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¿Segunda transición desde arriba?

La pasada semana, el rey leyó un discurso en el que nos decía que dejaba paso a una nueva generación, Felipe VI ya está preparado y nos lo imponen desde arriba.

Ignacio Granados // El pasado lunes 2 de junio el presidente de gobierno, nos informó de la abdicación del rey, lo hizo como acostumbra sin admitir preguntas de la prensa, un par de horas más tarde el rey leyó un discurso en el que nos decía que dejaba paso a una nueva generación, Felipe VI ya está preparado y nos lo imponen desde arriba.

Esa misma tarde, por todo el país salimos a la calle a defender nuestra dignidad, a pedir la III República, a demandar un proceso constituyente, demandar el derecho a decidir en realidad como en todos las manifestaciones a las que he asistido, las reivindicaciones eran diversas pero nos unía la indignación por ser meros espectadores, podríamos haber expresado nuestra rabia una semana o un mes antes porque la situación era la misma, pero lo que provocó, que quince minutos tras el anuncio de la abdicación, las redes sociales ardieran con llamadas a la concentración fue esa sensación de ser simplemente un súbdito, al que le cambian el jefe de Estado, un súbdito menor de edad al que le dicen lo que le conviene, que hacen lo mejor para él pero sin contar con él. Hay una frase especialmente dolorosa en el discurso de abdicación del rey, es aquella en que nos dice que “hay que dar paso a una nueva generación más joven, con nuevas energías”, es como si las demandas sociales, las exigencias de una parte de la población que manifestamos nuestra indignación en la calle, se redujeran a una cuestión de edad y desde su trono ha decidido “dar paso a la juventud” de una forma comprensiva.

Por el contrario, lo que llevamos reclamando, el motivo de esta protesta y el de otras muchas es que queremos dar un paso de súbditos a ciudadanos, que queremos decidir, que no nos vale una decisión que se tomó en una situación completamente diferente hace casi 40 años, ni nos vale votar cada cuatro años, ni queremos que nos represente nadie queremos ejercer nuestra ciudadanía a diario, discutiendo, deliberando, opinando y sobretodo decidiendo, pasar a ser protagonistas de nuestro presente y de nuestro futuro.

Se ha dicho estos días, tras los resultados de las elecciones europeas y la abdicación del rey, que se inicia una segunda transición, no sé si es cierto, pero la clave es ser capaces de que en esta ocasión no lo hagamos de forma modélica para el exterior sino según el modelo que queramos en el interior, que no aceptemos negociaciones secretas sino que consigamos estar negociando, debatiendo y discutiendo, que asumamos la responsabilidad de hacerlo, de escuchar y opinar y lo más importante que exijamos esa discusión, ese debate ese proceso constituyente.

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Comentarios
  1. Muy bien expresado, la cuestion no es tanto monarquia o republica, sino que la ciudadania pueda debatir, y decidir, o acaso no es esa la base de una democracia.

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