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Ana Botella impulsa un Plan de Urbanismo sin la participación ciudadana

La Plataforma 'No a Este Plan' ha elaborado un decálogo de argumentos por los que consideran que hay que oponerse a la voluntad del Partido Popular de aprobar el nuevo PGOU según está pensado

MADRID// “El 99% de los ciudadanos de Madrid ni siquiera sabe que se está revisando el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). El Ayuntamiento no ha informado sobre ello, no le ha dado difusión, y el período de sugerencias solamente estuvo abierto durante dos meses y medio y con la Navidad por medio”, se  lamentaba el miembro de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), Vicente Pérez Quintana. En una mesa redonda que se organizó este miércoles en el Ateneo de Madrid, varios representantes de diferentes asociaciones civiles y políticas, así como miembros de colegios profesionales, quisieron presentar la nueva plataforma No A Este Plan Urbanístico y debatir sobre las intenciones que el Partido Popular esconde detrás de la revisión del PGOU, que condicionará el modelo de ciudad por el que se regirá Madrid durante los próximos 15 años.

“Tienen previsto aprobar el nuevo PGOU un poco antes de las elecciones municipales, en febrero o marzo de 2015”, alertó Pérez Quintana. “Y lo van a hacer en solitario ya que el resto de los partidos con representación en el Ayuntamiento están en contra, así como las organizaciones sociales y sindicales y buena parte de los colegios profesionales. El único apoyo con el que cuentan es el de los empresarios”, dijo. Para el miembro de la FRAVM, además de la falta de participación ciudadana en su elaboración, este nuevo plan prioriza el posible desarrollo de zonas aún no urbanizadas en detrimento de los problemas reales de la ciudad consolidada, la que ya está edificada.

“No hace una sola referencia a la infravivienda, aunque solo en Lavapiés hay 8.000, no hay un proyecto de rehabilitación integral de barrios, no plantea la supresión de la mayor barrera arquitectónica de la ciudad ya que tenemos más de 400.000 viviendas en edificios de 5, 6 o 7 alturas sin ascensor, y tampoco tiene un plan de equipamiento para Madrid a pesar de que el propio plan reconoce la carencia de colegios, instalaciones deportivas”, enumeró. “Lo que sí hay es una reconversión de suelos dotacionales para destinarlos a la vivienda o a actividades económicas desarrolladas por empresas privadas”.

El PP apuesta por la especulación

Para Raúl Cordero, de CCOO de Madrid, el nuevo PGOU que pretende aprobar el equipo de Ana Botella antes de que lleguen las elecciones muestra dos claras tendencias: la especulación y la terciarización económica de la ciudad. Por un lado, el Ayuntamiento quiere consolidar lo que ya contiene el plan elaborado en 1997, aún vigente, respecto al desarrollo periférico de la ciudad. “Como este desarrollo no es viable a corto plazo, van a ir a por la ciudad consolidada”, advirtió Cordero. Es decir, que pondrán a la venta los pocos espacios públicos que aún quedan sin privatizar para que las empresas puedan lucrarse con ellas.

Por otro lado, “existe otra apuesta implícita en el borrador que están revisando, la terciarización de la ciudad”, explicó Cordero. “Quieren hacer de Madrid una ciudad exclusivamente dedicada al sector servicios, que es el papel que la Unión Europea quiere imponer a los países periféricos”. Según el representante de CCOO, esto generará una mayor desigualdad en la Comunidad ya que supondrá que la actividad económica esté ligada a los distritos del centro y relegarán a los situados fuera de la capital a lugares residenciales sin industria.

A esta mesa redonda también acudió Rafael Córdoba, de Ecologistas en Acción, que  fue la organización que le propuso al resto de asociaciones y partidos formar la plataforma para intentar frenar la aprobación del nuevo plan. Durante su exposición, Córdoba destacó varios puntos principales por los que habían decidido oponerse. El primero, que es contrario a la legislación estatal, en cuya exposición de motivos deja claro que debe primar la sostenibilidad de los planes urbanísticos por encima del desarrollo.

En segundo lugar, Córdoba señaló que el modelo que propone el nuevo PGOU supone una vuelta a las políticas que, según los expertos, nos llevaron a la crisis: el boom inmobiliario y el fomento de la construcción de nuevas viviendas. De hecho, “según esta norma, el suelo solo tiene valor en función de su capacidad de desarrollo, no contempla otros valores como el ecológico o el agrológico”.

Además, tal y como explicó Córdoba, los más de 7.000 millones de euros de deuda del Ayuntamiento dificultan bastante llevar a cabo los planes de desarrollo urbanístico que se prevén en el PGOU que el PP pretende aprobar. Entre ellos, reverdecer la ciudad. “En el borrador se dice que está pensado hacer plantaciones en bulevares, ensanches y corredores, además de un aumento de zonas ajardinadas. Estas zonas pretenden ponerlas en las azoteas de los edificios, pero no dice quién va a pagarlo. O sea, que tiene toda la pinta de que ellos lo van a proponer y vamos a ser los ciudadanos quienes vamos a tener que sufragarlo”, auguró.

