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Misión fallida en Oriente Próximo
Durante su viaje por Irak este semana, el secretario de Estado de EEUU John Kerry ha podido comprobar los resultados nefastos de la intervención de Washington en la región
A principios del siglo XXI el mundo árabe era una región relativamente tranquila. Los regímenes autoritarios que mandaban en prácticamente todos los países ejercían un control férreo sobre sus poblaciones con todo el manual de la represión. Aun así, la mayoría de los dictadores se llevaban bien con EEUU y el resto de Occidente, como el coronel Muamar Gadafi en Libia, Hosni Mubarak en Egipto y, sobre todo, las monarquías del Golfo Pérsico. Por otro lado, también había algunos villanos, como Bashar Al-Asad en Siria, Sadam Hussein en Irak y el régimen de los ayatolás en la vecina Irán.
Entonces se produjeron los atentados terroristas del 11-S en EEUU y el presidente George W. Bush decidió que era hora de dar un golpe en el tablero de Oriente Próximo. Invadió Irak con la excusa de la existencia de armas de destrucción masiva y la presencia de terroristas de Al Qaeda. Cuando ya era innegable la falsedad de estos datos, Washington declaraba como nuevo objetivo llevar la democracia a la zona.
Barack Obama ha sido menos belicoso que su antecesor en la Casa Blanca, pero también se apuntó a la noble misión de contribuir a la democratización del mundo árabe, tal y como expuso en su histórico discurso en la universidad de El Cairo en 2009. Efectivamente, las revueltas de la Primavera Árabe se llevaron por delante a unos cuantos dictadores, como Gadafi y Mubarak.
Sin embargo, hoy la región está hundiéndose en el caos absoluto y la paz está más amenazada que nunca. Los yihadistas del Estado Islámico de Irak y Levante (EILL), una escisión de Al Qaeda, han conquistado grandes partes de Irak y la vecina Siria, y amenazan a otros países como Jordania y Turquía. En Libia, esta semana se celebran elecciones, tras desgastarse tres primeros ministros en cuatro meses, y con el país partido entre facciones enemistadas.
En Egipto, el ejército acabó con la Primavera Árabe con un golpe de Estado y actualmente ejerce una represión más brutal que en tiempos de Mubarak, con el beneplácito de Washington, que ni se inmuta ante la bestial condena a muerte de 180 miembros de los ilegalizados Hermanos Musulmanes por el asalto a una comisaría en el que murió un agente. La guerra civil en Siria ha producido el mayor número de refugiados en el mundo. Solo las monarquías del Golfo han salido indemnes tras aplastar sin problema algunas revueltas menores.
El secretario de Estado John Kerry está de viaje por la región, donde puede comprobar el fracaso rotundo de la intervención de EEUU. No hay nada que se parezca a una democracia ni tampoco se ha derrotado al terrorismo islamista, más bien todo lo contrario. Cientos de musulmanes europeos, de España, Alemania, Reino Unido o Francia, están luchando con los yihadistas en Siria o Irak y se teme que pueden traerse la guerra santa de vuelta a casa. Y mientras, se ha disparado el precio del petróleo por la inestabilidad en la región. Pero controlar el oro negro, por supuesto, no figuraba en el plan original de Bush.
Artículo publicado en El Heraldo de Barranquilla
Seguro que el termino fallido es correcto? Ciertamente tengo serias dudas al respecto… Creoq que habría que reconsiderar las verdaderas intenciones de los poderes occidentales en la región…