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Los Mossos acorralan a manifestantes y les obligan a fotografiarse encapuchados

La Coordinadora Catalana para la Prevención de la Tortura denuncia que el operativo que se vivió ayer en la confluencia de la Gran Via y la calle Rocafort vulnera los derechos fundamentales

BERTRAN CAZORLA // Nuevo giro inédito en las prácticas de los Mossos contra las protestas por el desalojo de Can Vies, en el barrio de Sants de Barcelona. Más de una cuarentena de furgonetas y unos 300 agentes de la Brigada Móvil -comandadas por el intendente Ignasi Teixidor- encapsularon poco antes de la medianoche de este sábado a domingo a dos centenares de manifestantes contra el desalojo de Can Vies. Los retuvieron durante tres horas, obligándolos a dejarse grabar la cara y el cuerpo. Practicaron esta diligencia sin la presencia de ningún abogado ni en base a la orden de ningún juez, y bajo la amenaza de denunciar a los retenidos si no lo hacían e incluso agrediendo físicamente. La espectacular operación, realizada pleno centro de Barcelona, en la confluencia de la Gran Via con Rocafort, suscitó las protestas del vecindario y de cientos de activistas que acudieron al lugar a solidarizarse con las víctimas. También lo hicieron los diputados de la CUP David Fernández y de ICV David Companyon y el abogado Andrés García Berrio, de la Coordinadora Catalana para la Prevención de la Tortura. Berrio alertó de que esta práctica es irregular, denunció que no es la primera vulneración de derechos fundamentales que observan entidades defensoras de los derechos humanos estos días y avanzó que estas entidades estudiarán si emprenden medidas legales por la operación.

El operativo comenzó a las once y cuarto, cuando un grupo de manifestantes avanzaba en dirección a Sants cortando el tráfico de la Gran Via, después de participar en la gran movilización que este sábado por la tarde desbordó el centro turístico de Barcelona. Cuando se acercaban a Rocafort, furgonetas de la Brigada Móvil a gran velocidad cortaron el paso de los manifestantes, y los agentes antidisturbios les encapsularon. A continuación expulsaron a la prensa y dispusieron los vehículos de tal forma que los medios gráficos no pudieran tomar imágenes a pie de calle.

Veto a los medios gráficos

Dentro del perímetro acordonado los Mossos retuvieron a la masa de manifestantes en la esquina del lado mar/Besós, y les advirtieron de que tenían dos opciones: dejarse identificar y retratar voluntariamente o ser denunciados por desobediencia. Las personas retenidas fueron pasando a una cola, vigilada a ambos lados por agentes antidisturbios, hasta llegar a un espacio habilitado entre furgonetas donde los agentes los registraban, grababan en vídeo sus DNI, sus caras y sus cuerpos, y los ponían con ropa como sudaderas con capucha y pasamontañas. Alguna de la ropa no la llevaban puesta cuando eran registrados, y estaba tendida en el suelo en una acera cercana.

Forzados a retratarse

Una vez sometidos a este procedimiento, los afectados iban siendo expulsados del perímetro. Algunos de los que salían narraron haber recibido golpes de porra durante la operación, y dos chicas explicaron que los agentes estiraban del brazo a algunos de los retenidos para llevarlos a la cola. Imágenes grabadas por la Directa demuestran que los policías agredieron a algunos encapsulados cuando éstos intentaron hacer valer su derecho a no ser retratados con capucha en ese contexto.

Después de dos horas salieron del perímetro cuatro furgonetas de transporte de detenidos, aunque fuentes oficiales de los Mossos no han detallado cuántas personas fueron identificadas, cuántas trasladadas a comisaría y si alguna fue detenida. Sí han asegurado que durante la manifestación de la tarde se efectuaron 50 identificaciones y siete detenciones, cuatro por parte de los Mossos y tres por parte de la Guardia Urbana.

«Una diligencia de prueba que en todo caso debe hacerse ante la presencia de abogado»

La actuación policial desató la preocupación de entidades protectoras de los Derechos Humanos. El abogado y miembro de la Coordinadora Catalana para la Prevención de la Tortura, Andrés García Berrio, se personó en el lugar de los hechos exigiendo que se detuviera una práctica que viola los derechos de la persona, según denunció. Obligar a alguien a ponerse una ropa y ser retratado con ella «es una diligencia de prueba que en todo caso debe hacerse ante la presencia de abogado, y se tiene derecho a negarse», advirtió García Berrio. «No se puede condicionar la privación de libertad a someterse a esta diligencia de prueba penal», advirtió el letrado, que ha considerado que hacerlo vulnera los derechos fundamentales a la intimidad y a la presunción de inocencia.

En este sentido, García Berrio ha advertido de que las entidades de defensa de los derechos humanos estudiarán si emprenden medidas legales para denunciar estas vulneraciones. «Hemos detectado estos días muchas prácticas irregulares», advirtió el letrado, que ha hablado de que esta práctica del encapsulamiento «es un paso mucho más allá de lo que se venía haciendo hasta ahora». «Ya está bien de que tengamos una Brigada Móvil al margen de la ley; la Brigada de Información no puede hacer estas prácticas, no toleraremos ninguna práctica ilegal en este país», declaró García Berrio.

Comparecencia urgente de Espadaler

También acudieron los diputados del Parlamento David Fernández, de la CUP, y David Companyon, de ICV- EUiA. Companyon anunció que reclamará la comparecencia urgente del consejero de Interior, Ramon Espadaler, para que dé explicaciones sobre esta actuación, y lamentó que la dimisión del ex director de la Policía Manel Prat no haya supuesto un cambio de política, a la luz de esta actuación.

Intensa cacerolada vecinal y concentración solidaria con las víctimas

El operativo estuvo acompañado durante prácticamente todo el tiempo que duró de una ruidosísima cacerolada: numerosos vecinos desde sus balcones, peatones con sus llaveros e incluso ciclistas haciendo sonar los timbres de sus bicis expresaron su rechazo a la actuación policial. Durante las tres horas que duró el encapsulamiento acudieron al lugar de los hechos cerca de 400 activistas, que expresaron con gritos su solidaridad con los afectados y su rechazo a la operación.

Una vez levantaron el operativo, las furgonetas de la Brigada Móvil se marcharon del lugar entre gritos, increpaciones y golpes. Uno de los agentes reaccionó abriendo la puerta del copiloto de una de las furgonetas, con la intención de herir a algún ciudadano, sin éxito.

[Artículo publicado originalmente en La Directa]

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Comentarios
  1. Llevan años confeccionando listados ideológicos y ese tipo de estado tiene un nombre. Ahora lo hacen impúnemente en la calle

  2. Cada vez el estado es menos de derecho y más policial.
    Espero que ERC se dé cuenta de a quíén está apoyando y qué precio por mantener la ilusión de la consulta.

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