambiar Madrid, de verdad, no en su cosmética. Y no hay que olvidar que el Madrid de hoy no sería el mismo sin el trabajo de Las Mareas, el 15M, los nuevos proyectos comunicativos o la PAH. Todos y todas formamos el Tsunami que queremos Ganar Madrid para transformarla.

En todas estas organizaciones y proyectos hemos trabajado la militancia de Izquierda Unida. Involucrándonos en la construcción y articulación de este rico, variado y complejo tejido social. Algunas veces lo hemos tenido que hacer a espaldas o con las reticencias de nuestra dirección y otras soportando los señalamientos de algunos compañeros/as de viaje acerca de nuestras contradicciones e incoherencias con temas como Bankia y Moral Santín.

Ahora parece que los tiempos madrileños corren a nuestro favor, que la ciudadanía madrileña quiere transformar la sociedad a la que pertenece y que abarca a muchas más personas que las que estamos organizadas en este rico tejido asociativo. Años de indignación, sufrimiento y movilización son la semilla que acaba por dar sus frutos. Sólo tenemos que escuchar las voces de nuestros vecinos/as o de nuestros compañeros/as de trabajo; a aquellas personas que en paro, empleo sumergido o precario o con trabajo decente hacen la compra, van en transporte público, son usuarios de la enseñanza o sanidad públicas, intentar conciliar la vida laboral y la responsabilidad familiar o buscan salidas para empezar su vida independiente, es decir, a la ciudadanía que cada día la barbarie del Partido Popular.

Y para Ganar Madrid y transformarla es necesaria la militancia de Izquierda Unida, aquella que desde el tesón, la ilusión y el trabajo diario está dispuesta, junto a otros y otras, a darle esperanza a la población de nuestra Comunidad. Para posibilitar un Cambio a la izquierda, para los de abajo, para los que sufrimos, en definitiva para nuestra clase. Y para ello necesitamos ponerle contenido a la palabra Convergencia, fijar métodos inclusivos de participación democrática que den la voz a las mayorías afectadas por la crisis, ser generosos y ponerle solidaridad y humanidad a la política, es decir, hacer protagonistas a las mayorías sociales de nuestra comunidad. No podemos permitir que la oportunidad se escape pues generará frustración, división e innumerables recriminaciones entre nosotros mismos. Tampoco podemos permitir que se haga sólo “por los que saben”, “tienen tiempo para innumerables reuniones que parecen no tener fin” o “por los conocidos por salir en los medios”.

Los espacios de encuentro y discusión deben ser racionalizados para poder participar y el poder de los medios no puede ser decisorio. Y al final cuando hayamos tenido claro y consensuado el programa, los mecanismos de participación y los mecanismos de control democráticos, estaremos en condiciones de ver qué perfiles necesitamos para elegir la lista que nos represente y los nombres de quienes deben de hacerlo, pues se tendrá claro que, tal como dicen los zapatistas, su representación es delegada y tendrán que hacerlo obedeciendo a sus bases y si no, tendrán que dejar el lugar a otro/a, pues el tiempo de lucrarse obscenamente de la política tiene que pasar.

La ciudadanía madrileña debe ser la protagonista de la Convergencia, esta tiene que nutrirse de pueblo y en ella la militancia de Izquierda Unida es un pilar fundamental. Los acuerdos tomados en el último Consejo Político Regional referidos a abrirse a la sociedad, primarias abiertas o la constitución, el próximo cuatro de octubre, de la Asamblea de Madrid Ciudad van en esa dirección. El futuro de nuestra Comunidad lo podemos empezar a construir ahora, la militancia de Izquierda Unida no podemos permitirnos que la Historia pase a nuestro lado, tenemos que ser parte imprescindible de ella. La puerta del cambio está abierta y de nosotros y nosotras depende que no se cierre en falso. En mayo de 2015 nos la jugamos.

[* El autor es militante de Izquierda Unida-Comunidad de Madrid]

 

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