Opinión | OTRAS NOTICIAS

La crisis de la FNAC

El autor, que trabajó durante cinco años en el departamento de comunicación y programación cultural de Fnac Barcelona, analiza el funcionamiento de esta empresa y su modelo de contratación laboral.

“En la Fnac cabe todo”, aseguraba un anuncio reciente. Incluida la precarización laboral, que ahora se vuelve en contra del principal distribuidor de productos de ocio nacional. Una crisis de credibilidad, resultado de la polémica huelga convocada por CGT en Fnac Triangle en la pasada fiesta de Sant Jordi, que provocó el boicot de numerosos compradores y el plante de todos los autores que debían firmar en sus carpas literarias. Algún escritor se enredó sin conocer a fondo la situación y por ello ha recibido varapalos ideológicos. Pero otros que se abstuvieron de firmar sólo buscaban proteger su imagen, como demuestran aquellos “solidarios” que no tuvieron problemas en acudir ese día a otras grandes superficies de similares condiciones laborales. Por su parte, hay empleados que celebran la repercusión mediática, que ciertamente ha visibilizado el descontento con mayor éxito que las reiteradas huelgas en Fnac A Coruña, mientras otros trabajadores temen por cómo se verá afectada la mano que les da de comer y lamentan la difusión de medias verdades como motivación para la huelga.

Se debe aclarar que es falso que los trabajadores de Fnac cobren tan sólo 750€ al mes por 40 horas semanales como han propagado las redes sociales, ha repetido buena parte de la prensa y sigue afirmando algún trabajador que probablemente olvida que recibe 14 pagas anuales o que la empresa nada tiene que ver en la cuota de la Seguridad Social y las retenciones fiscales. Hay quien culpabiliza a CGT, pero ese mismo sindicato es el que confirma que un trabajador recién llegado a Fnac cobra 7,75 euros brutos/hora (1), lo que por 40 horas semanales daría un salario base de 996 EURO con 14 pagas -unos 850 EURO netos-. ¿Recuerdan ustedes cuando el mileurismo les parecía indigno? En todo caso, los contratos a tiempo completo están reservados casi en exclusiva a directivos, jefes de departamento y mandos intermedios, y lo más habitual en esta franja son las 39 horas semanales. La verdad más hiriente es que un 60% de los trabajadores de Fnac tiene jornadas semanales muy inferiores, de 26, 20,14 e incluso 10 horas, suponiendo las dos últimas auténticos minijobs que no alcanzan los 500€/mes, “ideal estudiantes”.

La confusión informativa entorno a los salarios ha sido sin duda alimentada por el odio cainita entre sindicatos que -pese a que muchas tiendas de la firma carecen por completo de representantes sindicales- ha acabado generando insultos entre empleados, recordando aquella famosa campaña de Álex de la Iglesia censurada por TVE. Una situación especialmente patética cuando la principal motivación de los trabajadores de Fnac siempre fue el compañerismo que se respiraba en la plantilla, con una media de edad tan joven que en ocasiones aquello parecían unos campamentos. Hoy más bien se asemeja a una dura “mili”. Y lo sé porque trabajé cerca de un lustro en su departamento de comunicación y programación cultural en Barcelona, posición que felizmente abandoné pocos días antes del Sant Jordi de 2013, cuando también se pretendía una huelga. Y es que el declive del gigante europeo del ocio viene de lejos.

De cooperativa marxista a ‘multi’ neoliberal

Es conocida la afiliación trostkista de los dos fotógrafos franceses que en 1954 hicieron frente a los precios abusivos de posguerra fundando la cooperativa FNAC -siglas en francés de Federación Nacional de Compras para Profesionales-, que tres años más tarde abría su primera tienda en París. La Fnac que en 2013 tenía 178 locales repartidos entre la Europa francófona, España, Portugal, Brasil, Marruecos y Qatar era radicalmente distinta. En 1993 inauguraba la primera tienda española ocupando todo un edificio en la madrileña plaza de Callao, cuando Fnac no era partidaria de instalarse en centros comerciales y se enorgullecía de no hacer publicidad en el punto de venta -contrastando con la zona preferente dedicada a Apple, que ha sido su motor de ventas en los últimos años, o la actual presencia de comerciales de diversas marcas subcontratados mediante ETT-.

