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Carta desde la desMemoria

"El Día del Holocausto no es igualitario en España. Tanto en los actos celebrados en la Asamblea de Madrid como en el Senado, no está explícito el Holocausto español"

Concentración frente al Senado, el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto. ARCHIVO / FERNANDO SÁNCHEZ

ELSA OSABA* // No creo que la conmemoración del Día del Holocausto sea celebrada de un modo igualitario en el mundo. Empezando por la palabra Holocausto, que es una palabra judía que significa sacrificio. Todo el mundo piensa de un modo rápido, cuando se pronuncia, que se refiere al terrible genocidio de seis millones de seres humanos cuyo único delito fue ser judío. Lo llaman también la shoah, que  es la catástrofe, o dicho de otro modo, aniquilación de ese pueblo, en Europa, a manos de los nazis. La conmemoración se celebra el 27 de enero porque fue el día de la Liberación del campo de exterminio de Auschwitz por el ejército soviético. Uno de los últimos en ser liberado fue Mauthausen, el Campo de los españoles. Era el 5 de mayo de 1945.

La ONU acordó en el 2005 , nunca es tarde, declarar esa fecha- 27 de enero- como el Día Internacional de Conmemoración en memoria de las víctimas del Holocausto. Así se pretende conmemorar el genocidio del pueblo judío y a los millones de personas que murieron en manos de los nazis. Su objetivo es también promover la educación de la prevención de los genocidios. Seis millones de seres humanos. Fue un daño irreparable. Un daño que no obtiene consuelo en el tiempo. Por eso en los ceremoniales hay recogimiento y tristeza.

Pero, vuelvo a repetir, el Día del Holocausto no es igualitario en España. Tanto en los actos celebrados en la Asamblea de Madrid como en el Senado, no está explícito el Holocausto español. Es comprensible que las comunidades judías clamen por los suyos y se agradece que ellos nos inviten a encender la vela por los deportados republicanos españoles. Los nombran, al menos, pero nuestras autoridades olvidan, reniegan de nuestro derecho a recordar, reniegan de la Historia; reniegan de la Verdad, porque no quieren hacer Justicia y mucho menos Reparar. Con lo cual, mienten y no representan al sufrido pueblo español.

El año pasado, los ministros Sres. Gallardón y Margallo, en vez de usar llanamente la palabra: deportados republicanos españoles, lo mancillaron con el de: disidentes ideológicos. No, señores ministros, no fueron disidentes, porque fueron leales al gobierno democráticamente elegido. Los disidentes ideológicos fueron sus padres y familiares franquistas y golpistas. Sus parientes fueron los que persiguieron, reprimieron, aniquilaron en esta España que tiñeron de luto. Y no satisfechos, hace 75 años, expulsaron violentamente, ametrallando, a medio millón de españoles fuera de sus fronteras. Y de esos, 11.500 leales ideológicamente hablando recalaron en campos de trabajo y exterminio nazis o en los castillos de experimentos humanos.

Les desposeyeron de nombre y les hicieron apátridas con el triángulo azul y en el Campo de Mauthausen, cuando fueron liberados, un 5 de mayo de 1945, fueron los únicos abandonados por su país. Un país de represión que fusilaba a diario sin causa; que abrió campos de concentración donde se moría de hambre, frío y maltratos mil; donde se encarcelaba en conventos porque ya no cabían en las cárceles; donde a las mujeres se les robaban los niños para no dejar ni la simiente, como los nazis; donde la práctica de la tortura impune duró durante décadas; donde se echó mano de presos en un trabajo esclavo para reconstruir el país que ellos destruyeron enriqueciendo empresas privadas españolas; donde un Vallejo Nájera hacía tantos experimentos humanos como Mengele; donde la Iglesia acosaba, vigilaba, expropiaba los bienes de esos rojos, comunistas, masones… Tantas cosas, que se resumen en el afán exterminador de una represión fría, premeditada. Fue una masacre promovida por quienes se sublevaron contra la legalidad. Fue la masacre de un pueblo que soñó con una democracia, que amaba sus poetas, que hablaba de igualdad, que compartía…

