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Una de cada tres huelgas de trabajadores en 2013 fue en Euskadi

La conflictividad laboral en España ha aumentado un 28% en apenas dos años

El número de huelgas y cierres patronales en España ha repuntado un 28% desde 2011. Así, de los 777 casos con los que se cerró el año 2011, se pasó a 994 en 2013 debido, en gran parte, al tirón de Euskadi. Esta comunidad protagonizó el año pasado el 32% de las protestas laborales totales (318). En todo caso, el alza de la conflictividad se produjo tanto allí como en el conjunto de España, si bien el aumento general fue más moderado.

El caso de Euskadi es aún más llamativo si se tiene en cuenta que ésta fue la única comunidad autónoma de España que no superó el 18% de paro el año pasado.

Tras Euskadi, las otras tres comunidades con más huelgas en 2013 fueron Cataluña, Galicia y Navarra. La secretaria de Acción Sindical e Institucional de UGT-Euskadi, Maribel Ballesteros, destaca el factor común de que todas se encuentran en el “nivel del norte de España”.

Las claves que justifican esa mayor incidencia en la zona norte son dos, según Ballesteros: “Primero, el predominio de la industria, en particular la manufacturera, en estas regiones, sector en el que existe mayor capacidad de movilización de los y las trabajadoras. Además, precisamente en el corredor norte es donde mayor afiliación sindical existe. Es evidente que hay una clara correlación entre movilización sindical y adhesión sindical”.

Un rasgo particular de Euskadi es el amplio abanico sindical con el que cuenta. Además de los mayoritarios estatales CCOO y UGT, los sindicatos territoriales LAB y ELA tienen una fuerte presencia. Este sindicalismo a cuatro “favorece la movilización de los trabajadores, ya que la rivalidad sindical es mayor”, explica Ballesteros. Además, “la posición de los dos grandes sindicatos nacionalistas vascos, unida a la particular cerrazón patronal en Euskadi, han impedido renovar numerosos convenios colectivos, con la consiguiente repercusión en el crecimiento de la movilización”, añade.

Grandes movilizaciones a finales de los años 80

Echando la vista atrás, lejos quedan las movilizaciones de los años 1987 y 1991, cuando se realizaron 1.497 y 1.552 huelgas y cierres patronales en toda España, respectivamente. A pesar de que la población activa era inferior a la actual, el poder de movilización de los sindicatos era mucho mayor.

Entre los motivos de la pérdida de músculo sindical se encuentra el cambio de modelo impulsado por los sucesivos gobiernos. La industria, por ejemplo, tenía un peso mucho mayor hace 25 años: en 1990, representaba el 23% en relación al PIB, lejos del 14% actual. Este sector había sido tradicionalmente uno de los principales músculos sindicales y, de sus cenizas, han crecido en las últimas décadas otros colectivos como la hostelería, el telemárketing o el de los informáticos autónomos. Todos ellos, con una capacidad de movilización y organización mucho más limitada debido a la poca interacción que hay entre los trabajadores. En este sentido, Euskadi es uno de los pocos territorios que mantiene activa su fuerza industrial.

La pérdida de capacidad de movilización se refleja también en que, a nivel estatal, los sindicatos se reconocen incapaces de organizar una huelga general tan contundente como la de 1988, cuando lograron llegar a poner en jaque al segundo gobierno de Felipe González (1986-1989).

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