En 1994, Fnac era comprada por el grupo Pinault-Printemps-La Redoute (después PPR), un imperio multimarca que entonces incluía a Conforama o Yves Saint-Laurent y estaba presidido por el millonario François Pinault. El auge del Compact Disc estimuló el crecimiento de Fnac, pero con el tiempo el conglomerado empresarial se sumó a la tendencia general y empezó a exigir a su sector editorial unos ingresos a años luz de sus beneficios históricamente modestos, al tiempo que, según relatan fuentes anónimas, las diferencias salariales entre los distintos integrantes del consejo directivo del grupo provocaban una escalada al alza de sus nóminas.

En 2005 Pinault cede el puesto en PPR a su heredero, Francois-Henri, ex director general de Fnac, ex novio de Linda Evangelista, marido de Salma Hayek y uno de los 100 hombres más ricos del mundo. A partir de 2007, cuando la empresa se jactaba de que España era el país más rentable para la Fnac, la filial española inicia una vertiginosa expansión pasando de 16 tiendas a las actuales 25. Una voracidad que derivó en situaciones absurdas como que Barcelona ciudad cuente con hasta cinco tiendas que se hacen la competencia mutuamente. Visto en perspectiva, se diría que Fnac cometió un grave error estratégico, sobre todo teniendo en cuenta que ya en 2006 el grupo propietario había manifestado la intención de deshacerse de la multinacional del ocio. En su ansia por abandonar el sector de la distribución y apostar definitivamente por el sector del lujo, PPR intentó de nuevo vender Fnac sin éxito en 2012, justo después de haber esquilmado a Fnac España la totalidad de su beneficio neto de 2011 cobrándose dividendos en un momento en que la filial española estaba necesitada de activo pues acababa de abrir tres tiendas nuevas.

El cambio de orientación culmina el año pasado cuando PPR cambia su nombre a Kering, con las muy rentables marcas de moda Balenciaga, Bottega Veneta, Stella McCartney o Alexander McQueen como buque insignia. Ese mismo 2013, al no poder casar a la hermana fea del grupo, Pinault saca Fnac a bolsa, como último recurso de supervivencia de la que sin embargo sigue siendo “líder en la distribución de productos de ocio y entretenimiento” –tal y como afirma la web de Kering, que por otra parte la obvia en su lista de marcas propias-. Pinault asegura que su holding empresarial Artemis, principal accionista de la multinacional del ocio, mantendrá el 39% de las acciones al menos hasta 2015. Este 2014, cuando Fnac se enfrenta a un futuro incierto, Kering presenta orgullosa un incremento en su facturación.

Trabajar más por menos salario

Antes de la actual coyuntura económica, ya corrían los rumores sobre la posible venta o salida a bolsa. Desde 2010, Fnac empezó a decantarse por la contratación a tiempo parcial y la precarización continuada de sus trabajadores,pese a seguir cosechando pingües beneficios. Aunque la cifra de negocio a nivel global había caido el 3,2% y los beneficios se redujeron a la mitad, Fnac ganó 103 millones en 2011. La filial ibérica (España y Portugal) registró 16 millones de euros de beneficio neto en 2012 y 21,3 millones de euros en 2013, pero los “recortes” se siguen justificando en una previsión de pérdidas futuribles -calculada en base a un imposible crecimiento constante-. En Francia, donde las huelgas duran semanas y antaño guillotinaban a los explotadores, la casa matriz se enfrentó en 2012 a la ira de unos empleados que secuestraron durante horas a su director demostrando métodos mucho más expeditivos que los que en nuestro país se tildan enseguida de radicales.

En Fnac España, el aumento de atribuciones y descenso de retribuciones ha sido la pauta. En enero de 2013, sin esperar a su publicación en el BOE, la empresa ya aplicaba el nuevo Convenio de Grandes Almacenes acordado por la Anged (Asociación Nacional de Grandes Superficies, a la que pertenece Fnac) con Fetico y Fasga -los llamados sindicatos amarillos, sin apenas representación en Fnac- por el que se congelaban sueldos hasta 2016 y se suprimía la bonificación por trabajar en días festivos, entre otras rebajas laborales, algunas de las cuales acabaría anulando la Audiencia Nacional. No satisfecha con lo anterior, en marzo de 2013 Fnac realizaba unilateralmente un “ajuste para mejorar la competitividad” con una amenaza de ERTE que en suma reduciría los sueldos alrededor de un 15% y eliminaría el seguro médico. Ante los primeros paros de trabajadores en protesta y tras una ardua negociación sindical, la cosa se quedó en que viene el lobo: reducción de bonificaciones -incluidos los de la directiva- y copago del seguro médico privado -que por cierto no supone ningún “beneficio social” porque se paga con el sueldo del trabajador-.

