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Opus Dei, el lobby de Dios

Los tentáculos del poder de la Obra van desde el Gobierno, que incluye a varios de sus miembros, hasta los barrios populares y organizaciones caritativas

Retrato de Josemaría Escrivá de Balaguer. Foto: Oficina de Información del Opus Dei / CC BY-SA 2.0.

Este artículo forma parte del número de febrero de La Marea, a la venta en quioscos y aquí

El Tribunal Supremo falló en julio de 2012 que los centros educativos que segregaran a los alumnos por sexo no podrían acceder al régimen de conciertos educativos. Esta medida habría dejado sin fondos públicos a la inmensa mayoría de los colegios del Opus Dei, uno de cuyos preceptos es la educación segregada. Poco después,  Joan Curcó, director de Fomento de Centros de Enseñanza, baluarte del Opus en educación, consideró muy plausible que el ministro de Educación, José Ignacio Wert, modificara la ley a la espera de que el Tribunal Constitucional se pronunciara. Y así fue: la LOMCE garantiza que los centros segregados puedan acceder  a los conciertos con las Administraciones educativas sin tener que justificar de forma objetiva esa política.

El Opus Dei siempre ha tenido línea directa con las altas esferas del Partido Popular, muchas de cuyas medidas le han favorecido. Especialmente en el sector educativo, uno de los ámbitos donde la organización es más influyente y al que más relevancia da el Opus. Los colegios de la institución son el principal vivero de futuros miembros destinados a perpetuar y extender los tentáculos de su poder. Como ejemplo del trato dispensado por los diferentes ejecutivos conservadores a la Obra, se puede citar la subvención anual de casi 4 millones de euros que el gobierno de Murcia concede a dos de sus centros, los colegios Nelva y Monteagudo. Este concierto es superior a los fondos destinados a todas las escuelas públicas de la región para gastos de mantenimiento. Otro ejemplo de feudo del Opus fue el Madrid de Esperanza Aguirre. Bajo su presidencia se concedió un terreno de 23.000 metros cuadrados en Alcalá de Henares al colegio Alborada, valorado en 15 millones de euros, por el que la organización pagaba sólo 12.500 euros anuales de alquiler, así como 25.000 metros cuadrados para la construcción de un segundo colegio de la Obra en Alcorcón.

La organización religiosa fundada por José María Escrivá de Balaguer en 1928 es, en la actualidad, una prelatura personal de la Iglesia que tiene como precepto principal “santificar a Dios a través del trabajo”. Considerada por sus adeptos como “una cruzada silenciosa”, el Opus Dei define en su itinerario jurídico los rasgos que deben guiar la vida de sus miembros, basados en una moral católica reaccionaria.

La implicación del Opus en la vida política como método para acrecentar su poder se remonta a la dictadura y al llamado gobierno de los tecnócratas (1957) pero, ya en democracia, se ha perpetuado de la mano del Partido Popular. La militancia de miembros del actual Ejecutivo en la prelatura ha quedado acreditada con el papel de Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior y supernumerario [miembro no célibe de la Obra] en el recurso contra el matrimonio homosexual, cuando era diputado en el Congreso, y con su apoyo a la ley del aborto de Gallardón. En el año 2002, en el acto de beatificación de Escrivá, la presencia de muchos miembros del gobierno escenificó su cercanía al Opus. Asistieron en representación del gobierno dos de sus miembros cercanos a la Obra: la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, y el ministro de Justicia, Jose María Michavila. También viajaron a Roma el presidente de Navarra, Miguel Sanz, Jorge Fernández Díaz, en aquel momento secretario de Estado para las Relaciones con las Cortes, así como el titular de Defensa, el supernumerario Federico Trillo, que acudió a título personal. Ministros como Cristobal Montoro, Ana Mato y Pedro Morenés han sido vinculados con la Obra por acudir a alguno de sus retiros espirituales, pero el estricto código de silencio que impera en la organización hace muy difícil confirmar su pertenencia. En el Opus rige una especie de omertá  que permite a la organización ejercer su poder de forma subrepticia. Jamás uno de sus miembros reconocerá en público que se reza en los retiros por una ley que prohiba el aborto y que cualquier miembro que quiera alcanzar la santidad a través del trabajo tiene que hacer todo lo que esté en su mano para que esa ley sea un hecho.

Un discurso de respeto a la libertad personal

El Opus Dei niega cualquier intento de influir en política. Manuel Garrido, jefe de su oficina de información, desmintió a La Marea que la organización dé directrices a sus miembros más allá de la formación de carácter espiritual. “En la Obra no hay directrices laborales para nadie… Digamos que ofrece un contexto formativo que fomenta la responsabilidad personal y no concreta directrices técnicas que sólo conciernen al interesado y a su empresa, o al organismo en el que trabaje”.

