El teniente Luis Gonzalo Segura logra retrasar su juicio por segunda vez

El oficial del Ejército Luis Gonzalo Segura ha logrado paralizar una semana más el proceso en el que se le juzga por «atentar contra la disciplina» por denunciar en medios de comunicación la corrupción y los abusos que, según él, se producen en el interior de la institución. El jucio ya se retrasó la semana pasada gracias al recurso interpuesto por la defensa del teniente, que considera que el mando que le ha sancionado con dos faltas graves no tiene potestad.

Pese a este nuevo respiro, Segura afirma tener claro que acabará siendo castigado, expulsado del Ejército y encerrado en un centro disciplinario. «Se puede ganar tiempo mediante mecanismos legales, pero en la institución siempre ganan los mismos, sería algo histórico que al final pudiera librarme», lamenta.  El oficial considera que la institución funciona a nivel interno «como una dictadura».

De este modo, Segura podría pasar en un centro disciplinario de dos a seis meses en cumplimiento del castigo por las faltas graves, pero además, según indica, la Fiscalía está estudiando imputarle un delito, lo que le podría acarrear seis años en prisión. «Si fuese alguien del alto mando y renegara de la Constitución, como ha hecho algún general últimamente, sabría que no me pasaría nada, pero en mi posición tengo claro que ocurrirá lo contrario», sentencia.

Segura cuenta que, además del juicio abierto contra él, comenzó a sufrir represalias en el trabajo tras la publicación del libro Un paso al frente, en el que, de forma novelada, desgrana la corrupción estructural de la que ha sido testigo en el ejército. Sin embargo, no está sólo: varias asociaciones militares le han mostrado públicamente su apoyo.