Fuck

Mientras tanto, el goteo de bajas voluntarias y despidos procedentes por un supuesto bajo rendimiento era imparable. Ya fuera mediante el abuso de derecho que supone la reiterada aplicación del famoso artículo 41 de la reforma laboral pactada por CIU y PP, que invita al personal a marcharse con la indemnización mínima ante el empeoramiento de su situación laboral, o bien durante períodos en los que Fnac se negaba a reconocer esa misma modificación sustancial de las condiciones laborales, cerrando la puerta incluso a los 20 días por año trabajado, dejando sólo dos opciones al trabajador: largarse con las manos vacías o aguantar y tragar.

Tras las bajas de otros compañeros, la segunda opción supone además una sobrecarga de tareas, al tener que asumir las obligaciones de puestos de trabajo no reemplazados o ejercer duplicidad de funciones, con por ejemplo un solo responsable de Comunicación, de Mantenimiento o de Recursos Humanos para más de una tienda y más de dos -lo que sin duda es una modificación muy sustancial -. Todo muy legal y según a quien preguntes muy amoral, pero sobre todo muy poco práctico, pues supone una estrategia cortoplacista de pan para hoy y hambre para mañana que sólo se explica por la obsesión de la empresa en cuadrar el ejercicio anual, obviando que a la larga el ahorro le puede salir más caro -económica y metafóricamente-. Según un recuento extraoficial realizado por los trabajadores en el grupo de Facebook Fnac en Lucha, desde finales de marzo casi 90 empleados se han acogido al despido barato.

Apoyando la cultura (gratis)

“Somos especialistas y sabemos lo que vendemos” fue el primer lema de Fnac. Conocidos músicos, escritores, fotógrafos, ilustradores y realizadores han sido dependientes del supermercado de la cultura. Se valoraban ante todo los conocimientos del empleado, que tenía la oportunidad de labrarse un futuro en la empresa. Pero donde antes había expertos con orden de no molestar al comprador si este no les buscaba, hoy hay un manual de captación de clientes y cierre de ventas -incluyendo comisiones-, competición entre empleados por la máxima venta de seguros y otros servicios adicionales, y se ha abandonado la idea de una Fnac de especialistas al servicio de una clientela media y de alta gama, para competir con las grandes superficies de productos baratos.

Ante la caída del consumo en ocio, una seña de identidad de la empresa como es la acción cultural es a menudo puesta en duda por la propia directiva española, dada la complejidad de su monetarización. Fnac se había posicionado desde el primer día como una suerte de benefactora de las artes a través de sus galerías de exposiciones y de las numerosas actividades culturales celebradas en los Fórums de la multinacional, donde los artistas siempre han actuado de forma gratuita. Algo que no parecía importar en tiempos de vacas gordas, pero que quizá sería momento de cuestionarse ahora que la Fnac veta a los pequeñas editoriales y discográficas que no les llegan a través de grandes distribuidoras. También sería interesante que el caso Fnac abriera un debate más amplio en el sector de los trabajadores de la cultura para discutir el modelo de consumidor cultural impuesto desde los años 80, así como para encontrar mecanismos de retribución acordes con la excepcionalidad de su función –porque la deseable Free Culture significa “cultura libre” y no “cultura gratis”-.

Cuando la imagen amable que hasta ahora distinguía a la Fnac contrasta con los datos revelados sobre la precarización laboral de sus empleados, el público muestra sorpresa, pareciendo olvidar el tópico: “¡Es la economía, estúpido!”. Lo cierto es que la situación de los trabajadores de Fnac es igual y a veces sensiblemente mejor que la cualquier empleado del resto de grandes almacenes como El Corte Inglés, Media Markt, Makro, Leroy Merlin o Carrefour. Quizá lo de Fnac duela más porque la buscada complicidad con sus socios la hacía pasar por una marca comprometida con el arte, el progresismo y la pluralidad sociocultural, pero lo cierto es que no es más que otra empresa que aprovecha los mecanismos orquestados a su medida por el Gobierno en aras de una improbable reactivación económica. Seguir nutriendo este injusto modelo de negocio está en manos del consumidor. La precarización contra la que siempre luchó la clase obrera afecta hoy a la menguante clase media, a la que se empobrece progresivamente para mantener los irreales beneficios de las élites capitalistas. Las cosas no volverán a ser como antes. Y no es alarmismo, sino una afirmación basada en datos palpables. Pero si usted no lo quiere reconocer, tranquilo, quedan años de recesión por delante para que lo acabe de asumir -o se rebele en pro de un modelo socioeconómico más justo-.

