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Una condena a toda una etapa histórica
"Esta condena no es sólo a Rafael Blasco Castany, no es sólo a la cúpula de la conselleria, no es sólo a su compañero de saqueo, el empresario Tauroni... Es una condena a todo un partido", sostiene la autora
Creo que nadie podrá negar que habrá un antes y un después del miércoles 28 de mayo de 2014 cuando, a las 9:15 de la mañana, en las puertas del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, se conocía la noticia de la condena a 8 años y un día de cárcel y 20 años de inhabilitación absoluta a Rafael Blasco Castany.
Y es que los valencianos y valencianas sabemos muy bien quién es Blasco:
El que pasó de ser «Camarada Víctor» en el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) a siete veces conseller del gobierno de la Generalitat Valenciana. El que fuera pieza fundamental en las victorias consecutivas del Partido Popular. El que fue llamado a dirigir la estrategia política del PP durante años y especialmente en la última etapa del Gobierno Camps, llegando a ser a la vez conseller y síndico del Grupo Parlamentario Popular.
Él fue el mago y el «conill» (conejo: nombre que recibía para la trama) a la vez.
Blasco era el hombre fuerte del PP y por eso el PP le debe todo a Rafael Blasco.
Un mago creando redes clientelares que trabajaran (a costa del erario público) para perpetuar en el absoluto poder al PP. Un «conill» que dejaba un rastro de irregularidades por todas las conselleries que tuvo el «honorable» encargo de dirigir.
Pero cuando la magia se acabó, la chistera se esfumó y el conejo se atrapó. Y se ha hecho justicia (que dulce sabor deja la justicia…).
Hoy, a pesar de la condena, hay que saber que éste es sólo el principio del Caso Cooperación (faltan dos piezas por juzgar) y cada vez está más cerca de pasar oficialmente a llamarse Caso Blasco (porque, ¿desde cuándo es el «conill»? ¿desde cuándo se puede llegar a probar que no pasó a ser un delincuente sino que nunca dejó de serlo?).
Y es que, como decía, Blasco dejó de ser un mago en el mismo momento que el PP sintió que su poder absoluto era proporcional a su absoluta impunidad. Todo estaba en venta, todo era saqueable, todo y todos tenían precio… El mejor postor pasaba a ser el «amiguito del alma» (así se dirigía Camps al Bigotes) porque también todo era retornable (¿financiación ilegal? por qué no).
Y cuando vale todo, te atreves a robar los fondos de la Cooperación Internacional. ¿Qué importaban los pozos en Nicaragua, las niñas violadas e infectadas de SIDA en África, el dinero para la reparación de Haití tras el terremoto?
¿Acaso se le puede pedir escrúpulos a un corrupto? ¿Se le puede pedir alma, corazón, decencia? Las conversaciones intervenidas responden por sí solas: «Hay que priorizar lo nuestro antes que lo de los negratas«.
Porque mientras Blasco se hacía cargo de las ayudas de cooperación, Bárcenas era el tesorero del PP y apuntaba en su libreta el nombre de Juan Cotino, actual presidente de Les Corts Valencianes; Carlos Fabra dirigía la presidencia de la Diputación de Castellón y alargaba eternamente la llegada de su condena; Francisco Camps (elegantemente vestido), presidente de la Generalitat, pronunciaba su «te quiero un huevo» a uno de los cabecillas de la trama Gürtel; José Luis Olivas, presidente de Bancaja, decidía, a su vez, en el Banco de Valencia otorgar un aval a Jaume Matas para evitar la cárcel; Iñaki Urdangarín, presidente del Instituto Noos ,posaba con Rita Barberá y Camps alardeando de sus «proyectos»…
¡Claro que hay un antes y un después de esta condena!
Porque esta condena no es sólo a Rafael Blasco Castany, no es sólo a la cúpula de la conselleria, no es sólo a su compañero de saqueo, el empresario Tauroni… Es una condena a todo un partido, a toda una etapa histórica: la de la política valenciana desde hace 20 años.
Y tiene un dulce sabor porque es una condena que le dice a la cara a la corrupción y la impunidad que se puede hacer justicia.
Y ahora ya lo sabemos, ellos también lo saben… Una historia de villanos, que dura ya demasiado, ¡donde por fin ganan los buenos! La gente que renunció a que el miedo les paralizara, los valientes que dieron luz a la documentación, los periodistas que consiguieron informar a pesar de la persecución, los fiscales que hicieron su trabajo sin consentir interferencias, los y las políticas que les plantaron cara… Pero sobre todo los ciudadanos que día a día luchan por recuperar lo que nos han robado: la capacidad de escribir nuestro propio relato.
*Mireia Mollà es diputada de Compromís.
Enhorabona, Mireia, pel treball perseverant que heu fet. I gràcies a les diputades valentes com tu, com Mònica Oltra, com Marina Albiol, als funcionaris valents que també els han parat el peus. Tots els valencians us hem d’estar agraïts per la vostra lluita. Endavant.
No pacteu amb Podemos i feu de Compromís un partit amb senya e identitat pròpia. O perdereu tot per lo que tant ha costat guanyar, el vot útil i orgullós de habero fet així. A seguir treballant.
Felicitats Mireia , i que la força t’ ha companye durant aquestos anys veniders, de manera que nosaltres, els fills i el nets pugam dir al dia demá: (Uns Grans Politics).
Magnifico articulo que describe perfectamente como ha gobernado el PP en la C.Valenciana y que yo espero que la gente despierte de una vez y los pongan fuera del gobierno de nuestra comunidad
Me alegro de que por fin la justicia haya actuado como su nombre indica. Y espero que continúe haciendolo con todos los malversadores y amigos de lo ajeno cuyos casos están pendientes, pero deberían condenarlos a devolver lo que se han llevado ya sea en metálico o con los bienes que hayan adquirido con ese dinero. Esto es el principio (espero) ya que hay que arreglar muchas cosas en la política (politicos) y adjuntos, que tenemos en este pais
Me parece va siendo hora de que la justicia ejerza como tal pero a todo el que condenen por apropiación indebida «robo descarado», malversación, etc etc, deberian condenarle también a devolver el dinero o los bienes que haya adquidido con ello. Espero que después de este caso vayan condenando a tantos como hay a la espera.
ME ALEGRO QUE HALLAN PILLADO A ESE SINVERGUENZA SE LO TENIAN QUE EMBARGAR TODO Y LUEGO SE TENIA QUE PUDRIR EN LA CARCEL
Un relato muy esclarecedor. Felicitar a Mireia Mollá por su articulo y por su lucha que ha dado resultado.
Me sumo a las felicitaciones a Mireia y las hago extensivas a «Compromís». Endavant!