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El Teatro del Barrio recupera Escriba su nombre aquí para cuestionar quiénes somos

La compañía Cuarto y Mitad Teatro representa todos los domingos de febrero la obra, creada a partir de la investigación actoral. Sus fundadores detallan el proceso creativo

MADRID// Casi tres de cada cuatro actores españoles no pueden vivir de su trabajo, más de la mitad gana menos del salario mínimo -645 euros mensuales-, y el 65% no logra trabajar más de tres meses al año. Estos son los datos que arroja el último estudio sobre la situación socio-laboral de los actores y bailarines elaborado por la Fundación Aisge. Y a pesar de esta preocupante realidad, María Prado y Fernando de Retes decidieron fundar el año pasado la compañía Cuarto y Mitad Teatro.

«Somos conscientes de la precariedad que existe –reconoce Prado-, pero creo que una de las formas de resistencia de los actores es crear e implicarse políticamente a través de la expresión artística». Fernando de Retes añade: «Esperamos que la cosa mejore y que haya demanda de estos espectáculos que pretenden ser críticos, generar conciencia y nuevos modos de pensar en la realidad, en lugar de dejarnos llevar por la apatía, que parece que es lo que pretende imponerse».

Y con este objetivo, y fruto de la investigación actoral, base del trabajo de su compañía, nació Escriba su nombre aquí, una obra galardonada con el segundo premio del XXII Certamen de Jóvenes Creadores de  Madrid y que se estrena el 2 de febrero en el Teatro del Barrio, donde se representará todos los domingos hasta el 2 de marzo. A través del humor y del juego, el espectador podrá plantearse cómo se configura la identidad, en qué parámetros nos basamos para definirnos como individuos y como grupo o cómo, quién y por qué se crean las fronteras.

Escriba su nombre aquí se ha creado a partir de la investigación actoral. ¿En qué consiste exactamente?

María Prado. Partimos de que el actor en escena nos interesa más que todo lo demás. Para nosotros es presencia, es lo que comunica, por lo que queríamos que hubiera un grupo de actores muy presentes en escena, que se relacionaran con el espectador y donde el escenario fuera un lugar de encuentro. Para ello, buscamos distintas herramientas que cada uno lleva de su propia formación para investigar sobre algo. En este caso nos interesó la identidad. Yo estoy estudiando un máster de Teoría y Crítica de la Cultura en la universidad Carlos III y hablamos mucho sobre cómo la identidad muchas veces se forma por la exclusión del otro, cómo a través de la narrativa se forma nuestra identidad individual y colectiva… Y a partir de hablar de estos temas abstractos iban surgiendo improvisaciones o cuestiones que al final siempre estaban relacionadas con el ahora, con la situación que vivimos actualmente.

Fernando de Retes. A través de las ideas originales que teníamos, a través de juegos, improvisaciones o dinámicas interpretativas que se generaban entre los cinco actores que participamos en la obra fue surgiendo la función. Grabamos todo lo que iba apareciendo porque si no, no fijábamos lo que nos salía. También hay escenas enteras que no tienen cabida dentro de la obra (lo que es una pena porque eran interesantísimas) y otras que se han vertebrado a partir de las representaciones, como por ejemplo la resistencia ante la obligación tener que posicionarte respecto a tu identidad.

MP. Hay de todo. Hay transcripciones de lo que salió en la improvisación retocadas o recortadas. O en algún juego salía una frase y a partir de ella me daba una idea para crear una escena que se convertía en un monólogo. Incluso hay una que se basa en una noticia que leímos, que es que hay una lengua indígena mexicana, el ayapaneco, que corre riesgo de extinguirse. Solamente quedan dos personas que conocen el idioma pero el problema es que no quieren hablarse entre ellos. Entonces claro, por un lado hay antropólogos o lingüistas, que están intentando que se lleven bien y se hablen, porque es una pena que se extinga. Pero por otro, se da esa tendencia tan europeísta que es la de la imposición; cómo quieren crear una gramática de ese idioma y preservarlo a partir de imponérselo a estas dos personas que no se quieren hablar y que tienen todo el derecho a no hacerlo.

Uno de los aspectos más interesantes es que reivindican la cultura por medio de un entretenimiento de calidad, cuando la tendencia es relacionar la cultura con lo tedioso y lo divertido con la ausencia de contenido crítico.

FR. De las pocas ideas que teníamos claras sobre la función era que queríamos que fuera una comedia. Queríamos generar una dinámica en la que el espectador pudiera ver la función, disfrutarla, reírse. Además, el distanciamiento que aporta este juego irónico que establecemos nos permite ser críticos con una serie de cuestiones que igual, mostradas de otra manera, podrían violentar a la gente. La comedia genera un ambiente muy lúdico en el que participas del juego y luego te deja pensando en aquello de lo que te has reído y viene la reflexión. Una de las mejores criticas que hemos tenido fue esa, que una de las cosas más interesantes de la función era la conversación que generaba después.

