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Cremona: 100 días de dignidad y de lucha
Familias, alumnado y profesorado se encerraron entre barracones para reclamar el restablecimiento de las lineas de educación infantil que van a ser suprimidas el próximo curso por orden del gobierno valenciano
José Guerrero Moliner // Este jueves hace 100 días que una comunidad educativa entera (madres y padres, maestr@s y alumn@s) decidieron rebelarse contra el desmantelamiento de su colegio público, el Ciutat de Cremona, de Alaquàs (Valencia). Hoy hace 100 días que se encerraron entre barracones para reclamar el restablecimiento de las lineas de educación infantil que, por orden del gobierno valenciano, van a ser suprimidas para el curso que viene. Hoy hace 100 días que decenas de familias resisten estoicamente, durmiendo en los barracones por las noches y trabajando por las mañanas por otra escuela pública. Esa que todas hemos soñado para nuestros hijos.
De momento, el gobierno valenciano no ha cedido a sus demandas, más bien todo lo contrario. Ha jugado sucio, pero que muy sucio, concediendo lineas de educación infantil innecesarias a otros colegios cercanos, para que estos se lleven las matrículas de los nuevos niños que se tienen que incorporar y que desean hacerlo en el Cremona. Afortunadamente, el TSJ de Valencia ha admitido a trámite la demanda de la suspensión cautelar de esa injusta, ideológica y totalitaria medida tomada por la Conselleria de Educación. A ello se aferra el Cremona y a ello me aferro yo cuando escribo estas lineas. Veamos pues, si la justicia se pone del lado correcto esta vez…
En cualquier caso, y pase lo que pase, la magia ha surgido en ese colegio y va a ser difícil que se apague. Multitud de actividades socioculturales han llenado estos 100 días de vida, de lucha y resistencia: talleres, charlas, asambleas de distintos colectivos sociales, actuaciones de todo tipo, actos solidarios, y mucha, pero que mucha conciencia y unas ganas brutales de crear un espacio autónomo, capaz de aprovechar la situación y transformar de paso las vidas de niños y niñas del Cremona, que al final son lo más importante en todo esto. En ese sentido, el Cremona ya ha ganado la batalla. Los 100 días vividos por es@s niñ@s, sin duda van a marcar un antes y un después en sus vidas.
En mi experiencia personal como visitante del Cremona, he podido comprobar que hay todavía más gente de la que esperaba, con una energía y un potencial enorme para cambiar el estado de las cosas. Gente que no se rinde, que no agacha la cabeza, que cree firmemente que la lucha es el único camino para darle la vuelta a cada situación por difícil que ésta se presente. La lucha de la comunidad educativa del Cremona me ha llenado de vida, de ilusión y de esperanzas. Algo que muy poca gente consigue hoy en día, y que tengo que agradecer enormemente a ese gran ejemplo de perseverancia y dignidad que ha mantenido vivo el Ciutat de Cremona durante cada uno de estos 100 días.
Los que participamos activa y diariamente en movimientos sociales, sabemos lo duro, sacrificado, y extenuante que es luchar cada día por las enormes urgencias y problemas que nos acucian. Luchas que nos tienen ocupados física y mentalmente las 24 horas del día, consiguiendo pocos o nulos resultados en el corto plazo. Por eso es doblemente admirable que tanto familias, como l@s maestr@s del Cremona, sigan al pie del cañón después de 100 días ininterrumpidos luchando por la supervivencia de su espacio educativo, aun sabiendo que lo tienen tremendamente complicado. Ese espíritu lo quisiera yo para muchos colectivos, pero sobretodo para muchas personas. Quizás nos iría de otra manera si existieran muchos “Cremonas”.
Hoy hace 100 días que la dignidad viste de naranja. Hoy hace 100 días que gritamos: ¡El Cremona no se cierra!. Felicidades por esos 100 días de lucha y resistencia y por seguir aprendiendo de vosotr@s. La lucha continua.
Gracias por enseñarnos el camino.