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Buenas noticias desde el Paleolítico
"Llamar terrorista, nazi o radical al que se sale de la mayoría silenciosa, sea en las calles, sea en las urnas, ya no sirve. Su discurso pierde fuerza", asegura el autor.
Buenas noticias desde el Paleolítico. Siguen sin querer entender nada. No quisieron entender el 15-M y no han querido entender el 25-M. No hay más ciego que el que no quiere ver. Y que los paleolíticos hayan decidido ser ciegos es un regalo que, los que queremos ver y cambiar de Era, no debemos desaprovechar. Después de la gran hostia han reaccionado como sólo ellos saben hacerlo: mirando para el interior de la sede. Cambio esta cara por aquí con una dimisión, doy una rueda de prensa por allá haciendo como que estoy contento con los malos resultados, y encargo una manita de pintura a los responsables de marketing para que me arreglen el desconchón de la fachada de un edificio con las estructuras dañadas.
Otra buena noticia: se quedan sin balas con las que disparar. Tiempo atrás pusieron el listón demasiado alto llamando terrorista o nazi, según cómo les sentaba el café esa mañana, al que decidía pelear por su vivienda, al que defendía los servicios públicos, al que exigía transparencia, o al que se dio cuenta de qué iba este juego corrupto e impresentable. Llamar terrorista, nazi o radical al que se sale de la mayoría silenciosa, sea en las calles, sea en las urnas, ya no sirve. Su discurso pierde fuerza.
En Bruselas el Parlamento ha quedado fragmentado y los dos grandes pactarán. Cuando llegue el cartero a recogerlos, los votos del machista y los votos de la no somos lo mismo que ellos, acabarán metidos en el mismo saco. Ahí, todos juntitos pero revueltos. Los votantes de estos partidos deberían sentirse como el niño que descubre a su ídolo de la lucha libre de cañas con el supuesto archienemigo en el bar de la esquina después del combate. Qué derroche de cartelería y anuncios en la tele para intentar resaltar los detalles que los separan… Deberíamos pasarles la factura de lo que esto nos ha costado.
Tres años después del 15-M, ha quedado certificado que el 15-M nunca se fue. Sólo había cambiado su estado durante estos años: era invisible para los grandes medios. Un partido pequeño, sin medios, sin dinero, pero con cabeza, ganas e involucrando a la gente ha sabido absorber el 15-M. Se lo ha bebido entero. No sabíamos bajo qué siglas sería, ni cuándo, ni con qué fuerza, pero sí que tarde o temprano algo así tenía que pasar. Los perroflautas, es decir, la gente harta de que les roben presente y futuro, han llegado a las instituciones, y da la sensación de que han llegado para quedarse. Si esto ha pasado desde la invisibilidad, ¿qué pasará ahora que a los grandes medios no les queda más remedio que darles minutos?
Tras esta nueva situación creada, no sólo tienen que reflexionar los grandes. El foco se pone automáticamente sobre quien, compartiendo ideas y con mucha más experiencia, trayectoria y presupuesto no ha sabido adaptarse a la dialéctica de estos tiempos, por muy buenos que hayan sido sus resultados. Las estructuras y las formas de siempre ya no valen. Hay que dar un paso más. El escenario ha cambiado y hay que cambiarlo todo.
Las asambleas del 15-M sólo fue una explosión de la indignación ciudadana ante el expolio de los que han ocupado las instituciones. Pero lo que de verdad crea sociedad civil, democracia es lo que se está haciendo desde estonces aunque no aparezca en los medios. Lo que conviene es que todos los grupos que se reclaman parte del 15-M se aglutinen para darle cuerpo junto a aquellas formaciones como IU y otros, para cambiar el régimen oligárquico y corrupto que no es otra cosa que el franquismo maquillado.
Estaba claro que algo tenia que pasar. Non era posible que estuvieramos todos anestesiados. No señor; no estabamos y agora ya saben que no pueden tumbarnos en la mesa camilla para alienarnos con métodos spcoanalíticos. Dijimos basta y a por ellos. No saben lo que se le viene encima.Están lamiendose sus heridas sin enterarse que no pueden curarlas con saliva; tienen que aplicar una podama tan fuerte como definitiva. Tienen que irse para dejar correr el aire fresco da la montaña, de la playa, de la calle…
Coincido con el artículista. Pienso y deseo que quienes tienen un programa similar y defienden los mismos intereses, se pongan a trabajar unidos en defensa de la clase obrera. IU, Podemos, Equo… juntos tienen/tenemos mucho que ganar, separados, que perder.
Un partido con la sexta y público a su disposición, eso es un pobre partido sin medios. Sí señor, lo demás ¡ tonterías!
Y otros medios no tan potentes y algo más sutiles, pero sí, eso sin medios, sin dinero, porque esta publicidad gratuita cortesía delos burgueses… no tiene pecio (dinerario se entiende)
¡Qué gran análisis! Se puede decir más alto pero no más claro.
Déjalos que sigan así, nosotros a lo nuestro y cuando se quieran enterar estaremos hasta en la sopa que coman.
Yo aún me acuerdo de lo que hicieron con el movimiento pacifista y con el movimiento anti-OTAN y mucho me temo que esto acabará igual.
Que más quisierais algunos…
¡Guapo mi niño! ¡Qué bien escribe!