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El PSOE y el escorpión

Sólo Pérez Tapias, de Izquierda Socialista, ofrece un discurso diferente, un discurso socialdemócrata; en realidad es el único que dice cosas y sin pasarse.

Dice un viejo cuento anónimo que en el río Níger había una rana muy maja que ayudaba a los animales a cruzar de una orilla a otra. Se los ponía en el lomo y los llevaba al otro lado del río. Hasta que un día el escorpión le pidió que lo cruzara a él. “Oye, que soy maja pero no gilipollas“, debió de responder la rana aunque a los niños se les cuenta con cierta rebaja en el tono. “Si te dejo que subas encima de mí me picarás y moriré.” Pero el escorpión fue bastante inteligente y apeló al rational choice liberal: ¿Cómo te voy a picar? Si te pico te hundirás y como yo voy encima de ti y no sé nadar… moriré yo también“. Así que la rana se echó el escorpión a la espalda y empezó a nadar hasta que a mitad de río, zas, el escorpión la picó. “¿Pero qué haces, insensato? ¡Ahora moriré y tú también!“. El escorpión, un poco aturdido, explicó: “Ya lo sé. Moriré por lo que acabo de hacer. Pero no lo pude evitar. Está en mi naturaleza“.

Llevo contando este cuento desde que en 2011 Rubalcaba fue proclamado candidato del PSOE y pronunció al principio del verano un largo discurso profundamente socialdemócrata en el que proponía un giro de 180º al shock neoliberal que inició Zapatero en mayo de 2010. Al mes y medio de aquel discurso Rubalcaba, con todo el PSOE, estaba votando la reforma del artículo 135 de la Constitución, la constitucionalización del saqueo. Sabía que eso le mataba. A él y al PSOE. Pero no lo pudo evitar. Estaba en su naturaleza.

Igualmente a los pocos días de dimitir Rubalcaba se planteó la sucesión dinástica de la corona. Entonces no sabíamos quiénes serían los candidatos, pero sí cuál sería su naturaleza. En una entrevista farsa al futuro secretario general del PSOE (que escribí antes de que se supiera que Juan Carlos se pirab) la primera pregunta era esta:

-¿Es usted republicano?

-El PSOE viene de la tradición republicana y sin duda tiene corazón republicano. Pero nos centramos en los problemas que de verdad interesan a la gente. Y, mire, honestamente, creo que a la gente le interesan otros problemas y que todos los españoles reconocen el papel fundamental que hizo el rey en la Transición.

No hacía falta ser adivino. Está en su naturaleza. No sólo en la del PSOE, en la de toda la socialdemocracia. No sé si desde la II Guerra Mundial. O desde la ruptura entre socialdemócratas y revolucionarios alemanes al final de los años 10. Qué más da. Los partidos socialdemócratas, desde hace tanto que ya forma parte de su naturaleza, se han incrustado en las estructuras de poder. Durante bastantes años eso les permitió introducir reformas importantes que beneficiaron a la gente que vivía en países capitalistas. En los años 50 y 60 la Europa del oeste desarrolló un “estado de bienestar” del que el propio capitalismo se benefició tanto por la paz social que generaba (especialmente importante con una alternativa socialista al otro lado de Europa) como por ser una forma de organización del capitalismo más eficaz que el suicida neoliberalismo que vino después. Hubo un tiempo, pues, en que la socialdemocracia era una pata del poder, una de las dos patas del capitalismo, pero una pata que hacía cosas distintas. El capitalismo era flexible, esa era su principal fortaleza. Y permitía versiones sensiblemente distintas.

Pero eso se acabó. Esa característica esencial del capitalismo, su extrema flexibilidad, ya no existe. Por primera vez en la historia reciente del capitalismo ante una gran crisis económica el capitalismo no ha sabido encontrar otro modelo. En los años 30 respondió a la crisis del 29 con keynesianismo; en los años 70 y 80 respondió a la crisis del petróleo con neoliberalismo; ahora se ha respondido a la crisis radicalizando el neoliberalismo, esto es, en vez de buscar un nuevo modelo de desarrollo capitalista ante la crisis del anterior, por primera vez el capitalismo es tan rígido que sólo puede radicalizar el modelo en crisis.

Y en estas se encuentran el PSOE y su naturaleza. Lo más sorprendente del proceso de elección de secretario general del PSOE es la nada. La absoluta nada que se debate. Sólo Pérez Tapias, de Izquierda Socialista, ofrece un discurso diferente, un discurso socialdemócrata; en realidad es el único que dice cosas y sin pasarse. Curiosamente es el único que no cuenta con ninguna posibilidad; que incluso sorprendió alcanzando los avales necesarios, según las malas lenguas gracias a que a uno de los dos candidatos le interesaba un voto más dividido. Qué más da. En el difícilmente imaginable supuesto de que ganara la duda estaría en si le harían un Borrell o el PSOE entraría en una división a lo UCD. O si simplemente haría como el escorpión y tras haber anunciado solemnemente un discurso picaría a la rana aún a costa de su muerte. Lo que nadie se imagina es a la pata socialdemócrata del régimen del 78 siendo coherentes con un discurso socialdemócrata. De ser así uno sería partidario de la confluencia con una socialdemocracia coherente que en este momento de la Historia sería rupturista. Pero no va a pasar.

En el probable caso de que no gane Pérez Tapias uno ya ha perdido la ilusión de que la gente de izquierdas que quede en el PSOE rompa (como hicieron otros en Francia y Alemania, por ejemplo) y apueste por formar parte de una alternativa de cambio real. Llevan tanto tiempo sin dar un puñetazo sobre la mesa que también parece que esa aparente contradicción forma parte de su naturaleza.

Por primera vez desde hace mucho tiempo no existe gran expectativa ante el nuevo liderazgo en el PSOE. Según parece ni la propia afiliación del PSOE parece demasiado interesada. Acaso fuera revelador que los candidatos programaran su debate a las 13h de un día laborable. Como si supusieran que nadie salvo liberados y cargos públicos tiene afiliación activa, como si esos supuestos 200.000 afiliados correspondieran a un censo zombi de un partido que sólo tiene esqueleto, un aparato burocrático al servicio de un régimen que no permite más reforma que la reforma reaccionaria.

No son tiempos en los que ilusione un mero cambio de cara. La gente sufre. Ilusiona mandar al guano a los culpables del sufrimiento, ilusiona cambiar el país. Toda reforma progresista, por tímida que sea, aparece como revolucionaria. Nada que no sepan en el PSOE, nada que no reflejen las caras tristonas de Madina y Sánchez. Saben que ya todas las ranas saben lo que está en su naturaleza. Pero volverían a picar si les dejáramos una y otra vez. Está en su naturaleza.

faldoncino

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Comentarios
  1. Excelente y certero artículo.
    Para desgracia del PSOE y de la izquierda el PSOE está empeñado en desaparecer.
    Pérez Tapias era la esperanza del giro a la izquierda que pedían las bases y que a la gente de la izquierda nos hubiera gustado que se hubiera producido.
    Hace años que se traicionaron a ellos mismos y éso nunca da buen resultado.

  2. Me parece un artículo maravilloso y muy acertado en sus conclusiones sobre el PSOE y la socialdemocracia europea en general.

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