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La gala de los Premios Max denuncia la precariedad laboral en el teatro
'Un trozo invisible de este mundo' se convierte en la gran triunfadora de la velada con cuatro galardones, entre estos el de mejor espectáculo teatral y mejor actor para Juan Diego Botto.
MADRID// Mejor autoría revelación, mejor actor, mejor espectáculo teatral y mejor iluminación. Son los cuatro galardones que recibió Un trozo invisible de este mundo, escrita y protagonizada por Juan Diego Botto y Astrid Jones, y dirigida por Sergio Peris-Mencheta, en la decimoséptima edición de los Premios Max de teatro que se celebró anoche. Solamente se le escapó el de mejor dirección de escena, que se lo llevó el segundo de los tres triunfadores de la gala, Carles Alfaro, por El lindo don Diego. En una gala reivindicativa, varios de los ganadores lamentaron la precariedad laboral que sufren los trabajadores de las artes escénicas.
Alfaro no pudo recoger el premio, a pesar de encontrarse en el recinto en el que se celebraba la gala, el Teatro Circo Price, debido a algunos problemas de organización que se vivieron en la ceremonia. El director valenciano estaba en la sala de prensa compareciendo ante los medios ya que acababa de ganar, junto a Rodolf Sirera, el galardón a la mejor adaptación teatral por L’Estranger, de Albert Camus. Aunque finalmente sí pudo recoger la manzana enmascarada él mismo, inicialmente, y de manera improvisada, salió a agradecerlo en su nombre una de las actrices de la obra, Vicenta N’Dongo, que quiso dedicárselo al 73% de actores en paro y a los que tratan de sobrevivir haciendo teatro en las salas pequeñas.
También Juan Diego Botto, las tres veces que le tocó recoger un premio, se acordó de la enorme cantidad de profesionales de las artes escénicas que no pueden trabajar, dada las precarias condiciones que la gestión pública de las políticas culturales está generando. “Todos merecemos tener pan”, dijo el actor. “Necesitamos un trabajo, necesitamos tener un techo bajo el que vivir… Pero también merecemos tener rosas. Necesitamos leer un buen libro o poder disfrutar de una buena película o una buena obra de teatro. Así que este premio se lo quiero dedicar a todos los que intentan que disfrutemos de esas rosas”.
Botto también quiso recordar que Un trozo invisible de este mundo, un descarnado relato sobre la inmigración, se inspiró tanto en su padre como en todos aquellos que lucharon contra la dictadura argentina de Videla ocurrida entre finales de los 70 y principios de los 80. Y a la inmigrante congoleña Samba Martine, que murió el 18 de diciembre de 2011 en el Centro de Internamiento para Extranjeros de Aluche, al que le imputaron su fallecimiento por no haberla atendido correctamente a pesar de saber que tenía VIH, y en cuya historia se basó el personaje que interpeta Astrid Jones. Finalmente, Botto le dedicó dos de sus tres premios a su madre, Cristina Rota, “por haberme enseñado todo lo que sé de esta profesión».
El tercero de los grandes vencedores de la noche fue el bailaor y coreógrafo Israel Galván, que no pudo acudir a la ceremonia por encontrarse en Grenoble ultimando los detalles para estrenar Torobaka. Galván se llevó las tres manzanas a las que optaba: mejor intérprete masculino de danza, mejor coreografía y mejor espectáculo de danza, los tres por Lo Real. Aunque no pudo estar presente, las personas que recogieron los galardones en su nombre quisieron dedicárselo, a petición de Galán, “al pueblo gitano” y a sus compañeros de montaje.
Una gala controvertida
Poco más pudieron añadir el resto de los protagonistas de la noche, los premiados. Tal y como explicó el presidente en funciones de la SGAE, Antonio Onetti, la ceremonia pretendía emular un cabaret “moderno y provocador” en el que “el miedo o el llanto están proscritos” para destacar “la belleza, la ironía, el humor y la música”. Especialmente la música. A pesar de las buenas intenciones de los organizadores y de su afán por hacer de esta ceremonia un espectáculo original y entretenido, a juzgar por las críticas que recibieron en las redes sociales no les salió del todo bien.