MP. En la obra hacemos un humor muy absurdo, pero está basado en la realidad. Además, normalmente el tema de la identidad se ha tratado de una forma muy densa, con mucho dramatismo, porque está muy relacionado con la exclusión, las fronteras, si son impuestas, si pueden modificarse… Y romper con este dramatismo me gustaba. También es verdad que a la gente le gusta mucho ver comedia. Entiendo las críticas hacia la comedia sin contenido repleta de gracias fáciles, o cuando se utiliza como una manera de no pensar. Antes de empezar a crear el montaje teníamos varias cosas claras: que íbamos a usar el humor absurdo que íbamos a ser críticos, que queríamos que la gente se lo pasara bien y que después de salir comenzara a hacerse preguntas, como nosotros nos las hacemos, aunque muchas veces no tengamos respuestas. Es lo interesante, ser valientes para no dejar de preguntarnos todo aunque nunca encontremos una respuesta.

Escriba su nombre aquí se estrenó en la sala Triángulo el pasado mes de octubre. Desde entonces, tanto María Prado como Fernando de Retes ehan tratado de representarla en festivales o diferentes salas de Madrid. Aunque su deseo sería poder salir de la capital, e incluso del país, para hacer giras con esta función, la precariedad del sector lo complica bastante. «Casi ninguna sala paga ya una cantidad fija para cubrir los gastos y ganar algo de dinero –lamenta Prado-. Ahora cobramos en función de la taquilla. Lo normal suele ser que nos den el 50%  de lo que se recaude. En esta obra somos cinco actores y un técnico. No podemos arriesgarnos a salir de Madrid y que no podamos volver por no tener cómo pagar la gasolina».

¿Y en los teatros públicos no hay espacio para este tipo de montajes o es que es tan complicado acceder que ni se plantea?

FR. A ver, en los teatros públicos se están haciendo algunas cosas que están muy bien. Por ejemplo, el proyecto de Escritos en Escena, del Centro Dramático Nacional (CDN). Es una propuesta muy interesante porque reúne a dramaturgos, escritores y directores jóvenes y les dan la oportunidad de trabajar en condiciones óptimas.

MP. Y se demuestra que funciona; es una iniciativa que tiene mucha acogida por parte del público. Pero no es lo habitual. De alguna manera sí que das como por perdido el hecho de que puedas llegar allí. Hacen una programación muy cerrada y a varios años vista. Por ejemplo, nosotros mandamos al CDN el dossier de Escriba su nombre aquí y nos dijeron que podrían considerarla para la temporada 2015/2016. Considerarla, no programarla. Nosotros enviamos igual la propuesta, claro.

FR. Oye, y si dentro de un tiempo nos dan la sorpresa, bienvenida sea. Mira tú qué bien.

MP. Claro, claro… Pero es verdad que mucho no se abre. Además hay una extraña fijación por actores conocidos o caras conocidas dentro de los teatros públicos… Lo que llene taquilla, vamos. Que es comprensible, porque se tiene que ganar dinero, pero también creo que la cultura tiene que estar más allá del enriquecimiento económico. Es una actividad económica, pero no meramente económica. Y creo que, desde lo público, la cultura se debería defender como un aporte de calidad, no como algo cuantitativo.

FR. Yo lo lamento, pero el beneficio de la cultura no es económico. No se tiene en cuenta lo que la cultura aporta a una sociedad, a los individuos.

Y mientras tanto, ¿qué planes tienen? ¿Van a seguir moviendo esta obra o ya están trabajando en algún montaje nuevo?

FR. Ahora estamos centrados en la distribución y en la difusión de este montaje, en parte porque se lo debemos. Estar generando ideas continuamente también es maravilloso porque es nuestro trabajo y lo que nos gusta, pero sería una injusticia para esta obra no hacer el esfuerzo de darle una larga vida. Pero no depende del todo de nosotros.

MP. La compañía la formamos Fernando y yo, aunque haya tres actores más que colaboren con nosotros en Escriba su nombre aquí. Pero para las labores de distribución, comunicación… Para todo, estamos solo nosotros dos. Y necesitamos tiempo para ir haciendo funciones. Lo bueno es que ha venido mucha gente a ver la obra desde que la estrenamos y ha gustado mucho. Algunos dueños de diferentes salas nos han dicho que van a intentar hacernos un hueco, o sea que ha interesado mucho.

El clima en Madrid es profundamente desagradable. Hace frío, sopla un fuerte viento y cae lluvia de manera intermitente y a diferente intensidad. Mientras nos despedimos, María Prado intenta encontrar un hueco en la pared del café/librería La Fugitiva para colocar el cartel promocional de la obra. «No ha caducado ninguna de las que hay puestas -explica De Retes – así que nada, no se puede. Nos vamos a dar una vuelta por el barrio para ver dónde podemos colgar algún cartel aprovechando esta maravillosa tarde», bromea antes de despedirse.

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Comentarios
  1. Una entrevista muy interesante. La verdad es que la situación de los actores en España esta muy mal (aunque que no esta mal últimamente). A no ser que salgas en series o en películas no se da reconocimiento a tu trabajo. Un saludo

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