Cultura | OTRAS NOTICIAS

Tres aplicaciones de los drones que no avergonzarían a Obama

Esta semana se ha celebrado UNVEX, la mayor feria española sobre vehículos no tripulados. Pese a su clara aplicación militar, los drones tienen muchos otros usos que no consisten en aniquilar al enemigo

DANIEL MEDIAVILLA // Los drones tendrán difícil quitarse la fama que han conseguido en las guerras de Barack Obama. El 23 de enero de 2009, en el tercer día de su presidencia y pocos meses antes de recibir el premio Nobel de la Paz, el presidente de EEUU ordenó su primer ataque secreto con aviones no tripulados. El ataque destruyó una casa en Pakistán y con ella, supuestamente, a una decena de terroristas. Poco después se supo que en el ataque también había perecido un número similar de civiles. El año pasado, el 12 de diciembre, en Yemen, un ataque con drones a un convoy que llevaba a una novia a su boda mató a 15 civiles.

Esta semana, en Madrid, se ha celebrado UNVEX 2014, la mayor feria de vehículos no tripulados de España. La gran presencia de medios sugería que, además de controvertida, la fama de estos aparatos es mayor que nunca. La abundante presencia de uniformados mostraba su evidente interés militar. Entre los expositores se encontraba presente General Atomics Aeronautical Systems, la compañía que produce las máquinas con las que EEUU asesina insurgentes en Afganistán o Pakistán.En diciembre, esta empresa escribió una carta a la comisión de Defensa del Parlamento británico lamentando las connotaciones peyorativas de la palabra dron y enfatizando el papel de estos aviones en el alivio de crisis humanitarias como inundaciones o incendios. La compañía no aclaraba, sin embargo, en qué medida ha afectado a esa mala imagen que ellos mismos hayan bautizado a sus artefactos más conocidos con nombres como Predator (“depredador” en inglés) o Reaper (algo que se podría traducir como “el hombre de la guadaña”).Pese a su clara aplicación militar y al gusto discutible a la hora de elegir nombres de quienes los venden, los drones tienen muchas aplicaciones que no consisten en aniquilar al enemigo. Hace poco, la captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el narcotraficante más buscado del mundo, fue posible, en parte, gracias a la participación de un dron, el uso de estos aparatos en la observación de la naturaleza ha dejado imágenes espectaculares y también se usan para cazar a furtivos. He aquí tres aplicaciones civiles de los drones que se podían ver esta semana en Madrid.

1. Vigilancia de incendios y controlar la caza de focas

Uno de los drones presentes en UNVEX era el Fulmar, un proyecto de la empresa Thales que puede ser útil tanto en operaciones militares como civiles para labores de vigilancia. Este avión, de 20 kilos de peso y capaz de volar en solitario durante hasta doce horas, ya trabaja en Malasia para la vigilancia del estrecho de Malaca, una de las regiones del planeta más afectadas por la piratería. Pero además de la vigilancia de fronteras, una de las aplicaciones en las que este drone puede ser más demandado, otros países lo han comprado para realizar labores que se pueden alejar de la imagen habitual de estos aparatos. En Australia, una ONG adquirió el Fulmar para asegurarse de que la caza de focas y ballenas en el ártico se realiza conforme a la ley. Desde Thales comentan también que en este país hay interés en este aparato para la vigilancia de incendios.

Estas pequeñas máquinas podrían realizar estas labores, que ahora se suelen desarrollar con helicópteros, por una fracción del precio y sin poner en peligro vidas humanas. Como se puede observar en este vídeo, dos personas podrían transportar con una furgoneta el drone, montar la lanzadera desde la que despega el aparato y la red que lo atrapa al final de su tarea y le sirve de pista de aterrizaje. En caso de necesidad, para trabajos en el mar, el Fulmar puede amerizar. En España, por un problema que comparte con todos los aviones no tripulados, no se ha podido comercializar porque la legislación aún no permite su uso civil. En principio, hasta 2016, el espacio aéreo español no tiene capacidad técnica suficiente para gestionar vehículos no tripulados con seguridad.

2. Drones y energía renovable

La ventaja de los aviones no tripulados es contar con las capacidades de las aeronaves convencionales pero por mucho menos dinero y con menor complejidad en su operación. Un ejemplo de estas capacidades es el Aracnocóptero de la empresa Arborea. Esta especie de araña voladora es un helicóptero plegable de menos de un metro de largo y poco más de tres kilos de peso. Su aplicación principal es la inspección de palas de aerogeneradores que se pueden encontrar hasta a 100 metros de altura. Sus cámaras y un software creado ad hoc permiten analizar las necesidades de reparación de los molinos con mayor eficiencia y reducir el tiempo que tienen que estar parados para los arreglos.

Otras de las características que convierten al Aracnocóptero en una opción interesante para esta y otras aplicaciones es el poco tiempo que requiere para deplegarse, puede estar listo en medio minuto, y la rapidez con que se recargan sus baterías, en 45 segundos. Con estas características, los responsables de la máquina ya le han buscado nuevas aplicaciones entre las que se encuentra la agricultura de precisión. Con sus cámaras y sensores, por ejemplo, pueden observar si el riego se aplica en las cantidades precisas o cómo se está desarrollando un cultivo concreto.

3. Un avión disfrazado de pájaro para patrullar aeropuertos

Uno de los drones que más llamó la atención en la exposición fue el Sheperd-Mil, de la compañía Expal. Este pequeño artefacto volador, de menos de tres kilos, tiene un peculiar aspecto de ave rapaz. Se lanza a mano y gracias a su propulsión eléctrica se desplaza en silencio como un gran depredador aéreo. Estas características hacen que sea un aparato interesante para ahuyentar a los pájaros que pueden poner en peligro la seguridad de los vuelos en los aeropuertos. Cuando los pájaros lo ven, creen que se trata en realidad de una rapaz y huyen.

Este avión silencioso, que tiene un alcance de unos 20 kilómetros y la posibilidad de incorporar cámaras y software de geolocalización, también puede aplicarse, como muchos otros drones, a la vigilancia de fronteras o en operaciones contra el tráfico de drogas.

[Artículo publicado en Materia]

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.