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¿Por qué votar a la periferia, desde el centro?

"Para votar/actuar izquierda desde el centro, es necesario mirar a la periferia"

Javier López // Este artículo surgió como reflexión. Soy gallego. Estudio en Madrid, (es irrelevante, creo que lo mismo podría haber escrito un griego residiendo en Berlín). Aquí, la mayoría de mis amigos “españoles” conciben los nacionalismos emancipadores  de Catalunya, Euskal Herria y Galiza (si se da la suerte de que conozcan el nacionalismo emancipador gallego), como algo sectario, egoísta. Ello es consecuencia de la exitosa labor de los medios de comunicación españoles, que asocian nacionalismo (emancipador) a PNV y CIU. Estos partidos no constituyen la base del movimiento independentista ni mucho menos lo representan. Muy al contrario, son la antítesis del mismo, pues el movimiento de liberación nacional está intrínsecamente vinculado a la emancipación social; es decir, a la equidad y la justicia social, como sucedió en el marco de la descolonización, y como sucede ahora en los países “sobredesarrollados”. Lo único por lo que luchan esos partidos es por conseguir la perpetuación de los privilegios de las clases dominantes en sus respectivos territorios. En Galiza nunca hubo una burguesía nacional, por eso no existe un nacionalismo capitalista como el mencionado en Euskal Herria y en Catalunya, y por eso también el nacionalismo gallego es ignorado en el resto del Estado y del mundo. No tiene esa capacidad financiera para hacerse oír.

Por tanto, no debemos confundir el nacionalismo burgués (PNV, CIU) que solo busca consolidar e incrementar los privilegios de la clase dominante en sus respectivos territorios, con el nacionalismo emancipador, que busca la liberación nacional y social con respecto a la clase dominante; en este caso, la oligarquía española. Por este motivo, la identificación de nacionalismo emancipador con chovinismo o localismo no es sino un extremo simplismo alentado por los medios de comunicación estatales, y que desgraciadamente  ha calado en gran parte de la izquierda que me atreveré a llamar españolista.

La izquierda españolista tiene complejo de inferioridad. No duda en apoyar la autodeterminación en lejanos pueblos del mundo, pero niega la autodeterminación  en los lugares más próximos. Quizás sin llegar a comprender que independientemente de otras circunstancias, la autodeterminación no es más que el derecho de los pueblos a decidir. Por ello, es el más democrático de los derechos, nadie que se considere de izquierdas puede negar el derecho de un pueblo a decidir.

Aclarado esto os preguntareis; ¿por qué votar a la periferia desde el centro? Como os decía, todos mis amigos madrileños piensan en clave nacional (estatal). La izquierda es aquella que se presenta de forma homogénea a lo largo de la circunscripción estatal española. Pero la izquierda política históricamente significa la ruptura con el régimen establecido (no su mera gestión), y seamos sinceros, ¿algún partido de izquierdas estatal supone en la actualidad una verdadera ruptura? Suponen resistencia, sí. Pero no ruptura. La ruptura viene con aquellos que son capaces de plantear la legitimidad de lo más básico; es decir, de la propia soberanía. Y esas voces discordantes, queramos o no, provienen de la periferia.

Desde la reivindicación de lo más básico, la soberanía popular, podemos empezar a cuestionar la propia legitimidad del régimen desde sus cimientos, y no plantearnos la mera pertinencia de medidas concretas, sino el origen de la capacidad normativa y su actividad ejecutiva. A nivel macro, desde Alemania a Grecia, o a nivel micro desde Madrid a Santiago de Compostela, para votar/actuar izquierda desde el centro, es necesario mirar a la periferia.

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Comentarios
  1. El internacionalismo no está reñido con la soberanía popular, se esta entendida como soberanía del pueblo (clase trabajadora) o de los pueblos.
    No esto de acuerdo con el autor en que la soberanís de los pueblos anteceda a la emancipación de la clase trabajadora. Tampoco estoy de acuerdo con pensador en negar la compatibilidad de la soberanía de los pueblos con la emancipación de la clase trabajadora.
    Dicho esto, me alegro que los principales partidos transformadores a nivel estatal hayaa asumido la soberanía de los pueblos (también ibéricos) como un valor propio; aquí también discrepo del autor y lo puedes ver en los programas electorales de IU, Equo y Podemos.
    Al mismo tiempo, a nivel personal me siento más cercano de una trabajadora andaluza o griega que de un empresario catalán (vivo en Catalunya); para mí la identidad de clase es mucho más importante que la nacional.
    Eso sí, nunca me pelearé por ni contra ninguna patria.

  2. La izquierda es universalista o internacionalista. Por tanto, es incompatible ser de izquierdas y nacionalista. Fin.
    Todo mi respeto a ser nacionalista, pero no eres de izquierdas. Así que encima no pretendas dar lecciones a los demás sobre su «izquierdismo». Yo no te las daré sobre tu nacionalismo.

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