 (1) Rectificación del autor realizada el 3 de mayo de 2014: Para la hipotética figura de un recién llegado que obtuviera un contrato a tiempo completo, extrapolé los 7,75 euros por hora con pagas incluidas hasta 1.240 euros brutos, pero olvidaba los períodos vacacionales. Teniendo en cuenta que las horas efectivas de trabajo durante el año serían 1.798 a tiempo completo, a lo que según el actual Convenio correspondería un sueldo anual de 13.951,11 euros, esto da en realidad 1.162 euros con las pagas extras prorrateadas o 996 euros cobrando 14 pagas.

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Comentarios
  1. Ayer estuve en Fnac Sevilla, seccion de libros ,al ir a pagar en la misma seccion cuando rechace cortesmente la tarjeta Fnac la actitud de la dependienta fue de un grosero borderio intolerable,no se los deje porque iba con mis hijos y no queria montar pollo. ¿se debera eso al sueldo? ¿tengo yo que pagar sus condiciones laborales? Fallo mio.¿ Volver a Fnac? No creo. Me deje 72 euros. Nunca mais.

  2. Carlos G. Vela. Quien te paga? Fnac te recompensará? Tu «articulo» parece muy pro-fnac.
    Como ex-trabajador esta empresa no es tan «ideal» como tu comentas…
    Venga dime a que pez gordo conoces dentro de Fnac? Para poder imaginar como te devolverán el favor..

    • Sr montoya, el compañero carlos hace aproximadamente 3 semanas que no trabaja en FNAC, a ver si leemos los articulos como toca y no lo que nos apetece. Carlos ha escrito algo de una manera imparcial y siempre tiene que salir algun «pirao» a poner medallas que no tocan. Por cierto, muchos, muchisimos trabajadores de la FNAC estamos medianamente contentos con lo que hay, pese a que entendemos TODO el percal montado, las iniciativas como las de CGT solo hacen que empeorar la situacion dando escusas a la empresa para apretarnos mas, despedir personal, etc… Vamos…que a pagar el pato de 4 tontos que vienen a no currar y a pasar el rato y a dejar tirados a los compañeros de sus secciones. Una pena.

    • Precisamente no es un artículo que deje muy bien a Fnac. Al contrario. Es bastante lamentable la imagen de la empresa.

  3. En respuesta al primer comentario, el sueldo real anda en torno a los 900 y algo. Pasar de 1000 (no mucho más) significa haber podido cumplir objetivos altos en servicios complementarios tipo seguros y así. ¿1200€???yo no los he visto ni oído nunca.

    Y más aún… Imposible conciliación d la vida familiar, sábados sin fiesta casi nunca, cada vez más cosas a cubrir sin recibir una contraprestación, incentivación del acoso al cliente…

    Todos los principios que enarbola la empresa son papel mojado. Para muestra un botón: los productos que recomienda la fnac con sus etiquetas especiales lo son, independientemente de su calidad, porque obtienen pluses especiales por parte del distribuidor si alcanza unas cifras mínimas…

