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Bruno Aretio: “Toda alternativa pasa por preservar el medio ambiente del que dependemos”

El documental 'Mar de Fons' muestra la resistencia y perseverancia de los pescadores artesanales de Badalona.

El documentalista Bruno Aretio acaba de presentar su mediometraje documental Mar de Fons (Mar de Fondo), en el marco del Ecozine, el Festival Internacional de Cine y Medio Ambiente de Zaragoza. En el film, de factura impecable, se muestra la resistencia y perseverancia de un reducido colectivo, los pescadores artesanales de Badalona, que atesora el conocimiento suficiente para mantener una forma de vida digna y equilibrada con la naturaleza. Una referencia obligada para quienes buscan un cine hermoso en el que aúna rigor y posicionamiento.

Ante el vendaval económico, social y ambiental que padecemos, ¿para qué sirve una película como la suya?

La imagen es un medio. Una herramienta humilde. Una plataforma para que puedan emerger los problemas reales de la gente real. El origen de este documental parte de la queja del colectivo de pescadores artesanales de Badalona sobre lo sesgada que había sido la información que se había dado sobre sus razones y demandas. Nuestra película sirve para que les sirva a ellos y a la sostenibilidad del Mediterráneo.

¿Considera irreversible un modo de interacción humana que ha llevado al Planeta al borde de colapso ambiental?

Contestándote desde la mirada de las familias de pescadores que aparecen en el documental, debo decirte que a pesar de lo precario de su situación, a pesar de que la destrucción del mar es su propia destrucción, la esperanza sigue existiendo. Son luchadores, realmente infatigables, que siguen transmitiendo su conocimiento y sensibilidad a los pocos que quieren tomar el relevo de una tradición sostenible a lo largo de la historia. Mientras nos hacemos la pregunta de si podemos desandar la destrucción de la tierra, están surgiendo nuevas propuestas y alternativas para salvarla.

¿Qué lecciones de índole global se podrían extraer de un viejo pescador de Badalona que resiste desde su pequeña embarcación el embate tempestuoso de una civilización que parece empecinada en su suicidio ecológico y social?

La naturaleza de todo documental es de índole universal, pero partiendo de una historia concreta y local. Afloran en este documental verdades transversales a cualquier lugar del mundo, como son la necesidad de preservar modos de vida digna que hagan sostenible nuestra permanencia en el planeta. Los oficios tradicionales apegados al territorio muestran caminos que debemos recuperar y que han sido labrados a lo largo de los tiempos por sabios artesanos que fueron el germen de la clase obrera. La lucha como modo de vida buscando la armonía social y ambiental es una de las mejores lecciones que podemos extraer de los protagonistas de esta película.

El protagonista de su documental denuncia airadamente la falsedad de indicadores ecológicos como el de las banderas azules a propósito de la pureza de las aguas marinas. ¿Hasta qué punto se está ocultando nuestra verdadera huella sobre el medio?

Los pescadores denuncian directamente que el Ayuntamiento de Badalona falsea la realidad de la calidad de sus aguas marinas debido a intereses económicos y turísticos. Que esta crítica se refleje en nuestro documental ha significado la imposibilidad de estrenarlo en ningún espacio público de esta localidad. La denuncia de los pescadores artesanales de Badalona se basa en realidades tangibles, como lo son la extracción de sólidos del fondo marino, la desaparición de especies y la baja capacidad de reproducción biológica.

Tráiler Mar de Fons from Bruno Aretio on Vimeo.

¿Tanto hemos desmaterializado la realidad que necesitamos volver a preguntarnos de dónde viene todo aquello que nos mantiene vivos?

Con el documental se ha querido mostrar el vínculo, invisibilizado pero inevitable, de lo que ocurre sobre el mar con lo ocurre en su profundidad. Cuando se destruye la vida bajo el mar hay una transformación de la vida que nos afecta de manera directa. Se busca romper el vínculo del pescado que nos comemos con su hábitat natural. A los pescadores artesanales de Badalona no se les deja vender directamente su mercancía a los consumidores. Los grandes centros comerciales han hecho bien su labor de presión. Precisamente, en esos centros comerciales el pescado se lava, se desespina, se plastifica y se desnaturaliza.

¿Cuales son las alternativas que hay a una sociedad basada en el hiperconsumismo que precisa de gigantescas formas productivas?

Hace cincuenta años la pesca artesanal era el gran motor económico de Badalona. Antes de que vendiéramos todo a un desarrollo basado en la acumulación y la aglomeración, los pueblos mediterráneos vivían en un contexto de mayor equilibrio ambiental. Siendo conscientes de que si destruían el medio del que dependían se estaban destruyendo a sí mismos. Creo que toda alternativa pasa por preservar el medio ambiente del que dependemos.

El héroe de su documental no resulta crepuscular y en un momento determinado llega a afirmar lo afortunado que se siente al poder trabajar mirando el cielo y el sol.

Hemos huido de la victimización. En el documental presenciamos la vida de un hombre feliz imbuido en un entorno que le da sentido. Vemos la vida de un pescador que mantiene claves y sabidurías que intenta transmitir a sus hijos. Y es ahí donde se produce otro de los conflictos del filme, que pone encima de la mesa realidades generacionales y culturales muy distintas. Nuestra historia, la que hemos querido contar con el documental, no es una historia de muerte. Se trata de una historia de resistencia y coherencia en un entorno ciertamente distópico.

Hay claras referencias de ética colectiva en su película, ¿qué papel pueden jugar los productores alimentarios si vinculan su labor a una concepción ética y ambiental que arrumbe el productivismo más mercantilista?

Precisamente, uno de los mayores problemas que tienen los pescadores artesanos de Badalona es con otros pescadores y armadores de Badalona. La propia dinámica del sistema que habitamos nos ha fragmentado e
individualizado, haciendo que los sentimientos de comunidad sean excepcionales, al menos en este caso.

Aquello bueno que se muestra a través de una cámara puede ser preservado…

Sí, si logramos que el espectador de este documental sea un agente activo de transformación y sostenibilidad. Esta película tiene el valor del presente. Es una herramienta de acción y no una pieza de colección para museos.

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Comentarios
    • Hola Sastrecilla. Te paso el enlace para acceder al vídeo. Con el documental moviéndose por festivales no podemos tener el trabajo en abierto durante un tiempo, pero por favor comparte el enlace con quien creas oportuno. https://vimeo.com/69916077
      La contraseña es «fons» sin comillas.
      Un fuerte abrazo.
      Bruno Aretio.

  1. Muchas gracias por recordarme que la pesca puede ser una actividad respetuosa con el ambiente y por mostrarme que incluso puede ser revolucionaria.

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