La Uni en la Calle
¿Qué pagamos y cuánto en la tarifa eléctrica?
Los autores son profesores de Ingeniería de la Universidad Carlos III de Madrid
La tarifa eléctrica, comúnmente conocida como “recibo de la luz”, es la herramienta que históricamente ha utilizado el Estado para, a través de su regulación, financiar los costes del sistema eléctrico. Sin embargo, fruto de la ola de “liberalización” de los servicios básicos instada desde la Unión Europea, y que entra en vigor en el sector eléctrico español en enero de 1998, la tarifa ha pasado a ser considerada un reducto del pasado, más propia de sistemas estatalizados. Con ese espíritu, los distintos gobiernos han venido acometiendo progresivas reformas que modificaban y reducían el campo de aplicación de la tarifa regulada por el Estado en beneficio de los llamados contratos comerciales en el “mercado libre”, hasta tal punto que hoy se habla de la posible eliminación de la actual “tarifa de último recurso” (TUR) –póstumo reducto de la tarifa regulada, solo aplicable a consumidores con potencia contratada inferior a 10 kW– o su reducción a lo que sería un bono social para los sectores sociales más desfavorecidos. Sin embargo, su posible eliminación puede tener consecuencias muy graves sobre el precio –el mercado eléctrico puede considerarse un oligopolio de 5 grandes empresas–, y por ende, sobre el acceso a un bien básico y esencial que incide sobre la calidad de vida de los ciudadanos.
La polémica tarifa eléctrica ha cobrado aún más actualidad en los últimos tiempos debido a su continuo incremento de precio y la relación de éste con el denominado “déficit tarifario”, reconocido por el Estado a las empresas eléctricas, y según el cual los consumidores debemos a estas empresas unos 30.000 millones de euros. Y eso a pesar de que para los pequeños consumidores el recibo de la luz se ha encarecido en torno a un 80% en la última década, que España es uno de los países con la tarifa más cara de la UE, y que las empresas eléctricas acumulan beneficios anuales de miles de millones de euros. La justificación “oficial” de este déficit o deuda eléctrica es que la tarifa no cubre los costes del suministro eléctrico, a saber: los costes de la energía y los llamados costes regulados del sistema, que incluyen la retribución al transporte y la distribución; las primas a la generación en régimen especial (donde se incluyen las renovables); el sobrecoste de explotación de los sistemas extrapeninsulares; el pago de capacidad de grupos de generación infrautilizados; la amortización del déficit tarifario y el sobrecoste del carbón nacional, entre otros. Entonces, ¿por qué y a quién se deben esos miles de millones?, ¿cómo es posible que se tenga esa deuda si el recibo de la luz ha subido tan desmedidamente esta última década? y, si se nos permite, ¿dónde está la trampa?
Asimismo, el recibo de la luz siempre ha sido inescrutable para la mayoría de los consumidores, de forma que incluso la propia CNE reconoce su opacidad y la necesidad de acometer cambios en su formulación y estructura. Nunca ha sido fácil entender los términos que integran la factura, por qué hay un impuesto eléctrico o un alquiler “perpetuo” por el contador de la luz, qué son los costes de diversificación y seguridad del abastecimiento, etc. Por último, hay que añadir el desconocimiento generalizado del consumidor sobre si está acogido a la TUR o se encuentra ya en el “mercado libre” a través de la firma de un contrato, muchas veces con engaño, bajo el señuelo de que se obtendrá un descuento en la factura.
Partiendo de este hilo discursivo, en esta clase se trata de dar respuesta a todos esos interrogantes. Así, se ilustran las relaciones entre la tarifa y el mercado eléctrico; la formación del precio de la energía por unos pocos actores en la subasta CESUR; la evolución de la tarifa (de la tarifa integral a la TUR) y las diferencias entre la TUR y la tarifa comercial; los distintos componentes de la tarifa eléctrica, incluido el déficit tarifario, así como otras informaciones incluidas en la tarifa; el incremento de la tarifa en la última década y, por último, el futuro de la tarifa, ¿un reducto del pasado?
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Jorge Martínez es Ingeniero Industrial (1995), especialidad Técnicas Energéticas, por la ETSIIM y Doctor en Ingeniería Eléctrica (2004) por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). Desde 2010 es Profesor Titular del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la UC3M. Sus temas de investigación se centran en el modelado, simulación y optimización de sistemas eléctricos, la regulación del sector eléctrico y la integración de las energías renovables en el mismo.
Santiago Arnaltes es Ingeniero Industrial (1989) y Doctor Ingeniero Industrial (1993) por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid (ETSIIM). Desde 1997 es Profesor Titular del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Carlos III de Madrid. Su línea de investigación se centra en el control de aerogeneradores y la integración en red de las energías renovables.
Solo una pregunta:
Si hay deficit,
-¿Por que las electricas dan beneficios todos los años?
Habrá que ver la supuesta «devolución» a los usuarios en la próxima tarifa, mientras han especulado con millones de euros que nos han detraido sin que haya una regulación que proteja al consumidor. Y lo que resta con estas falsas privatizaciones que han dejado el Estado desvencijado mientras unos pocos dan mal servicio para el beneficio de las minorias
http://casaquerida.com/2014/06/09/la-guerra-del-petroleo-canario-iv/