Economía | OTRAS NOTICIAS

Las claves de la inminente reforma fiscal que prepara el Gobierno

La orientación de la misma está clara: las reducciones de impuestos favorecerán a las capas más acaudaladas, mientras que los aumentos perjudicarán fundamentalmente a los que menos ingresos tienen

El Gobierno está preparando una reforma fiscal para el próximo mes de marzo o abril. Aunque todavía no se han concretado los detalles de la misma, el Gobierno ha filtrado la esencia de la reforma para poder ir sacando pecho de lo que para ellos resulta un éxito político. Y es que la seña de identidad de la reforma será la reducción de impuestos, tal y como no se cansan de repetir sus legisladores (el propio Mariano Rajoy afirmaba el otro día que “ahora toca bajar los impuestos”).

Sin embargo, en lo que no hacen tanto hincapié es en señalar a quiénes les van a bajar los impuestos. Porque obviamente no es lo mismo reducir los impuestos a los minoritarios estratos de renta alta que a las mayoritarias capas de renta media, por ejemplo. Tampoco se esfuerzan mucho en explicar cómo van a resolver la ecuación consistente en reducir los impuestos mientras a la vez mantienen el compromiso adquirido con Bruselas de reducir el déficit público para los años venideros. Si reduces impuestos, y por lo tanto ingresos, y tu objetivo es mantener o reducir el déficit público, o reduces por la misma cuantía el gasto público o aumentas otros impuestos.

Si el lector conoce bien el ADN del Partido Popular, habrá intuido que se ha elegido la peor combinación posible para el ciudadano medio: reducción de impuestos que afectan fundamentalmente a los estratos más ricos de la población y aumento de impuestos que afectan en mayor medida a las capas medias y bajas.

Está claro que decir la verdad y ser totalmente transparente no les daría mucho rédito electoral, así que resulta mucho mejor ser ambiguo al respecto y limitarse a repetir que bajarán los impuestos sin matizar a quiénes se los van a bajar y sin mencionar que aumentarán otros impuestos para compensar la recaudación fiscal.

Vamos a ver en qué consistirá la reforma.

1)     En primer lugar, se reducirá el impuesto de IRPF para aquellos contribuyentes (empresas o individuos) que contraten planes de inversión privados. Aunque hoy día los que tienen planes de pensiones privados pagan menos impuestos por IRPF, el Gobierno ha decidido que han de pagar menos todavía. Debido a lo excesivamente caro que resulta acogerse a este tipo de planes privados, en la actualidad sólo el 18,2% de la población española lo ha hecho. Y precisamente se trata de los ciudadanos más acaudalados: mientras que dentro del 20% de los españoles más ricos la mitad ha firmado este tipo de contrato, dentro del 20% de los españoles más pobres sólo lo ha hecho el 7,4%. Además, llama mucho la atención que el Gobierno esté recortando las pensiones públicas alegando que no hay suficiente dinero mientras ingresa menos debido a estos regalos fiscales a los que firman planes de pensiones privados. En 2014 se calcula que el Estado va a ahorrar 809 millones de euros gracias al recorte en las pensiones públicas, y que va a perder 1.657 millones de euros (¡más del doble!) por lo que dejarán de pagar en impuestos los propietarios de los planes privados de pensiones.

Con este movimiento el Gobierno no hace sino demostrar que recorta pensiones públicas por motivos ideológicos y no por razones económicas. Además, deja claro que quieren promover los planes de pensiones privados, que no es más que un tipo de negocio muy lucrativo para determinadas empresas financieras. En otras palabras, nos encontramos con una medida política que empobrece a los más pobres (las capas populares no tienen suficientes recursos para acogerse a este tipo de instrumentos financieros y en cambio ven sus pensiones públicas menguar) para beneficiar a los más ricos (los propietarios y gestores de estos planes de pensiones privados).

2)     En segundo lugar, se reducirá el impuesto de IRPF para las familias que tengan hijos a su cargo. Esta medida parece afectar a todos por igual, pero no lo hace. Por un lado, es un beneficio fiscal al que sólo pueden acogerse las familias que tienen ingresos, por lo que las familias con todos los miembros en paro y que no tienen ningún ingreso no se beneficiarán en absoluto. Por otro lado, la reducción del impuesto será mayor conforme mayor sea la renta obtenida. Es decir, los individuos con mayores ingresos verán reducir su impuesto en mayores cantidades de lo que lo verán reducir los individuos con menores ingresos. Una medida fiscal regresiva (injusta) que atenta contra el artículo 31 de la Constitución Española.

3)     En tercer lugar, se reducirá el IRPF para las familias que usen tanto la Sanidad privada como la Educación privada. Huelga decir que estas familias son precisamente las más acaudaladas porque ese tipo de servicios no pueden ser afrontados por cualquier individuo. De nuevo una medida regresiva e injusta que permite a los más ricos pagar menos impuestos mientras que al mismo tiempo favorece el negocio de los centros privados de Educación y Sanidad.