Diez puntos en los que basar el rechazo

La Plataforma No a Este Plan, según explicó la representante de Chamberí se Mueve, Carmen Ochoa Bravo, ha elaborado un decálogo de argumentos por los que consideran que hay que oponerse a la voluntad del Partido Popular de aprobar el nuevo PGOU según está pensado. Para Ochoa, queda claro que “abre la puerta al expolio del suelo y los edificios públicos en beneficio de las empresas privadas y fomenta la ocupación del territorio por medio de la recalificación”. Un modelo que permanecerá en vigor durante los próximos 15 años, por lo que resulta vital hacerle frente. Pero para ello, es necesario conocer, al menos, los diez puntos más destacados por los que desde la plataforma rechazan el plan.

Falta de Participación Pública. Los mecanismos de participación no han dado lugar a una verdadera participación pública, ni a un debate real sobre el presente y el futuro de Madrid.

No procede aprobarlo antes de las elecciones de 2015. Primero hay que abrir un diálogo real con los diferentes agentes sociales y políticos. Después, en la siguiente legislatura, aprobar un nuevo PGOU que esté acorde con los intereses de la mayoría.

Modelo de crecimiento insostenible. El modelo planteado apuesta por una alta ocupación del suelo con un crecimiento descontrolado que en pocos años hipotecará Madrid. Además de incluir los suelos urbanizables del plan del 97, ha incluido los pocos que aún se consideraban como no urbanizables.

Pérdida de la riqueza de la ciudad consolidada. El Ayuntamiento solo prevé la rehabilitación y regeneración urbanas al servicio de los negocios inmobiliarios. Inutilizar diferentes áreas de la ciudad para otros fines provocará que la población quede expulsada de sus propios barrios.

Desarrollo inmobiliario en detrimento de la política vivienda y suelo pública. El nuevo documento no plasma la consecución de vivienda pública en régimen de alquiler ni la constitución de un patrimonio municipal del suelo para regular el mercado.

Normativa ambigua dirigida a mercantilizar Madrid. La definición normativa está poco regulada y es pretendidamente flexible para, según el propio plan, poder adaptarse a diferentes jugadas sin estar ninguna de ellas determinadas previamente. Esto supone que la ciudad quedará desprotegida frente a los intereses del poder económico.

Expolio de dotaciones públicas presentes y futuras. Tanto el suelo público como el equipamiento social corren el riesgo de desaparecer, dado que el nuevo PGOU facilita tanto su transformación en terrenos destinados a actividades económicas privadas como su recalificación en residencial para su posterior venta. Ni siquiera se garantizan equipamientos básicos para cada distrito.

No fomenta la movilidad sostenible a pesar de haber aparentar interés mediante el anuncio de los nuevos parquímetros que cobran en función de lo que contamine el coche o el nuevo plan de alquiler de bicicletas públicas. El nuevo PGOU no plantea modos de movilidad sostenible ni se orienta hacia la reducción del transporte privado. Además, la privatización del subsuelo para construir aparcamientos, incidirá negativamente en la movilidad de la ciudad.

Riesgo y precariedad del Patrimonio Histórico. Desde el gobierno de Madrid ya se ha manifestado la intención de reducir los elementos catalogados como Patrimonio Histórico, así como sus grados de protección, desregular los cambios de usos o ampliar el régimen de obras en los edificios.

Desprotección de los valores naturales, culturales y paisajísticos. El nuevo PGOU solamente contempla proteger los ámbitos estrictamente delimitados por la legislación sectorial: el Monte de El Pardo, el Soto de Viñuelas y los Parques Regionales del Sureste y de la Cuenca Alta del Manzanares. Zonas como la Casa de Campo o los caminos rurales se quedan sin un plan de defensa o intervención por parte de la Administración Pública.

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Comentarios
  1. madrid, ese maldito cáncer que intoxica la vida de millones de ciudadanos. Deberían envolver, con un muro, toda esa porquería fetal que nos obliga a separarnos por evitar su tufo podrido. Lo siento por sus ciudadanos que son tan víctimas o más que nosotros, sometidos a la extorsión de un feudalismo medieval y bestial. Con el agravante de tener que soportar ese maldito tufo de putrefacción.

  2. Las ciudades para la ciudadanía se están convirtiendo en cocheras para coches donde sus ocupantes sólo tienen el espacio y tiempo justos para apearse a consumir y subirse rápido antes de que el parkímetro salga más caro que el producto que ha comprado en la tienda…

    Conduce, consume y a casa a ver el fútbol.

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