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Mujeres, botín de delincuentes en México
Las ONG resaltan que en "entornos de guerra" las mujeres se llevan la peor parte
CAROLINA GÓMEZ // En el contexto de inseguridad relacionada con el narcotráfico, las acciones desplegadas por el gobierno federal para combatirlo y las medidas adoptadas por integrantes de comunidades afectadas por esta situación, se ha olvidado a las mujeres, coincidieron organizaciones defensoras de los derechos de este sector.
Resaltaron que en «entornos de guerra», las mujeres se llevan la peor parte, pues existen condiciones para que se conviertan en «botín» y se atropellen las garantías de quienes quedan viudas o huérfanas.
Luz Estela Castro, fundadora y directora del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, señaló a La Jornada que «si la violencia contra el sector alcanza proporciones epidémicas en condiciones de aparente paz, no es de extrañar que en tiempos de guerra aumente no sólo en cantidad, sino en perversidad, especialmente cuando tiene connotaciones sexuales».
Señaló que en contextos de militarización, de crimen organizado y levantamiento en armas de comunidades, como ocurre en Michoacán, muchas mujeres quedan solas y en medio del conflicto, sin que se ponga atención a los delitos de género que desatan estas situaciones.
En tanto, Yolanda Castro, coordinadora de la organización K’inal Antsetik, advirtió que es «preocupante lo que vivimos las mujeres en México dadas las condiciones de inseguridad, por ejemplo en Michoacán». Destacó que hay que «visibilizar el impacto que todo eso tiene en la vida cotidiana de ellas», sobre todo ante la actuación de los militares y de los integrantes de cárteles de la droga”, que las convierten en «botín de guerra». Lamentó que algunos narcotraficantes roben a adolescentes.
Al respecto, Luz Estela Castro dijo que en Chihuahua, cuando «en 2007 el gobierno federal envió 9 mil soldados y policías federales para controlar la violencia», también ocurrieron abusos contra las mujeres.
«Tuvimos el caso de una campesina a la que un integrante del crimen le robó a su hija cuando venía de la secundaria… tenía 13 años». Apuntó que ante la invisibilización de estos atropellos, «cada vez toman niñas más pequeñas, de 12, 15 años; eso pasa en Michoacán, Chihuahua y en cualquier parte donde hay conflicto armado. El gobierno debe reconocer la situación y proteger a este sector».
La Red de Monitoras de Derechos de las Mujeres señaló que «dada la violencia extendida por todo lo ancho y largo del país, la militarización, el narcotráfico y la paramilitarización está transformando la vida cotidiana de las mujeres» y permite que se acentúe la violencia en su contra.
Luz Estela Castro precisó que «todos los planes de seguridad carecen de perspectiva de género y dejan a las mujeres solas en medio de la guerra. En los pueblos se ven obligadas a convivir con grupos criminales, policías y militares; deben caminar bajo la mirada amenazante de hombres con armas listas para disparar y allanar cualquier hogar y llevarse a sus hijos e hijas como botín de guerra; esa es la realidad de muchas mujeres de comunidades rurales que nadie ve».
Apuntó que otro grave problema es la ausencia de políticas públicas que reconozcan los derechos de las mujeres que quedan solas, porque mataron a sus esposos, parejas o hijos.
[Artículo publicado en La Jornada]