El mismo Escrivá de Balaguer preconizaba en sus escritos que los miembros de la prelatura debían mantener plena libertad en las cuestiones profesionales, sociales y políticas argumentando –eso sí– que estaban unidos sólo por un denominador común muy concreto, la fe de la Iglesia, el espíritu de la Obra  y el empeño apostólico. La realidad es que quienes se unen a la organización están sometidos a un férreo control y deben poner sus carreras profesionales al servicio de dicho “empeño apostólico”. “En el Opus, obedecer o marcharse” es una de las máximas de Escrivá.

El dominio de la Obra sobre sus militantes ha sido descrito por la multitud de miembros que lo han abandonado por considerarla una secta en la que  hay un abismo entre teoría y práctica. Los numerarios, seglares célibes que deben total obediencia al Opus, viven en casas particulares propiedad de la organización en las que reciben cada semana las directrices de un director espiritual que controla los aspectos más nimios de su vida, lo que parece difícil de conciliar con la idea de independencia total en la vida profesional, sobre todo si el interesado ocupa un puesto de responsabilidad. Los numerarios entregan todos sus ingresos al Opus y firman un testamento hológrafo en el que legan todos sus bienes a la organización. El control mental, especialmente a las mujeres de la Obra, llega al extremo de prohibirles acudir a espectáculos públicos como el cine o el teatro para evitar el riesgo de que conozcan a alguien, se enamoren y dejen de ser numerarias.

Francisco Delgado, presidente de Europa Laica, explica cómo el Opus intenta colocar en el ámbito empresarial, político, educativo y financiero al máximo número de sus miembros para influir en la vida pública. Además, afirma que “el Opus busca atraer a jóvenes brillantes en las universidades y centros empresariales para colocarlos en puestos de poder; los jóvenes aspirantes, conocedores de la influencia del Opus Dei, aceptan entrar en la Obra muchas veces sin tener unas creencias religiosas tan dogmáticas”.

En sus centros educativos, no sólo tratan de adoctrinar a los estudiantes más influenciables, sino que seleccionan a los más brillantes para intentar que se unan al Opus y así perpetúen su influjo en la vida pública. Para ello, se crean redes de captación de miembros con altas capacidades, sobre todo en aquellas áreas con especial influencia social:  la educación, la sanidad, la política, el sector financiero y los medios de comunicación. “Tenemos que envolver el mundo en papel de periódico”, decía Escrivá de Balaguer, que impulsó en 1958 la creación del instituto de Periodismo de la Universidad de Navarra, que fue  la primera institución en España donde se podía estudiar esta disciplina, además de la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid. Un vivero de donde han salido periodistas como Pilar Urbano, numeraria del Opus, o José Apezarena, que fue jefe de Informativos de la COPE.

El proselitismo tiene otra vía: la caridad, uno de los métodos para reclutar simpatizantes, precisa Francisco Delgado. Detrás de cada esfuerzo de la organización para servir a las personas sin recursos existe la intencionalidad de ganar adeptos. Por ello, durante la crisis han aumentado los miembros del Opus que trabajan como voluntarios en bancos de alimentos. Las connotaciones políticas que tienen estas labores de reclutamiento en barrios obreros tienen una importantísima carga ideológica que trasciende a la cuestión religiosa. El Opus Dei ha intentado siempre ubicar centros educativos en poblaciones con mayoría obrera para eliminar la conciencia de clase de esas zonas y actuar como una especie de virus que se adentre en los barrios con mayor historia de lucha obrera para, desde dentro, desmovilizar y promover sus ideas. Un ejemplo, el Colegio Tajamar, en Vallecas (Madrid), del que Enrique de Castro, el cura rojo de la parroquia de San Carlos Borromeo, decía que su única finalidad era desclasar el barrio.

Intelectuales como Francisco Umbral han hecho un análisis más amplio del poder de esta prelatura personal. Para este autor, el Opus ha sido clave en la continuidad del nacionalcatolicismo en la democracia. “Languideciente el franquismo azul, enterrado con la señora [Carmen Polo], el Opus no es sino la pervivencia del franquismo blanco.”

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Comentarios
    • ¿»Brillante joven»? ¿» A ver si aprendes algo»?

