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Pérez Tapias: “La llamada gran coalición es una gran trampa para la izquierda”

El candidato a la secretaría general del Partido Socialista apuesta por un proceso constituyente en España y por la apertura de su partido para recuperar su espíritu de izquierdas

MADRID // José Antonio Pérez Tapias representa ese sector a la izquierda del PSOE dentro del propio partido. Se presenta a la secretaría general de la formación tras la crítica abierta que ha realizado en los últimos años a la gestión del grupo socialista. Fue uno de los pocos que en el proceso de la reforma del artículo 135 de la Constitución impulsada por su partido se negó a votar en el hemiciclo y optó por ausentarse de la sesión.

¿Por qué toma la decisión de presentarse a la secretaría general?

Después de analizar la situación del partido, tras las últimas elecciones europeas, llegamos a la conclusión de que era necesario ofrecer la posibilidad de un proyecto nuevo para el Partido Socialista. Un proyecto nuevo que sitúe al partido claramente en la izquierda y que los ciudadanos puedan percibir que ofrece una alternativa consistente, creíble, de tal manera que podamos reclamar de nuevo su confianza.

¿Entiende usted, por tanto, las elecciones europeas como un toque de atención de la ciudadanía hacia la izquierda?

Sí, yo creo que la ciudadanía lo que espera es que el Partido Socialista cumpla lo que promete y desempeñe ese papel transformador y reformista, ese papel de defensa de los trabajadores y trabajadoras, y de jóvenes y mayores. Queremos ofrecer nuevas formas de organización y de comunicación que abran el partido a ciudadanos y colectivos, y lo saquen de esa situación en la que lamentablemente nos vamos viendo, no solo en términos electorales sino también en términos de realidad social.

¿Por qué cree usted que el PSOE ha llegado a esa situación de la que se lamenta y para la que plantea un giro brusco?

Tampoco nos queremos plantear una partida desde cero. Estamos en un partido con muchos años de historia, 135. Se trata de recoger todo ese legado y potenciarlo hacia el futuro. Esto ha llegado por las políticas que se han hecho, por no habernos renovado lo suficiente y porque esos ajustes, recortes, y esa actitud tan timorata en la oposición en estos dos últimos años frente al PP han hecho que el partido haya ido perdiendo esa credibilidad que en otros momentos pudo recabar de la ciudadanía.

Es cierto que esta situación de crisis del PSOE no es algo que aparezca en solitario, sino que la socialdemocracia europea en general necesita un toque de atención, ponerse al día en coordinación con otras fuerzas de izquierda en esta UE que está pasando también por un mal trance.

¿Ve viable conseguir los aproximadamente 10.000 avales necesarios?

Sí, yo creo que sí. Todas las personas y colectivos que están trabajando conmigo de cara a obtenerlos estamos convencidos de que lo vamos a conseguir. Lo que vamos a representar en el seno de esta pluralidad legítima que el Partido Socialista representa puede recabar suficientes apoyos de los militantes.

En cuanto a la democracia interna, ¿es necesaria una renovación democrática interna del PSOE? Le pongo el ejemplo de “un militante, un voto”, que es un modelo que se ha tomado a última hora.

Sí, por supuesto. Hemos ido avanzando en medidas en esa dirección en los últimos congresos, pero siempre nos hemos quedado un poco atrás en ciertas expectativas y desde luego en ciertos planteamientos que desde Izquierda Socialista y otros sectores hemos señalado. “Un militante, un voto” es algo que venimos sosteniendo desde hace tiempo, así como la cuestión de primarias abiertas, nuevas formas de militancia o nuevas formas de ejercer la presencia del partido en colectivos ciudadanos y en el tejido social.

Tenemos que hacer una puesta al día de unas estructuras que fueron pensadas y diseñadas para un Partido Socialista de hace mucho tiempo. A estas alturas del siglo XXI, con nuevas tecnologías, con nuevos medios de comunicación y una población muy distinta, muy plural, ésta exige un partido socialista capaz de organizarse de otra manera.

Con esa serie de cambios que lleva reclamando hace tiempo desde Izquierda socialista, ¿se siente solo en el PSOE o cree que existe una base mayoritaria que pide esos cambios?

No, no me siento solo en absoluto. Presentarme con mi candidatura de cara a este congreso extraordinario es una opción personal pero no en solitario. Creo que la opción que presentamos cuenta con el respaldo de amplios sectores de nuestras bases y se enmarca en ese intento de que el partido sea capaz de darle el protagonismo que se merece a su militancia y que deje de ser un partido a veces tan jerarquizado, donde las dificultades de comunicación con la ciudadanía también se experimentan dentro, entre las bases y su dirección.

Ha hablado antes de las primarias abiertas. ¿Tendrían que haber sido antes del congreso para elegir secretario general?

