La empresa municipal Madrid Destino gestiona el Conde Duque sin licencia

MADRID //  “En cuanto al Conde Duque, ya les he comentado que estamos en esa fase de tramitación de la cesión de la gestión directa a Madrid Destino” dijo el delegado del Área de Gobierno de Las Artes, Deportes y Turismo, Pedro María Corral, en el Pleno celebrado en el Ayuntamiento de Madrid el pasado 21 de abril. El centro cultural Conde Duque es un edificio municipal cuya gestión corre, o debería correr, por cuenta del Consistorio de la capital. Sin embargo, desde que volvieron a abrir sus puertas, en junio de 2012, fue primero Madrid Arte y Cultura SA (MACSA) y después Madrid Destino quien parece haber heredado estas funciones, aunque, tal y como reconoció Corral, no se le haya cedido formalmente su gestión.

Según lo define la portavoz de UPyD en el Ayuntamiento, Patricia García, “lo que se está dando en el Conde Duque es una situación de alegalidad, de uso irregular del espacio, porque Madrid Destino no puede disponer de espacios que no son suyos”. Una situación no reglada que también está ocurriendo con el personal que trabaja en este centro dado que, a pesar de depender del Ayuntamiento, es la empresa municipal la que organiza y da instrucciones a los trabajadores.

La alerta saltó también a través del portal Filtrala, la plataforma de filtración de documentos en la que colaboran La Marea, eldiario.es, Diagonal y Mongolia.

Fue en 2005 cuando el gobierno municipal, entonces liderado por Alberto Ruiz Gallardón, presentó el proyecto para reformar el edificio, que iban a comenzar en 2009, y que se enmarcaba dentro de un plan director que se iba a extender hasta 2012. El presupuesto estaba cifrado en 41 millones de euros. En el verano de 2011, la inversión se había elevado hasta los 56 millones y medio de euros. El dinero total invertido, una vez concluyeron estas reformas, fue de 70 millones de euros. Una cantidad que no contemplaba los costes asociados a la pérdida de los ciudadanos por no poder acceder, durante tres años, a las instituciones culturales que alberga, tales como Archivo de la Villa, la Hemeroteca, la Biblioteca Histórica, la Musical o el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.

A pesar de tener un sobrecoste de casi el 100%, el resultado de las obras no ha sido del todo satisfactorio ya que, además de no haber recuperado su posición como referente cultural de la capital, las reformas no parecen haber tenido el éxito que se esperaba. La biblioteca municipal, que también alberga este complejo de más de 60.000 metros cuadrados, tiene el segundo piso sin terminar, la biblioteca musical presenta problemas de insonorización de las cabinas, y el Museo de Arte Contemporáneo lleva tres años cerrado aunque, para compensarlo, hay una parte ínfima de la colección, cerca de 60 cuadros, que se está exhibiendo en una disposición de la sala de exposiciones que inauguraron en el mes de abril.

Toda una seria de problemas relacionados con este centro cultural que, en gran medida, según la opinión de Patricia García, provienen del descontrol que impera en este edificio. “Hay que clarificar de quién es el edificio, quién lo controla y poner a un responsable para armonizar las diferentes instituciones y los diferentes usos que se le da a este espacio, de forma que si hay algún problema sepamos a quién debemos dirigirnos”, sostiene.

Según afirma, dado que más de la mitad del espacio está ocupado por instituciones que dependen del Ayuntamiento, del Área de las Artes, “y que son muy relevantes para los madrileños, el edificio debería estar gestionado por la Administración y no por una empresa municipal”. Esto no implica que “otra parte del edificio pudiera adscribirse a Madrid Destino para que organizara las actividades que le encomendara el Ayuntamiento. Pero esto hay que hacerlo de forma limpia, con papeles, para aclarar qué espacio va a usar la empresa y cuáles la Administración Pública, y qué uso se le va a dar” asegura.

Aunque la situación debería de estar regularizada por ley, la realidad es que el personal de Madrid Destino va a hacer físico su control sobre el Conde Duque, ya que el personal que tiene repartido entre diferentes lugares de la capital como la Casa de la Panadería o el Palacio de Congresos está a punto de trasladarse al centro cultural e instalar allí, de forma oficial, su centro de operaciones. Por su parte, el responsable del Área de Las Artes, Deportes y Turismo del Ayuntamiento lleva desde 2012 repitiendo que la cesión de la gestión se encuentra en fase de tramitación. Cuando comenzaron con este proceso, la empresa que se iba a ocupar del centro cultural era MACSA.

Tiempo después, la concentración de esta empresa, Madrid Espacios y Congresos y Madrid Visitors en lo que hoy es Madrid Destino, según alegaron desde el Partido Popular, los obligó a volver a empezar de nuevo con el procedimiento, a pesar de que los trámites antiguos estaban ya en una fase muy avanzada. Una situación caótica que ha derivado en que la empresa municipal este gestionado sin los permisos pertinentes el Conde Duque y que, según la portavoz de UPyD en el Ayuntamiento, se ha convertido en un “caso claro y paradigmático de la incapacidad” de los dirigentes populares. “Más que una mala intención, veo un ejemplo clarísimo de mala gestión porque no saben por dónde tirar”, concluye tajante.