La Uni en la Calle
Benito Pérez Galdós, alumno de Alfredo Adolfo Camús: un paseo nostálgico
El autor es Doctor en Filología Clásica por la Universidad Autónoma de Madrid.
Desde la puerta de la antigua Facultad de Filosofía y Letras, en la Calle de los Reyes, hasta la Calle de las Fuentes. Estos han sido el punto de partida y el de llegada, respectivamente, de nuestro paseo madrileño y evocador de un mundo perdido. Estábamos participando en las jornadas reivindicativas de la Universidad en la Calle, y me pareció que lo mejor para hacerlo era demostrar a mis alumnos y acompañantes que lo último que debemos perder es la ilusión por hacer las cosas que hacemos.
Qué mejor que sumergirnos literalmente en dos vidas intensas, la de Pérez Galdós y la de Alfredo Adolfo Camús, el primero alumno de literatura latina del segundo. Nuestro paseo-clase, o clase-paseo, ha constituido un recorrido nostálgico y diferente en esencia al que se hace durante las visitas turísticas al uso. Aquí las anécdotas no constituyen el discurso pintoresco propio de quienes tienen que atraer la atención de un público diverso. Nuestras anécdotas eran “huellas de la Historia”. Un ejemplo ha sido cuando hemos hablado acerca del nacimiento de la Historia de la literatura como materia académica en la propia Universidad Central. Uno de los primeros reflejos de esa nueva mentalidad, frente al tradicional estudio de la Poética, fue la conmemoración de grandes escritores en los rótulos de las calles. De esta forma, entre la Calle del Pez, que nos sirve de eje para nuestra excursión, y la Calle Pizarro (antigua Calle de Recogidas), que nace a un lado de la primera, media todo un cambio de mentalidades. La Calle del Pez merece su nombre de un pececillo real que habitaba en un estanque, mientras que la segunda es ya todo un homenaje no a un escritor, pero sí al conquistador Francisco Pizarro, algo que ya es propio del siglo XIX. Nuestra visita, por tanto, ha intentado ver más allá lo que subyace entre las cosas.
Hemos recorrido luego la Calle Puebla y, tras cruzar la Gran Vía, descendimos por la Calle Montera, para evocar el antiguo emplazamiento del Ateneo Científico y Literario, el lugar donde el Camús más liberal contribuyó al nuevo paradigma histórico del Renacimiento, símbolo de renovación y protestantismo. Ya en la Puerta del Sol, nos internamos por la Cuesta de San Jerómino, que en algún momento Camús comparó con las populosas calles de la Roma antigua, y tras recorrer la Calle Arenal giramos a la izquierda por la Calle de las Fuentes para visitar el emplazamiento de la pensión donde vivió Galdós durante los primeros tiempos de su llegada Madrid, en 1863. Después terminamos en la Plaza de Isabel II, verdadero icono de la época romántica y del Madrid isabelino, donde las óperas italianas hacían las delicias de Camús.
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