  4. Hola, yo trabajo en fnac desde hace muchos años. Debo decir que el sueldo de un trabajador de 39 horas está entre los 900 y los 1200€ limpios, con lo que no es cierto lo que se ha estado diciendo. Por otro lado, lo que lamentamos es que desde hace 3 años no se hacen contratos indefinidos, aunque el trabajador realmente se lo merezca…y eso es una pena y una mala gestión empresarial alentada por un gobierno que parece que no haya conocido nunca a un trabajador de a pie. Entendemos que una empresa está para ganar dinero y no ser una ONG y si les dan vía libre para hacer estas cosas está claro que las van a hacer para obtener más beneficio a corto plazo…eso sí, a largo plazo puede pasar factura. También es cierto que en todos estos años hemos visto a muuuchos trabajadores, ex-compañeros, que se han aprovechado de la Fnac y que incluso hemos alucinado al ver que la empresa haya tardado tanto en despedirlos (bajas ficticias, no trabajar, aprovecharse de su situación, no atender, no ser amables con el cliente, o no tener ni idea de hacer las cosas y no querer aprender). Quizá por eso empezaron a dejar de hacer indefinidos…aunque no lo comparto cuando el trabajador es bueno y lo demuestra en el día a día. Además si lo hacemos mal somos muy baratos de despedir, por muy indefinidos que seamos.
    Otra de las cosas que hacen que los trabajadores estén desmotivados es el hecho de no poder mejorar su condición o progresar, ya que llega un punto en el que para ser responsable debes irte de tu ciudad donde tienes familia, amigos e hipoteca en algunos casos. Aunque seas el mejor no tienes opción si no te vas o caes en gracia…y es que los españoles, como dijo Iker Jiménez hace poco, somos cainitas…Una empresa que alienta esto, que hace que tengas que perder todo porque creen que así te dedicadas en cuerpo y alma a ellos, no puede progresar. Lo correcto es pensar que cuanto más contentos estemos, mejor trabajaremos y eso está demostrado. Hay que ser justos, unos y otros.
    Flaco favor nos hacéis no yendo a comprar, muchas familias pueden irse al paro, aunque estáis en vuestro derecho. Y los que roban creyendo que van contra la multinacional (aunque eso es la excusa de los rateros de poca monta), decirles que lo que hacéis es que hayan más pérdidas y menos gente contratada…con lo que contribuís a la precariedad y a que se nos vea como un país de pandereta. Robar está mal, independientemente de a quién sea…flipamos cuando vemos que alguien ha robado la funda de 10€ para un iPhone.
    Lo que esperamos es que se reactive el comercio, vuelvan a revisar salario cada año, hagan a más compañeros indefinidos, que los que estén a 20 horas puedan compaginar otro trabajo (eso depende del gobierno), que podamos progresar en nuestra ciudad y que dejen de abrir Fnac en centros comerciales…porque no funcionan. En definitiva, pensar un poco.

    • Si eres un 39h, a) tienes cierta antigüedad porque ahora no se contrata a nadie a tiempo completo sino es de mando intermedio para arriba, por lo que cobras trienios; b) tu sueldo está a 7,99/h (para alguien que entra lo tiene a 7,75 y puede tardar hasta 5 años para subir). Por tanto, en el supuesto que entrara alguien de personal base, su sueldo neto sería el que indica el artículo, unos 850 Euros/mes. Sí que es cierto que hay mucha desmotivación, mucha sensación de que allí se nos está tomando el pelo y se nos quema a la velocidad de la luz imponiendo un ritmo de trabajo demasiado acelerado y unas exigencias comerciales constantes, de que no hay futuro estable para nadie (cerca de 90 compañeros, entre ellos jefes de departamento y mandos intermedios, han abandonado Fnac en las últimas tres semanas por la última modificación sustancial de nuestras condiciones), y que es una Empresa basada en la rotación de su personal. Si, es cierto, ante este panorama, algunos compañeros se desidentifican por completo con Fnac y pasan a la ofensiva contra la Empresa como pueden.

  5. Cobran un salario de m*, hagan las horas que hagan. ¡Ni que tuvieran la opción de pasar a trabajar a jornada completa si así lo desean!

  6. el supermercado para la cultura dudo que funcione. Las lechugas se parecen en todas partes pero los libros y los discos no. Depende mucho de donde se cultiven. Es por esto que hay que dudar de la supervivencia de estos establecimientos generalistas

    • Mucha gente lleva vaticinando el trompazo de este tipo de negocios desde hace años (por la piratería, etc…)pero el caso es que vemos cómo Fnac (al menos en España) no para de mejorar sus beneficios año tras año. No olvidemos que también venden tecnología y en eso son de los mejores. El que quiera piratear una peli, un disco o un libro ha podido hacerlo desde hace ya 15 años y no parece que este tipo de tiendas hayan fracasado puesto que cada vez abren más. Donde sí corren peligro es en la pérdida del personal tan cojonudo que tienen de cara al público y lo de los salarios es de vergüenza. Ya podrían ponerse de acuerdo también en ECI que incluso están peor…

  7. Se te olvida comentar en tu extenso artículo la precariedad laboral que se da en FNAC. A los seis/siete meses te vas a la calle por muy bien que trabajes. No quieren plantilla fija. Y eso es muy frustante para cualquier trabajador. Además hay en este caso un aspecto interesante. FNAC es una empresa que «va de guays», de moderna, de cultureta…y es aún más imperdonable que esa fachada esconda unas malas condiciones laborales. Eso sí, es tan moderno tratar mal a los trabajadores…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.