      Satán, ese texto es ilegible de puro pedante y barroco. No se si es tu sobrino o tú mismo pero más bien debes aprender de la claridad de Antonio Maestre. Y a no escribir en mayúsculas en Internet. 😀

  1. Juro por la Satísima Virgen María que cada vez procuro ser mas buena pero me resulta imposible.
    Los Obispos se desmadran , los curas violan niños , las monjas los roban y no se vuelve a saber nada de ellos. El papa implicado en las desapariciones de la dictadura argentina. Y Dios otorga, y encima se entrevista con Aznar pues creo que ese Dios no es de fiar y sus Judas aquí en la tierra mucho menos.

    • Dios nada tiene que ver con todo eso, pues nos concedió el libre albedrío, pero la iglesia católica tiene mucha culpa de lo que sucede por encubrirlo y no denunciarlo, expulsar a esa gentuza en lugar de protegerla que es lo que ha hecho y hace, me dan mucho asco y el Opus Dei todavía más, ascazo total, cómo abducen a la gente para que les regales su patrimonio, dinero, sueldos…todo, sin ofender a los cerdos, pero…..

  2. Es una pena que se critique al Opus Dei sin conocimiento de causa. Más vale que cada cuál intentemos mejorar y dejemos que nuuestra Iglesia Católica sea plural, no la Iglesia a la medida de «mi ombligo»

  3. Has estudiado mucho Alfonso y sabes mucho de teoría.
    Otrxs víctimas saben de sus prácticas.
    Nadia más indicado para hablar que quienes las han experimentado.

  4. http://www.zenit.org/article-40448?l=spanish
    Massimo Introvigne: Hay dos modos de reaccionar cuando una benemérita realidad católica como el Opus Dei es acusada de ser una secta, lo que para mí es absurdo.
    El primero es responder que, efectivamente, como piensan las asociaciones anti-secta, mucha prensa y algunos católicos, existe una categoría unitaria de “secta”caracterizada por el uso de técnicas de manipulación mental o “lavado de cerebro” que distinguen las adhesiones a las sectas de las de las religiones, y que simplemente es un error incluir al Opus Dei o a otras realidades católicas en esta categoría.
    A mi esta me parece una respuesta poco convincente. Una vez que se acepta la categoría de “secta” construida de esta manera, se acepta, por decir así, un “paquete” que, por ejemplo da mucha importancia a los testimonios de los ex-miembros, reconoce la autoridad para identificar las “sectas” a las asociaciones anti-sectas y acoge la noción de lavado de cerebro, una noción desde hace tiempo rechazada por las gran mayoría de los expertos.
    Mi respuesta es completamente distinta. Es que las “sectas” -como las entienden muchos medios de comunicación francesas y una parte de la opinión pública- no existen.
    Atención: existen ciertamente movimientos religiosos -o mágicos- que se manchan con crímenes espantosos, por lo que deben ser castigados sin que la libertad religiosa sea un pretexto para ellos tras el que esconderse.
    Existe una categoría teológica de “secta” en el interior del cristianismo: es un movimiento que se separa de la Iglesia y comunidades tradicionales, pensando que la Iglesia fundada por Jesucristo ya está acabada y que debe ser no sólo reformada (como piensan los protestantes) sino refundada.
    Esta categoría es la que se usa siempre en la Iglesia Católica, y en este sentido también el Papa habla de “sectas”.
    Por tanto existen “sectas” en sentido teológico y existen movimientos religiosos o mágicos criminales. Algunas personas me atribuyen opiniones distintas sobre este punto, reconstruyendo mis ideas, expuestas en unos cincuenta libros sobre el tema, de forma caricaturesca.
    Creo que no existen las “sectas” si por “sectas” se entiende grupos que, prescindiendo de que cometan o no crímenes específicos, se identifican como “sectas” porque recurren a algo llamado manipulación o control mental o lavado de cerebro. Estas son categorías muy dudosas desde el punto de vista epistemológico o científico.
    Naturalmente existe el engaño de los “consumidores espirituales” y existen las presiones psicológicas. Lo que no existe son las técnicas “mágicas” con las que se “lavan los cerebros” y que permitirían distinguir a priori y con seguridad las religiones de las sectas.
    Por lo demás la que para los amigos es una religión para los enemigos es, a menudo, una secta y viceversa. Por tanto, el modo correcto y eficaz de responder a los ataques contra el Opus Dei y muchos otros grupos católicos, no consiste, según mi opinión, en decir que las “sectas” -no en el sentido teológico sino en el psico-criminológico corriente- existen pero que el Opus no es una de ellas, sino desenmascarar y desmitificar esta categoría de secta como no científica y sí peligrosa para la libertad religiosa.