El personaje central de la gala fue su presentador, Jimmy Barnatán, que se manejó con mucha soltura durante los más de 90 minutos casi ininterrumpidos que pasó encima del escenario. Sin embargo, en lugar de concebir esta puesta en escena como un marco para poner el foco en quienes debían recoger los premios, se convirtió en la figura principal de la noche. La banda que acompañaba a Barnatán no dejó de tocar un solo instante, lo que generó cierto rechazo entre algunos de los asistentes y de quienes veían la gala por televisión (retransmitida por La 2 de TVE) ya que, sumado a que Barnatán no dejaba de hablar y cantar, llegó a sobresaturar. Además, hubo ocasiones en las que incluso pareció que los premiados estaban interrumpiendo el espectáculo. De hecho, cuando alguno de ellos parecían haber excededido el tiempo que tenían asignado para su discurso, Barnatán no dudó en interrumpirlos con gritos acompasados con la música, aunque ni siquiera hubieran terminado la frase que estaban pronunciando.
Quizás fue lo que más rechinó de una gala que tuvo otros momentos destacables relacionados con las artes escénicas. Por ejemplo, el discurso de agradecimiento del director artístico del Teatro Central de Sevilla, Manuel Llanes, quien recogió el galardón a la Contribución de las Artes Escénicas otrogado al centro. “Este premio es un fomento a la ruptura del centralismo de los teatros que hacen trabajo de proyección nacional en toda España”, dijo en relación con la supremacía que suele tener lo que ocurre en Madrid y Barcelona. También quiso aprovechar el poco tiempo que tenía para “hacer un llamamiento a los medios para que salgan de estas dos ciudades y se fijen en la labor que hacemos desde otras salas en el resto de las Comunidades Autónomas”.
Uno de los galardones más conmovedores de la noche fue el Premio Max de Honor que le concedieron a la bailarina, directora y maestra de ballet María de Ávila, fallecida el pasado mes de febrero. Un reconocimiento más que merecido a una mujer que fue prima ballerina assoluta del Gran Teatro del Liceo, que fundó el Ballet Clásico de Zaragoza y el Joven Ballet María de Ávila, también en Zaragoza, y que llegó a dirigir el Ballet Nacional de España y el Ballet Nacional Clásico, refundidos en una gran agrupación. La etapa en la que De Ávila estuvo al frente de ambos se considera la de mayor esplendor en la danza española.
Ganadores Premios Max 2014
Espectáculo de Teatro. ‘Un trozo invisible de este mundo’.
Espectáculo de Teatro Musical. ‘La flauta mágica’.
Espectáculo Infantil. ‘El bosque de los Grimm’.
Espectáculo de Danza. ‘Lo Real /Le Réel / The Real’.
Espectáculo Revelación. ‘The Funamviolistas’.
Autoría Teatral. Pere Riera, ‘Barcelona’.
Autoría Revelación. Juan Diego Botto, ‘Un trozo invisible de este mundo’.
Adaptación de Obra Teatral. Carles Alfaro y Rodol Sirera, ‘L’Estranger’.
Dirección de Escena. Carles Alfaro, ‘El lindo don Diego’.
Actriz. Emma Vilarasau, ‘Barcelona’.
Actor. Juan Diego Botto, ‘Un trozo invisible de este mundo’.
Intérprete Femenina de Danza. Eva Yerbabuena, ‘¡Ay!’.
Intérprete Masculino de Danza. Israel Galván, ‘Lo Real /Le Réel / The Real’.
Composición Musical para Espectáculo Escénico. Maika Makovski, ‘Forests’.
Coreografía. Israel Galván, ‘Lo Real /Le Réel / The Real’.
Escenografía. Rebecca Ringst, ‘Forests’.
Figurinista. María Araujo, ‘El lindo don Diego’.
Diseño de iluminación. Valentín Álvarez, ‘Un trozo invisible de este mundo’.
Contribución a las Artes Escénicas. Teatro Central de Sevilla.
Empresa o Producción Privada de Artes Escénicas. Tanttaka Teatroa.
Teatro Aficionado. Confederación de Teatro Amateur ‘Escena Amateur’.