OTRAS NOTICIAS | Otros
El debate de la redacción: Publicidad de partidos
El consejo rector de la cooperativa que edita 'La Marea' decidió aceptar anuncios de formaciones políticas que no contradigan nuestros principios éticos. En la próxima asamblea, todos los socios nos pronunciaremos de manera explícita sobre este tipo de publicidad.
Un partido político contactó el pasado mes de abril con la redacción de La Marea para decirnos que le gustaría anunciarse en la revista con motivo de las elecciones europeas, convocadas para el 25 de mayo. Y la verdad es que la propuesta nos cogió por sorpresa. Hasta entonces, no nos habíamos planteado esa posibilidad. En nuestro código ético, aprobado en asamblea a propuesta de un socio lector, no se especifica nada sobre formaciones políticas. El texto consensuado dice lo siguiente:
“Como norma general, aceptamos publicidad de productos y marcas que no contradicen nuestros principios editoriales. Por el contrario, rechazamos los anuncios de prostitución y todos aquellos que resultan sexistas, racistas o que fomentan la discriminación. Tampoco promocionamos productos financieros especulativos ni empresas que inviertan en energías sucias o armas.
Aceptamos publicidad institucional, siempre que su contenido no entre en colisión con nuestros principios básicos.
La publicidad en ningún caso puede condicionar explícita o implícitamente los contenidos ni la línea editorial de nuestro medio de comunicación”.
En los 15 números anteriores de La Marea hemos librado una batalla constante para encontrar publicidad acorde con nuestros valores. Los comerciales que hemos intentado contratar nos han deseado suerte tras concluir que veían difícil “inventar” una cartera de clientes que no fuese la habitual en los medios y que, en su gran mayoría, no se ajusta a nuestro código ético.
Distintos profesionales, sabedores de que hemos rechazado algunas ofertas atractivas para nuestra modesta economía, nos han aconsejado que relajemos el código ético, pero nuestra respuesta suele ser la misma: “Quizá nuestros principios serán nuestros finales, pero no se puede ser un poco menos ético. Se es o no se es”.
Y, de repente, cuando llegó la proposición del partido político a la que aludíamos, la redacción decidió que valía la pena aprovechar la ocasión para reflexionar al respecto en el seno del Consejo Rector de la cooperativa MásPúblico, editora de La Marea. Tras un prolongado debate, este órgano gestor decidió aceptar la publicidad de aquellas formaciones que no contradigan nuestros principios editoriales. Por ello, finalmente, en este número hay inserciones de dos partidos.
Ahora, de cara a la celebración de nuestra próxima asamblea general, queremos consultar a los socios y socias al respecto para que se pronuncien de manera explícita. Y no sólo sobre la publicidad de partidos políticos, también queremos definir con más detalle entre todos qué promociones podemos aceptar y cuáles no. Y es que a menudo se nos plantean dudas que debemos resolver en poco tiempo, los anunciantes no esperan eternamente.
Otro motivo para concretar aún más nuestro código ético es el interés que éste ha despertado en algunos medios, que nos han pedido que se lo hiciéramos llegar para ver si podían adoptarlo. Su petición se produce tras conocer que La Marea rechazó percibir ingresos procedentes de la publicidad de Heraldo de Madrid, un proyecto colectivo en el que hemos participado.
«la redacción decidió que valía la pena aprovechar la ocasión para reflexionar al respecto en el seno del Consejo Rector de la cooperativa MásPúblico, editora de La Marea». Cuantas personas relacionadas con esos partidos están en el Consejo Rector??
En general todo lo del código ético es una idea muy difícil de llevar a cabo. No solo por las limitaciones económicas, sino por las decisiones que hay que tomar a diario: ¿quién pasa el filtro y quién no?
Pero, ahora que lo estoy pensando, esto que digo no es específico sobre La Marea, ¿verdad? Vivir con unos principios éticos es así.
He de decir que sí me ha alegrado que fuera más de un partido/coalición los anunciados (y mejor que hubieran sido cuatro). Y también me alegró ver que, en ese mismo número, participaba una eurodiputada de los verdes y se presentaba una iniciativa en la que estaba el Partido X, esto es, que se habla de las opciones que no han pagado. Es tranquilizador que se note que la publicidad compra, como mucho, la página que ocupa, pero no más.
Hay que tener cuidado. Según el organismo que controla la publicidad en Reino Unido, los nombres de los partidos españoles podrían ser considerados fraude electoral:
http://etcnoticias.wordpress.com/2014/04/25/los-nombres-de-los-partidos-espanoles-ejemplo-de-mala-praxis-para-el-organismo-que-regula-la-publicidad-en-reino-unido/
No me termina de convencer del todo que se acepte publicidad de partidos políticos. En el debate de 2011 entre Rajoy y Rubalcaba, el candidato socialista hablaba de poner un impuesto a la banca… pero el PSOE no tiene credibilidad para llevar este tipo de ideas a la práctica.
Pero también entiendo que para que La Marea salga adelante, necesita apoyo financiero, y al fin y al cabo es una publicidad puntual por las elecciones europeas.
Sin embargo, creo que aceptar publicidad de partidos podría condicionar la libertad e independencia del medio, pero como también comprendo que es necesario el dinero, hago un llamamiento a que se suscriba más gente a La Marea. Es la única forma de que se garantice la libertad y la independencia del medio.
Propongo que cuando se llegue a 3500 suscripciones se elimine la publicidad de partidos, aún estando en periodo electoral. Y que sólo se acepte hasta entonces como una ayuda que puedan dar determinadas fuerzas políticas para consolidar el futuro de la revista.