  5. Como católico y como aficionado a la historia de las religiones llevó leyendo todo lo cae en mi mano sobre el fenomeno sectario desde hace 12 años,ya en mis años universitarios. Esto me ha llevado a análizar criticamente la paranoia anti-opus y enmarcarla dentro del pánico moral creado en ciertos sectores por los nuevos movimientos religiosos. L a causa de ciertos pánicos morales la explica perfectamente Introvigne: ”
    Según muchos estudiosos de este inquietante fenómeno, la insistencia en presentar a las instituciones católicas más vivas y dinámicas como sectas peligrosas procede de una estrategia bien delineada. Sobre todo en Estados Unidos, los movimientos antisectas se desarrollan en ambientes de protestantismo radical, de liberalismo agnóstico o masónico y de hebraísmo fundamentalista. Para estos grupos, el auténtico “enemigo” al que hay que vencer a cualquier precio es la Iglesia católica. Y muy especialmente, Juan Pablo II, un Papa que recuerda las exigencias del Evangelio, que por su propia naturaleza provoca división y a nadie deja indiferente. ” . “Para otros católicos, la decisión de colaborar con el Movimiento Antisectas responde a una lógica más inquietante. Se trata de católicos que no ignoran el esquema ideológico laicista del Movimiento Antisectas; lo conocen perfectamente, pero piensan servirse de él como de un arma para atacar a sus adversarios intraeclesiales, etiquetándolos como “sectas”.
    Amén.
    http://eresdelosquepiensan.org/?p=4317

  6. Es curioso que la izquierda ataque al OPUS con argumentos similares con los que la derecha española atacaba a la masoneria. Apelo de nuevo al sociologo de las religioes Introvigne para explicar este fenomeno:
    Según Massimo Introvigne “Aunque pueda parecer a primera vista que la protesta contra las “sectas” es un fenómeno unitario, cualquier observador atento advierte los conflictos que se producen entre dos actitudes distintas, que tienen orígenes contrapuestos, pretenden intereses divergentes y chocan entre sí de vez en cuando.
    Muy distinto es el origen y los planteamientos del Anticult Movement o Movimiento Antisectas. Nacido en ambientes laicistas, el Movimiento Antisectas afirma ocuparse exclusivamente de comportamientos -deeds- y no de doctrinas -creeds-, y ataca como “sectaria” cualquier forma de experiencia religiosa que desde un punto de vista cuantitativo resulte más intensa de lo que el secularismo moderno está dispuesto a tolerar. Considera a estos grupos religiosos como “cultos destructivos de la personalidad” y reclama del Estado que emplee todas las medidas represivas a su alcance para evitar que proliferen. Este movimiento se aprovecha de la alarma social suscitada por las nuevas religiones, para proponer una crítica de todas las experiencias religiosas “fuertes”, independientemente de que tengan lugar en el ámbito de religiones mayoritarias o minoritarias. Mientras la crítica “religiosa” de las nuevas religiones pone al descubierto los aspectos discutibles de las sectas en nombre de la verdad y de los valores, el Anticult Movement, por el contrario, considera “sectario” a quien no acepte el relativismo y se obstine en creer que existe una verdad en el terreno religioso.
    La lógica interna del Movimiento Antisectas conduce a que su oposición a los nuevos movimientos religiosos se transforme fácilmente en una crítica a la religión en general. Un ejemplo puede ilustrarlo bien. Una figura de primer orden del movimiento anticult laicista escribió que “entre iglesia y secta existe sólo una diferencia de grado y de dosis”, e incluso que “legalmente, la línea fronteriza entre la conversión y el lavado de cerebro es difícil de trazar”. Desde los años sesenta, muchos intelectuales laicistas dogmatizaron sobre “el ocaso de lo sacro en la civilización industrial”. Los tiempos -decían- marchaban irremisiblemente hacia una sociedad totalmente secularizada, y la dimensión religiosa no tendría sitio en la cultura tecnológica y postmoderna. Sin embargo, la vida misma ha desmentido esa tesis con rotundidad. En el Este europeo, donde tuvo lugar el mayor y más prolongado esfuerzo de toda la historia para erradicar la religión, al final la ideología materialista resultó derrotada, precisamente porque los pueblos no quisieron renunciar a la religión. ” Yeste es el verdadero motivo por lo que aquellos dominados por el secularismo detestan los nuevos movimientos apostolicos como los kikos, Opus dei, Comunion y Liberación, focolares…
    http://eresdelosquepiensan.org/?p=4338

  7. Bienaventurados los idiotas, porque de ellos será el reino de los cielos aunque no exista Dios.
    Este vividor del cuento fue un tarado útil para unos pocos trepas que aprovecharon el fanatismo talibánico en el que Franco sumió a los ciudadanos españoles durante cuarenta años.

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