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España reduce la ayuda al desarrollo un 70% en cuatro años
El informe 'La realidad de la ayuda 2013' de Oxfam Intermón constata un mínimo histórico en cooperación. Las ONG lamentan que el perjuicio causado es muy superior a la incidencia del ajuste en las cuentas públicas
En la tarde de ayer, Oxfam Intermón presentó su informe anual La realidad de la ayuda 2013, un documento en el que se analiza la participación que ha tenido la ayuda pública en la cooperación internacional al desarrollo en el periodo 2008-2012. La publicación llega en un momento en el que la situación de la pobreza en España se ha disparado alcanzando las mayores desigualdades y en un contexto de drama social por las muertes y heridas que sufre un gran número de migrantes subsaharianos en su intento de entrar en territorio español.
El informe destaca que la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) ha tenido un recorte del 70% en estos cuatro años, algo que para Jaime Atienza, director de Campañas y Ciudadanía de Oxfam Intermón, es una “actuación ilógica y que no es proporcional al recorte en otras partidas del presupuesto”. Según la ONG, durante el transcurso de la crisis no sólo se ha reducido el dinero público destinado a la cooperación internacional, sino que también se han cambiado las estrategias y el destino de las mismas. Para Atienza, los grandes damnificados han sido los ciudadanos pobres del África subsahariana, que han visto cómo las ayudas del Estado español a sus países se han reducido de los 1.080 millones de euros que se destinaban en 2008 a unos 220, es decir, un 80% menos.
En partidas como las ayudas a la investigación contra enfermedades como la malaria, la polio o el virus del VIH, estos recortes son todavía más demoledores, ya que se han eliminado por completo. “Estas personas que están intentando cruzar el estrecho o llegar a Melilla huyen de la pobreza, por lo que una de las principales cosas que podemos hacer es trabajar desde la cooperación para reducir la pobreza y ofrecer oportunidades. La reducción salvaje de la política de cooperación reduce estas oportunidades y hace que la migración sea una de las únicas opciones de los subsaharianos”, afirma tajante Atienza.
Este diagnóstico es compartido por Marco Gordillo, el vocal de Incidencia de la Coordinadora de ONGD de España. Para Gordillo “el problema de las migraciones, sea desde el África subsahariana o desde cualquier otro lado, hay que mirarlo desde una visión amplia, no sólo intentando frenar la migración, sino preguntándonos por qué se produce y si estamos colaborando o no para que los países de procedencia puedan mejorar su situación”.
El África subsahariana, olvidada
El responsable de la Coordinadora de ONGD apunta como clave el giro que ha experimentado la política de cooperación española, que ha pasado a concentrarse en sólo 23 países, principalmente latinoamericanos y del norte de África. El olvido por parte de la AOD española del África subsahariana provoca que Gordillo, siguiendo la línea que antes mostró Atienza, defienda que “los recortes en cooperación afectan de una manera inmediata y directa a las condiciones de vida, por lo que si no somos capaces de estar presentes en esos países y ofrecer alternativas, los recortes forman parte de la causa por la que muchas personas se lanzan a emigrar a España”. “Esta Marca España se convierte en una marca que habla sólo del interés propio”, completa Atienza, “que habla del fomento de nuestra propia economía y nuestro propio bienestar y no de una marca ilustrada y solidaria que además de pretender tener empresas punteras, busque formar parte de una comunidad internacional más justa”.
En algunas discusiones políticas y en ciertos medios de comunicación, el cambio de estrategia a largo plazo y, sobre todo, la reducción del presupuesto destinado a la cooperación internacional se defiende por la situación de crisis en la que se encuentran las arcas estatales y por los recortes que se están haciendo en Educación, Sanidad, etc. Para Gordillo, estas justificaciones son doblemente erróneas por dos razones: la primera es que, según él, “este divorcio de ‘primero atendemos a los de dentro y si sobra a los de fuera’, que es al final o que plantea el Gobierno, no es cierto, ya que las encuestas demuestran que la mayoría de la población cree que hay que mantener la cooperación”. En segundo lugar, el representante de la Coordinadora de ONGD defiende que “nosotros consideramos que la cooperación no es sólo para épocas de bonanza sino un imperativo moral de los que entendemos que forma parte de unas relaciones internacionales sanas y solidarias”. Atienza, de Oxfam Intermón, tampoco entiende esta distinción, ya que “la ayuda al desarrollo es una parte fundamental de los derechos sociales, queremos sociedades justas por lo que no queremos que se recorte ningún aspecto del Estado social sino que se refuerce en todo el mundo”.
En el informe de la Realidad de la Ayuda no sólo se hace un repaso por la situación de la Ayuda Oficial, sino que también se hacen propuestas para buscar nuevas vías para financiarla. La principal propuesta es la puesta en marcha de una tasa a las transacciones financieras, conocida como Tasa Tobin, para destinar lo que se recaude a la dotación de una renta básica que cubra las necesidades del más de millón de familias que no cuentan con ningún ingreso en España, y para el fortalecimiento de la cooperación. Este es uno de los principales objetivos que el sector de la cooperación tiene por delante en el plazo corto, además del de frenar unos recortes que, como defiende Atienza, “dejan a millones de personas sin atención y que tampoco sirven para estabilizar presupuestos por lo poco que suponen. Como se dice en nuestro ámbito, querer reducir el déficit recortando en cooperación es como querer perder peso cortándose el pelo”.
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