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La II Universidad Popular de verano regresa al madrileño barrio de la Latina
El Campo de la Cebada se transforma en campus para acoger jornadas de trabajo los días 27, 28 y 29 de junio
El Campo de la Cebada acoge por segundo año consecutivo la Universidad Popular de verano con más de 30 propuestas sobre la comunicación personal, la crisis de los partidos políticos y la construcción y destrucción de Madrid de cara a las elecciones municipales. La iniciativa busca ofrecer un lugar de reflexión en el que los participantes contribuyan como alumnos y profesores en un proceso de “autoformación”.
La idea surge en una de las asambleas del Campo, en la que los integrantes deciden, a partir de la experiencia de la Uni en la Calle, realizar una puesta en común de sus trabajos colaborativos y extender la propuesta a otros colectivos dedicados a actividades similares. La asamblea selecciona el grupo que gestionará el campus y este año el grupo C4C vuelve a planificar el programa de la Universidad Popular. El equipo se encarga de seleccionar los temas que han ofrecido los ponentes a través de una convocatoria pública.
Rubén Caravaca, miembro del C4C, considera que las clases en el campus proponen un modelo alternativo de educación basado en la experiencia y la reflexión personal, ofreciendo un aprendizaje muy diverso. Las intervenciones tienen la duración de 20-25 minutos y son conducidas por profesores, expertos y vecinos, seguidas de un coloquio de la misma duración en el que todos pueden participar.
Un espacio de difusión cultural
El solar del Campo de la Cebada se origina tras el derribo de una piscina pública. Los vecinos y vecinas de La Latina decidieron transformar la plaza en un espacio público de difusión cultural. Además, la implicación de asociaciones, colectivos, entidades y personas ha permitido el desarrollo del espacio que acoge actuaciones, talleres y competiciones deportivas.
La asamblea pretende que el campus continúe durante todo el año, y por ello buscan lugares donde impartir las clases durante los meses de temperaturas extremas. Por el momento se ha planteado la posibilidad de utilizar espacios destinados a la cultura o incluso expandirse fuera de la capital.
Cualquier cosa puede llamarse en este pais Universidad. Yo voy a montar otra en el patio de mi casa para reflexionar sobre el lenguaje onírico y su repercusión en la política internacional, por ejemplo.