La verdad es que esperábamos que las primarias hubieran sido ese momento de volcarse al contacto con la ciudadanía y que fuera esta la que participara de lleno en el proceso electoral para elegir a quien fuera la persona que encabezara la candidatura del partido en las próximas elecciones generales. Eso era lo que estábamos pensando que era el calendario próximo, pero bueno, se tomó esta decisión.

Muchos y muchas pensamos que esto tenía que haber pasado por un comité federal, dada la gravedad de la situación y de la importancia de las decisiones tomadas. No se ha hecho así, lo lamentamos y así lo hemos hecho desde nuestra posición, crítica al respecto. Pero lo importante es que estamos ya en este proceso, son las reglas establecidas y estamos bajo esas reglas, aunque en algunos puntos hayamos manifestado nuestra divergencias o nuestro punto de vista crítico sobre los procedimientos.

Ya ha dicho que no quiere presentarse a la presidencia si alcanza la secretaría general, ¿por qué?

Es una decisión personal que ofrezco al partido con mi candidatura, muy pensada, y no solo en este proceso, sino que es un tema que tiempo atrás lo he reflexionado bastante. Creo que una democracia interna se refuerza llevando la división de poderes al centro del partido.

Hay que distinguir entre lo institucional y lo orgánico; hay que distribuir el poder, socializarlo dentro del partido mismo. Por eso, distinguir quién desempeña la secretaría general y quiénes han de presentarse a un proceso de primarias para la presidencia de España ayuda a profundizar en la democracia interna.

El PSOE sería mucho más dinámico, capaz de dialogar y decidir sin verse hipotecado por lo que ocurra en los ámbitos institucionales. El partido tiene que ser capaz de conservar su voz crítica, de propuestas. Esto abriría una puerta para que la ciudadanía vea en el partido socialista otras posibilidades, un partido mucho más activo, un ámbito de debate y de reflexión política.

Además, al decir yo que no me presento asumo que las primarias deben celebrarse como están previstas y han sido aprobadas, y me comprometo a que así sea, garantizando que este secretario general, si así es la voluntad de la militancia, adoptará una posición neutral de imparcialidad.

¿Qué opinión le merece la dimisión de Navarro al frente del PSC? No es la primera dentro del partido. ¿Este clima dentro del PSOE se va a solucionar con una nueva secretaría general?

El PSOE está notando los resultados electorales y ese sentir que viene de tiempo atrás, además de la falta de confianza. Dimitió Patxi López, el PSC ha visto cómo ha dimitido Pere Navarro, y ahora lo que hay que hacer es poner todas esas estructuras del partido al día y actuar de forma coordinada para que, tanto desde la nueva secretaría general como desde el Partido Socialista de Euskadi y desde el PSC, como desde todas las federaciones, cobremos nuevo impulso.

Se trata de que la sociedad española, esté donde esté, nos vea como un partido capaz de ofrecer un proyecto para España, un proyecto de reforma federal para el estado de las autonomías. Pongo en el horizonte un Estado plurinacional, donde la convivencia social en nuestro marco político se vea relanzada en un nuevo pacto constitucional.

En los últimos días, el diputado Odón Elorza se abstuvo en la votación para la ley orgánica de sucesión y será sancionado por el partido como consecuencia. ¿Qué opinión le merece?

La actitud del compañero diputado Elorza no sólo me parece una posición respetable sino también muy digna, con muchos argumentos a favor. Se produjo en un debate en el grupo parlamentario y se tomó la decisión que defendía una parte mayoritaria, pero eso no es incompatible con que determinados diputados tuvieran una posición que en conciencia les llevara a presentar un planteamiento distinto.

Hubiera preferido, como defendió el señor Elorza en el grupo parlamentario, que al menos se hubiera dado la posibilidad de libertad de voto en un asunto que es importante, de la máxima relevancia. El Partido Socialista podría haber reflejado sus posiciones plurales en su seno y de alguna manera cómo esa memoria republicana se hace valer ante la ciudadanía.

Dicho eso, creo que hay que ir a un proceso constituyente donde en su momento pueda plantearse lo que la ciudadanía espera que ocurra, que es un referéndum sobre monarquía o república, sobre su forma de Estado y su jefatura. Eso corresponde plantearlo a un Partido Socialista que se hace cargo de su memoria y de su tradición republicana, un republicanismo que no se resume sólo en la forma de Estado, sino que indica un concepto de democracia y de ciudadanía que parte de los orígenes socialistas.

¿Era éste el momento de hacer el referéndum o cree que es algo a plantear en el futuro?

Creo que éste es un tema que andaba soterrado y que ha emergido. Es un tema que en el futuro va a seguir y nos va a acompañar, por lo que requerirá una respuesta política adecuada que tiene que ser seria y en la que vayamos acompasando el principio democrático de dar voz a la ciudadanía y el de legalidad, de atenernos a los procedimientos que marcan nuestra constitución. Tenemos que movernos siempre en ese proceso de un marco constituyente, donde hay que abordar otras muchas cosas.

