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“Me dicen ‘rector, sé insumiso’ pero no puedo”
El rector de la Universidad de Zaragoza y presidente de la CRUE descarta participar en cualquier acción de protesta contundente contra los recortes del Ministerio de Educación
Manuel López (1946), rector de la Universidad de Zaragoza, es también presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE). Desde uno de los despachos del paraninfo, reconoce las duras consecuencias de los recortes educativos pero descarta realizar grandes gestos de protesta.
¿Es difícil representar a los rectores en estos tiempos?
La universidad y la CRUE tienen un papel institucional que obliga a ser leal al Gobierno y a sus mandatos. Por otro lado, tenemos que defender los legítimos intereses del sistema universitario. Es complicado. Se les echa en cara que no tomen una posición más activa contra los recortes o la subida de tasas. Lo sé. A veces me dicen: “Rector, no cumplas la ley, sé insumiso”. Les digo que no puedo. La primera responsabilidad que tengo es ser garante de la ley. Si tuviera una objeción de conciencia profundísima, lo que tendría que hacer sería dimitir. Nosotros transmitimos todas las sensibilidades al Ministerio, pero cumpliendo la ley.
¿En qué punto se encuentra la universidad?
Los recortes le afectan muchísimo. Cuando la universidad española está en plena convergencia con la UE, proceso en que vamos a la cola, llegan los recortes. También cuando está creciendo de forma importante la actividad científica. Hay dificultades en las becas, se suben las tasas y se instala una opinión en la población de que estudiar es más caro. Es un hecho que miles de universitarios han tenido que dejar sus estudios.
¿No está agotado el diálogo?
Es compatible una posición de diálogo con la defensa activa de nuestros intereses. Por un lado, está el problema del número de estudiantes, que iba aumentando y, tras dos años de subida de tasas y recortes de becas, hay una reducción de la demanda. Por otro, la posibilidad de contratar al profesorado en formación es mínima. En los tres meses que llevo en el cargo estoy harto de decirlo donde tengo que decirlo. Pero sé que, por ejemplo, sobre la tasa de reposición no va a haber solución este año. En financiación, estamos en los niveles de hace tres años, que era menor que nunca.
¿Hasta cuándo se puede aguantar en esta situación?
En algún momento habrá que hacer algo. No lo sé. Estamos debatiendo internamente, pero algo haremos.
¿Cree que el ministro Wert está interesado en un diálogo real?
Sí, no puedo decir lo contrario porque he visto que es así.
¿Por ejemplo?
El Ministerio nos dice, y no tengo razones para no creerles, que en materia de reforma universitaria nos consultarán cualquier medida. No dudo que será así. Aunque, bueno, reforma universitaria también son las becas o el hecho de que no podamos contratar a profesores. En estos temas hablan con nosotros, pero nos dicen que no hay soluciones.
¿Se han marcado alguna línea roja?
Estamos ahora en ese punto de la reflexión.
¿Se baraja alguna acción contundente, como una dimisión colectiva?
Bueno, no creo que se produzca, iría un poco en contra de lo que tenemos que hacer como rectores, que es estar en la dirección de un barco que tiene problemas. Hay otras cosas encima de la mesa, pero no están muy maduras y no puedo comentarlas.
En cuanto al modelo público, ¿se está tocando la médula?
Sinceramente, creo que este modelo es irreversible. Es el mayoritario y prioritario en toda Europa. Estas medidas podrían debilitarlo, pero la preocupación del sistema público está compartida por el privado. Los rectores privados opinan como nosotros.
A ellos les afecta igualmente el problema de las becas, por ejemplo, y el paro juvenil de los universitarios. El sistema privado pasa también épocas difíciles.
Por tanto, ¿cree que la situación es reversible?
Por supuesto. Pero el daño mayor que se puede hacer en este momento es que disminuya el talento. Hablo de jóvenes que renuncien a estudiar en la universidad por sus dificultades económicas; o universitarios que no empiecen su tesis porque ven que el camino es muy dificil y no hay salida; o los que no quieran terminar aquí su carrera investigadora porque fuera se está manteniendo o aumentando la inversión; o los jóvenes que tienen como primera opción irse al extranjero. Ahí sí se puede producir un daño a largo plazo, en los recursos humanos.
La anterior presidenta de la CRUE llamó a “apadrinar estudiantes”.
Es una declaración que yo comprendo profundamente y comparto en su intención. Si yo voy a una entidad privada y le digo que me financie unas becas para estudiantes muy buenos o que me vengan de fuera, me las da. Pero si le pido dinero para complementar becas de estudiantes españoles, se ríen. Me dicen que eso es obligación del Estado. Las entidades privadas dan dinero para objetivos compartidos. El resto de gastos no lo van a cubrir.
Una entidad privada no pone dinero a cambio de nada.
No, sacan cosas, sin ninguna duda. Muchos estudiantes me dicen que cómo es posible que el Banco Santander apoye el papel de las universidades. Bueno, este banco ha pensado que su imagen corporativa gana haciendo esto. Pues bien, ojalá todas las instituciones financieras hicieran lo mismo. El Banco Santander ha promovido ya unas 100.000 becas en Iberoamérica. Los estudiantes también se quejan de que esto condiciona la política universitaria,pero eso no es verdad. ¿Por qué hace esto el Santander? Porque tiene intereses financieros en Iberoamérica y cree que esto es una buena manera de presentarse.
El rector en lugar de optar por ser pusilánime, por la comodidad de no incordiar a los tiranos, tiene ejemplos de aragoneses ejemplares que amaban a su tierra y que luchaban por un mundo más justo, equitativo y libre aun cuando ellos no llegaran a disfrutarlo. Me refiero a Personas como el inolvidable José Antonio Labordeta que no dudaba cuando era necesario en mandar a la mierda a los tiranos y mediocres a los que estamos sometidos otra vez.
Faltan unos cuantos Labordetas. Todo sería distinto.
Respecto a la buena voluntad de Wert, por favor: no nos trate como niños.
«A veces me dicen: “Rector, no cumplas la ley, sé insumiso”. Les digo que no puedo. La primera responsabilidad que tengo es ser garante de la ley»
No es cierto, la primera responsabilidad de un rector es representar a su universidad y defender sus intereses. Si eso entra en contradicción con el gobierno, hay que enfrentarse al gobierno. Y la primera insumisión posible es la de renunciar a la presidencia de la CRUE y no asistir a sus reuniones.
Todo el mundo se ha vuelto dócil, disciplinado.
Dinero lo hay, para rescatar bancos, para pagar deudas que no nos pertenecen, para defensa, para la iglesia, para muchas cosas secundarias.
Que lo exijan Wert y el rector para invertir en lo que es preciso y de su responsabilidad.
Ir para atrás en educación, sanidad, investigación, gastos judiciales, bienestar social y un largo ect. es una perversidad y no podemos consentirlo.