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Un policía la emprende a puñetazos con una mujer que lo llamó “acomplejado”

La versión ofrecida por la Policía Nacional dista bastante de lo que este periódico pudo ver y de los testimonios de los testigos

MADRID // Un agente de la Policía Nacional, grande y musculado, la emprendió en la noche del pasado lunes a puñetazos contra una mujer, junto a la Gran Vía de Madrid. Tras propinarle unos cinco duros golpes en el pecho, el agente redujo a la mujer en el suelo, la esposó y la trasladó en el coche policial. “Eres un acomplejado, por eso me tratas así. Estás acomplejado”, fue lo último que pudo decir la mujer antes de caer en el suelo tras recibir los golpes.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 23.15 horas en la calle Desengaño, justo en la esquina con Mesonero Romanos, un enclave visible desde la Gran Vía madrileña. Como testigos de lo que sucedió, algunas trabajadoras del sexo habituales de la zona, proxenetas, algunos clientes, unos pocos viandantes y este periódico. A pesar de la brutalidad y contundencia policial, ninguno de los testigos presentes reprochó nada a los agentes, que se llevaron a la mujer en el coche policial, ya esposada.

Previamente a la detención, la mujer, de entre 40 y 50 años, le pidió varias veces el número de identificación profesional al agente. “Quiero el número de placa. Tengo derecho a que me des el número de placa”, exigió la mujer, a gritos. Ambos se miraban cara a cara, a muy poca distancia, desafiantes. El policía nacional en ningún momento mostró su disposición a identificarse, tal y como está obligado. Fue entonces cuando la mujer empezó a llamarlo “acomplejado” para terminar reprochándole: “Eres un acomplejado, por eso me tratas así. Estás acomplejado”. Las palabras de la mujer parecieron surtir efecto en el joven, moreno y robusto policía, que con los puños cerrados empezó a golpear a la mujer en el pecho. Fueron golpes rápidos, limpios y contundentes. Entre cinco y seis, que tumbaron a la delgada mujer.

Dos prostitutas, que fueron testigos de la agresión, y que pidieron no ser identificadas, aseguraron a La Marea que la mujer es una conocida de la calle Desengaño y que suele “estar borracha”. Según estos testimonios, la detenida en ningún momento agredió a los agentes. “Estaba haciendo lo que hace siempre, insultarnos a nosotras, pero nada más. La mujer no está bien, pero no había hecho daño a nadie”.

Los hechos, según fuentes policiales

La versión ofrecida por la Policía Nacional dista bastante de lo que este periódico pudo ver y de los testimonios de los testigos. Según una portavoz oficial, los agentes fueron requeridos por la dueña de una tienda de comida, a la que la mujer estaba insultado. Una vez que llegó la patrulla policial la mujer se negó a identificarse.

“Les dijo a los agentes que era de ETA y que no sabían con quién estaban hablando. Luego intentó huir hacia Gran Vía. Al no conseguirlo, agredió al agente con un mechero en el pómulo izquierdo”, según explicó la portavoz policial a La Marea, que asegura que el agente cuenta con un parte de lesiones. En el informe policial no aparece, según las respuesta de la portavoz, ni los puñetazos a la mujer ni la negativa del agente a identificarse.

La mujer, que permanece detenida, fue trasladada a un centro de salud, según la portavoz policial. Una vez ante el médico “se negó a ser reconocida”.

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Comentarios
  1. Hace un par de meses avisé a un compañero de que un municipal multaba su coche mal aparcado en el propio vado de nuestro centro de trabajo. Bajó rápido, se identifico y, acto seguido, lo retiró. El agente le dijo que aunque fuera de la empresa no podía aparcarlo ahí y que lo quitase que no lo sancionaba.

    Al mes llega la multa pero lo grave es que en el parte pone «no entregada por no personarse el conductor del vehículo».

    Esta es la veracidad de nuestra policía y lo único que podría servir son las grabaciones de las cámaras pero se machacan a la semana por la protección de datos.

    Es un ejemplo tonto pero así funciona la veracidad policial.

  2. Hay que acabar con la presunción de veracidad de la polica en virtud de la cual mienten cuando les viene en gana.

  3. Lo horripilante socialmente del asunto es la enorme diferencia entre el atestado y lo que pudo observar directamente este periódico como testigo directo. La policía miente, esa es la conclusión y ese el estado de las cosas.

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