¿Qué más hay que tratar en ese proceso constituyente?

Como digo, se debería plantear esa reconfiguración del Estado de las autonomías como un Estado federal plurinacional. Las autonomías tienen que llevarse a un nuevo planteamiento donde no sólo se aborden cuestiones relativas a distribución de cargas y beneficios, sino que ha de abordarse una cuestión de reconocimiento político de la pluralidad nacional que existe en la realidad política española.

En la Transición se resolvió esa cuestión nacional a través del título octavo de la Constitución y creo que en este momento lo que hay que abordar de manera más explícita es la cuestión de las naciones que conviven en la realidad política española. Hay que darle un reconocimiento adecuado a través de un nuevo pacto constituyente en términos federales.

El 9-N está prevista esa consulta en Cataluña. ¿Cree usted que se va a hacer? ¿Cree que se debe?

Creo que en este caso, en el tiempo que resta hasta el 9-N, nuestras instituciones, los líderes políticos, los partidos catalanes y del estado debemos hacer todo el esfuerzo posible de diálogo y de encuentro para ponernos a buscar una salida que suponga nuevos puentes. De este modo, hay que darle un enfoque a esta situación de una manera que no sea ni mucho menos traumática, que respete el principio de legalidad, que se pueda dar voz a la ciudadanía de Cataluña.

También habría que distinguir por otra parte entre derecho a decidir y derecho a la autodeterminación, que de manera errónea se han tendido a asimilar como iguales y no tiene por qué ser así. Por tanto, hay que encontrar una forma de salir de un bloqueo que puede ser pernicioso para todos. La inteligencia política y la conciencia democrática nos pueden abrir paso para abordar todo ello y hay que poner sobre la mesa una hoja de ruta. Se trata de alcanzar ese horizonte de proceso constituyente en serio y sentarnos todos a hablar del asunto.

En Cataluña hay una voluntad clara de que la población ejerza ese derecho a decidir, y en ese concepto hay un porcentaje alto de ciudadanos con una determinada posición soberanista, o como queramos denominarla, y hay otro porcentaje con otras posiciones políticas. Ante ese panorama, hay que tomarse las cosas con sosiego y desde convicciones democráticas profundas, dando paso a una interpretación de la realidad que contribuya a solucionar los problemas en vez de a agravarlos.

Para terminar, las generales no están muy lejos en el horizonte. ¿Ve posible un gobierno PSOE-Podemos si la nueva formación sigue su ascenso?

El fenómeno Podemos, vamos a llamarlo así, tiene un carácter sintomático en tanto que otras formaciones de izquierdas, incluido el PSOE, no hemos sido capaces de ofrecer lo que esperaba una ciudadanía que ha desplazado su voto hacia esta nueva formación. Por lo tanto, vamos a ver cómo va la evolución de Podemos.

En cualquier caso, lo que yo propugno en esta reubicación del Partido Socialista en la izquierda es que apueste por trabajar  en ese seno de la izquierda plural y diversa, construyendo nuevas mayorías por ese lado, nuevas coaliciones, si eso implica establecer un dique democrático a las políticas neoliberales que la derecha está ejecutando sin ningún miramiento ni consideración. En muchos casos es la ciudadanía la que tiene que padecerla.

Creo que no se trata de buscar esos pactos al tipo de la llamada gran coalición, que es una gran trampa para la izquierda y concretamente para el PSOE, sino de mirar a la izquierda, sea con los grupos que sea, tanto en España como en el seno de la UE .

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Comentarios
  1. Pues al parecer ya hay presiones en algunos lugares para que la militancia no lo avale y así no pueda competir contra el Zapatero o el Felipe González del siglo XXI: Eduardo Madina, el favorito de Rubalcaba y de los barones. El PSOE no tiene vuelta, ya veremos si su aborregada militancia es capaz de hacerle frente al chantaje y por fin salen a relucir esos valores «socialistas» de los que carecen.

  2. No soy simpatizante ni mucho menos militante del psoe, pero un tipo como Perez Tapias que:
    -no quiso formar parte de la indigna reforma de la constitucion perpetrada a traicion por su partido y por el pp.
    -que dice que hubiera preferido votar en conciencia sobre la dimision (perdon, abdicacion) del rey.
    -y que prefiere pactar con otras fuerzas de izquierda a hacerlo con el pp, en contra de lo que dice Felipe Gonzalez.
    Me metece todo el respeto y consideracion del mundo. Suerte amigo.

    • Mique, en mi vida he votado al psoe nunca imaginé esa posibilidad) pero estoy casi seguro de que si sale Pérez T. como candidato lo votaré, coincido plenamente contigo

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