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El comisario jefe de los Mossos pide perdón
Artur Mas insta a los policías a aprender de los errores y a tener "voluntad de enmienda"
El comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, ha aprovechado el discurso del Dia de les Esquadres para pedir “disculpas” y “perdón” a todos aquellos ciudadanos que “se han sentido perjudicados por nuestras acciones”.
Aunque Trapero no se ha referido a ningún caso concreto, en la mente de los asistentes al acto que ha tenido lugar en el Auditorio de Barcelona, estaban las últimas muertes sucedidas cuando los fallecidos eran sujetos de intervenciones policiales.
El comisario jefe se ha disculpado tácitamente ante las familias si en algún caso “no hemos cumplido sus expectativas” antes de asegurar que “el orgullo de pertenencia a nuestro cuerpo en ningún caso presupone que seamos insensibles al sufrimiento de estas personas, a las que hemos perjudicado”. Asimismo, ha renunciado a parapetarse en “un corporativismo que nos ciegue y nos cierre los ojos».
Los Mossos d’Esquadra se han visto envueltos en los últimos meses en varias actuaciones que han acabado con la vida de dos personas tras ser reducidas por agentes del cuerpo. Tras la muerte en octubre del año pasado del empresario Juan Andrés Benítez, tras ser reducido a golpes, llegaron los fallecimientos de otras dos personas a principios de este mes tras sendos forcejeos con la policía que les iba a detener en Barcelona y Salou.
Tras las palabras de Trapero, el presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, también ha instado al jefe de los Mossos a la autocrítica al aconsejarle que «lo peor de un error no es cometerlo, […] lo peor es no aprender y no tener voluntad de enmienda, que debe ser permanente».
En las puertas del Auditori de Barcelona se congregaron cerca de 200 miembros de la policía catalana y el cuerpo de bomberos que protestaban por los recortes, por los que han abucheado al president. Además, los Mossos han criticado que se haya condecorado a los jefes de seguridad de Albertis o El Corte Inglés y no se reconozca la labor diaria de los agentes del cuerpo.