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“Los jueces deberían hacer una lectura de las leyes más acorde con los derechos humanos”

La abogada Ana Messuti confía en que si se cumplen las normas y los tratados internacionales se podrá ver a torturadores de la época franquista sentados en el banquillo de los acusados

MADRID // Ana Messuti forma parte del equipo de abogados presentes en la querella argentina que investiga los crímenes del franquismo. Firme defensora del principio de Justicia universal, presentó este martes la publicación en España del libro Un deber ineludible. La obligación del estado de perseguir penalmente los crímenes, publicado el año pasado en Buenos Aires y que ahora, debido a su actualidad, recupera la editorial Marcial Pons. La abogada critica las decisiones del gobierno de Mariano Rajoy que limitan la justicia universal.

¿Qué podemos encontrar en este libro?

Los fundamentos internacionales que obligan al Estado a perseguir los crímenes más graves -contra la humanidad y genocidio-, a pesar de que haya sido el propio Estado el que los haya cometido o amparado. Y en torno a este tema central, otros temas que se plantean como problemáticos y que he intentado analizar desde la visión de la filosofía del derecho que prefiero, la hermenéutica. Unos de esos temas es la relación entre las normas morales y las normas jurídicas, las normas nacionales y las internacionales, el individuo y la comunidad internacional.

¿Qué tipo de crímenes internacionales deberían perseguir penalmente los estados?

Al hablar de crímenes internacionales ya estamos dando por sentada la obligación de perseguirlos penalmente. En mi libro, y cuando hablamos de esos crímenes en el contexto de la querella argentina, los crímenes internacionales son los crímenes contra la humanidad y el genocidio, los crímenes cuya gravedad es tal que el interés en perseguirlos penalmente, es decir, investigarlos y juzgarlos, sobrepasa las fronteras de los estados. El Estado no puede hacer lo que quiere con sus ciudadanos. Toda la comunidad internacional se interesa en que no se cometan esos crímenes aunque todo quede dentro de un mismo Estado.

¿Está muerta la justicia universal?

Por supuesto que no, la existencia de los tribunales internacionales y la propia causa argentina por las víctimas del franquismo lo demuestran.

En ocasiones parece que hay demasiados tribunales internacionales pero con poca jurisdicción y demasiados problemas para juzgar a criminales, ¿es así?

No son demasiados los tribunales internacionales, obedecen a las necesidades que se han dado en determinados países. Estos crímenes siempre conllevan problemas, pero el problema más grave es queden impunes…

En este sentido, el Congreso de los Diputados ha dado vía libre a la reforma de la ley que limita la Justicia universal, ¿qué significa esta decisión?

Significa un empobrecimiento para la justicia española que tiene y tendrá, en sus relaciones internacionales, repercusiones más graves que las que se intenta evitar con la limitación.

¿Qué le diría al ministro Gallardón sobre este tema?

Si vamos un poco más allá, hay cierta coherencia en esa limitación, porque cuando se juzgaba a los dictadores argentinos o a Pinochet u otros era inevitable preguntarse: ¿Y por casa cómo andamos? España era un ejemplo en la persecución de los graves crímenes, pero siempre que se cometieran en otros países, dejando impunes los miles de desapariciones forzadas, asesinatos, torturas, robo de niños, trabajo forzado, exiliados abandonados a los nazis, etc, etc. No quiero decir que apruebo la reforma, sino que se pone al descubierto la verdadera posición del gobierno respecto a la jurisdicción universal.

¿En qué situación se encuentra la conocida como ‘querella argentina’?

Sigue avanzando. Se han tomado declaraciones a varias víctimas o familiares de víctimas, tanto en Buenos Aires como en Madrid, por videoconferencias. Se han librado exhortos pidiendo una exhumación y una toma de huellas genéticas. Y, como todos sabemos, se han celebrado dos vistas de extradición a efectos de tomar declaración indagatoria a dos presuntos torturadores.

¿Veremos a alguna vez a alguien relacionado con el franquismo en un banquillo respondiendo por los crímenes o torturas de entonces?

Si se cumplen las normas y los tratados internacionales (lo que significa también la posibilidad de que España opte por juzgar esos crímenes aquí), lo veremos, sí, lo veremos. Tampoco en la Argentina se pensaba que alguna vez se juzgaría a los militares acusados de violaciones gravísimas de derechos humanos… y ya se han sentado en el banquillo cientos y cientos.

¿A España sólo le queda la justicia Argentina para intentar juzgar al franquismo?

Confiamos en que no sea así. Precisamente la hermenéutica nos dice que el derecho depende de la interpretación que le queramos dar. Sería bueno que los jueces españoles no se sintieran atados por los textos legales sino que se permitieran una lectura más acorde con el derecho internacional de los derechos humanos. Ya hay algunas actitudes muy alentadoras en ese sentido.

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