Todo esto es el Holocausto español.  Sustentado por el odio durante largo tiempo de una clase dominante; de la Iglesia, de un ejército victorioso, por falangistas… Esos fueron 40 sufridos años, en los que se ensañaron y banalizaron esa monstruosidad. Tras la muerte del dictador: olvido, olvido y olvido por parte de nuestras autoridades. Olvido estudiado, premeditado, con su silencio clamoroso y con ello resuenan sus clarines de la ignominia que ellos hacen más estruendosos. Pero otros miran hacia otro lado y callan y les hace cómplices.

Deseo que este año, el 5 de mayo en el Campo de los Españoles, Mauthausen, donde los míos vistieron el maldito pijama de rayas, hermanados con judíos, polacos, franceses, húngaros, rusos, gitanos, etc… hasta veintiseis nacionalidades, los míos, los nuestros, los de todos, pero los españoles al fín, sean agasajados por su embajador español como los otros paises- el año pasado no fue porque el billete costaba 500 € (más costó a los familiares)-. Allí, en representación de España, no van los militares como los de los otros países; no se ve más que un ramillete, los otros llevan coronas; el séquito es rídiculo; no como los otros países; y el Memorial de los españoles de Mauthausen, de esas víctimas, fue sufragado por familiares y las víctimas mismas. Se agradece la presencia de algunas personalidades catalanas.

No, señores ministros, ustedes hablaron en el Senado constantemente de la memoria, pero no de la de España. Me ha mentido, señor Wert, cuando le he reprochado su olvido por los 11.500 deportados españoles, replicando que las Naciones Unidas sólo celebraban el holocausto judío y de un modo cínico, pues el señor Juan de Dios Ramirez subió al estrado para recordar el genocidio gitano, y los alumnos del colegio judío se mostraban tolerantes con los homosexuales en la Asamblea de Madrid y el tema se da desde hace tiempo en los Libros de Ciudadanía, que usted aborrece. No invente nada. Me llenaron ustedes, ministros, de vergüenza y dolor.

Los españoles, los pocos que quedaron, inmortalizaron el: «Nunca Más» en la puerta de Mauthausen, juraron contar lo vivenciado por todos aquellos que perecieron. Lucharon por la Memoria del Horror, porque sin memoria no somos nadie y ustedes que ostentan el poder político en esta España nuestra, son los que deben representar a ese pueblo que tanto sufrió y homenajearlo. Pero, al no hacerlo, se les ve el plumero de disidentes ideológicos abrazados a los facismos, que permiten recordar a la División Azul, al general Yagüe en Burgos para la primavera; permiten la Fundación Francisco Franco y un largo etc…

Y lo triste, tristísimo: no pudieron celebrar el homenaje unos españoles, por estar con una pancarta reivindicando el Holocausto español frente al Senado, para recordar a sus ministros que representen a nuestras víctimas. Ese Senado que pertenece a todo el pueblo español. Por ello, urge que se condene al franquismo, que fue el autor de nuestro Holocausto.

Elsa Osaba está personada en la Querella Argentina y es familiar de víctimas del nazismo y del franquismo.

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Comentarios
  1. ¿Solo murieron judios en el Holocausto?

    ¿Los gitanos acaso fueron victimas casuales? ¿o tambien fueron asesinados por el solo echo de ser gitanos?… y los homosexuales y los discapacitados.

    ¿Como es eso que Israel tiene en estima al genocida de Franco?

  2. Toda mi tristeza por todas las víctimas del genocidio nazi y de todoas los totalitarismos, sean por religión, ideología, etnia, orientación sexual, capacidad…
    Efectivamente, todas las víctimas deberían ser iguales. Gracias, Elsa, por tu artículo.

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