4)     En cuarto lugar, se reducirá el número de tramos del IRPF. Esto quiere decir que ahora se distinguirá menos al contribuyente en función de la cuantía de su renta, por lo que habrá menos posibilidades de repartir la carga fiscal de forma progresiva (haciendo que paguen más los que más tienen).

5)     En quinto lugar, para compensar la pérdida de ingresos derivada de las medidas anunciadas, el Gobierno aumentará el IVA y los impuestos especiales. La modificación del IVA se centra en aumentar el tipo impositivo de los productos que en la actualidad tributan a un tipo reducido y superreducido, de forma que se equiparen en mayor o menor medida al tipo general, que se mantendrá en el mismo nivel. En cuanto a los impuestos especiales no se ha especificado todavía gran cosa, pero todo parece indicar que además de una subida de los impuestos del alcohol, carburantes y tabaco, se crearán nuevas figuras impositivas que afectan al ámbito medioambiental, penalizando la emisión de gases o la instalación de acondicionadores de aire. Hay que recordar que este tipo de impuestos no discriminan entre contribuyentes, por lo que afectará por igual a un individuo sin ingresos que a un multimillonario (de forma que supone un menor coste relativo para el segundo). Se trata en definitiva de ahondar en el carácter regresivo y por lo tanto injusto del sistema fiscal.

Aunque todavía estas medidas no son definitivas y aunque todavía haya mucho margen para cambios en la reforma fiscal, desgraciadamente la orientación de la misma está clara: las reducciones de impuestos favorecerán a las capas más acaudaladas mientras que los aumentos de impuestos perjudicarán fundamentalmente a los que menos ingresos tienen.

La Marea está editada por una cooperativa de periodistas y lectores
Suscríbete aquí para ayudarnos a hacer sostenible este proyecto

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Comentarios
  1. Creo que la cosa es, o puede ser, más grave de lo que dices. Por ejemplo, nunca se explica que las actuales desgravaciones favorecen mucho más a los ricos. Si alguien con un ingreso de 20000 euros mete en un plan de pensiones 2000 desgrava esta cantidad y por lo tanto se ahora el 24,78% de 2000 €; cuando los rescate, si lo hace todo junto, parte de este dinero del que ha evitado pagar el 24,78 tendrá que pagar el tipo marginal superior, el 52%. Mal negocio.
    En cambio pongamos en caso de alguien con unos ingresos anuales de 300.000 €. Si mete en el plan 2000 se ahorra en la factura fiscal el 52%. Cuando toque es rescate pagará esa misma cantidad. La diferencia es notable.
    Por otro lado la práctica totalidad de los planes tienen una rentabilidad inferior a los bonos a diez años o a la revaloricación del IBEX. Tampoco sobrepasan la inflación. Eso si, reportan a los gestores 1000 millones de euros anuales. Buena apreciación la tuya Alberto, mientras que se recorta la pública se gasta el dinero (minorando la recaudación) en la privada que solo beneficia a los gestores.
    Punto 2: hijos a cago. Tambien en este caso es peor que lo que escribes, al menos si lo hacen del modo en que está actualmente regulado. Si aumentan la desgravación por hijos (no hablo de la deducción), por ejemplo de en 2000 euros ocurre lo mismo que en el supuesto citado. El ahorro depende del tipo marginal de cada uno de tal modo que el ahorro fiscal aumenta a medida que lo hacen los ingresos. Es absolutamente regresivo. Curiosamente la derecha se ha estado quejando de los 400€ de ZP por «dar igual al rico que al pobre» y en cambio no dice nada de la desgravación que puede llegar a suponer una ventaja fiscal de más del doble a favor del rico.

    Sería bueno que pensasen en un impuesto verde a las energías contaminantes. Pero creo que va a ser que no.

  2. Me gustan estas publicaciones claras. Directas.

    Estoy en desacuerdo con César pero me gustaría que, por los dos comentarios que ha hecho hoy en distintos artículos, presentase su CV a La Marea para escribir en ella y nos iluminase a los lectores sin plumeros ni moralejas.

    • Jajaja pues ya es casualidad! Justo había pensado en ti yo también! Me encantó tu talento poético de «No son sólo iconodulas sino idólatras y politeístas que ponen en manos de maderas policromadas las carteras de trabajo e interior» Y lo digo en serio. Sólo que no me pregunté por tu CV, pensé que no hacía falta tener título para tener espíritu crítico.

    • Por cierto, si pudiera iluminar en algo no dudes de que lo haría. No tengo complejo de inferioridad. Lo que pasa es que entro a La Marea a aprender, no a informar, por lo general. Pero tampoco a odiar.

      • Pero no te lo tomes así que nadie ha dicho nada de complejo de inferioridad ni de títulos, mucho menos de odiar.

        Como espíritu crítico que dices que tienes, tómate la crítica hacia ti con la misma deportividad. Espero que no te hayas sentido agredido.

        Un saludo y, amistosamente, podremos seguir comentando los temas de esta revista que, creo, nos gusta bastante. Puede ser el principio de una gran amistad.

        • la verdad es que sí que me cuesta encajar las críticas, a pesar de mi «espíritu crítico». contradicciones del ser humano. en cualquier caso, te insisto en que me gusta tu estilo, Rick 😉

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.