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Las consecuencias de las nuevas cotizaciones sociales

La reforma que acaba de aprobar el Gobierno establece que a partir de ahora el salario en especie también cotizará para la Seguridad Social, una medida que ha sido criticada por la patronal

Si el salario del trabajador es de 1000 €, la Seguridad Social tiene que recaudar 283 euros (el 28,3% del salario –en la mayoría de casos), pero de esos 283 euros la empresa tiene que aportar 236 euros (23,6%), y el trabajador el resto: 47 euros (4,7%). Por lo tanto, el salario del trabajador se quedará en 953 euros después de cotizar por la Seguridad Social (1000-47=953).

Pero el único salario que por ley cotizaba era el salario propiamente dicho, el dinero contante y sonante, y nunca otras formas de salario como los vales de comida, cheques de transporte, vales para guardería, los planes de pensiones, el seguro médico, etc. Puesto que la cotización social la paga fundamentalmente el empresario, éste siempre ha preferido pagar todo el salario que podía en forma de estas prestaciones, y lo menos posible en forma de dinero contante y sonante para pagar menos por cotizaciones sociales.

La reforma que acaba de aprobar el Gobierno establece que a partir de ahora este salario en especie también cotizará para la Seguridad Social, y no sólo el salario en forma de dinero como venía sucediendo. Esto significa que, si el trabajador de nuestro ejemplo recibía un vale de transporte por 100 euros aparte de los 1000 € que recibía en metálico, ahora tendrá que cotizar también por esos 100 euros, de los cuales se tiene que pagar 28,3 euros (23,6 euros el empresario y 4,7 euros el trabajador). Como consecuencia, el salario del trabajador disminuye, porque ahora pagará 4,7 euros en cotizaciones que antes no pagaba. Pero para el empresario es peor, porque ahora pagará 28,3 euros en cotizaciones que antes no pagaba.

Parecería que con estos cambios perderían tanto el trabajador como el empresario y que sólo ganaría el Estado (al recaudar más). Pero lo cierto es que no podemos olvidar que las cotizaciones sociales pagadas a la Seguridad Social son al fin y al cabo un salario diferido, es decir, dinero que el trabajador recibirá en otro momento del tiempo. Estos momentos se producen especialmente cuando el trabajador esté en el paro, de baja o jubilado. Y si ahora la cuantía por la que está cotizando el trabajador es mayor (porque entra a cotizar parte del salario que antes no lo hacía) quiere decir que el dinero que recibirá el trabajador cuando esté en paro, de baja o jubilado será mayor.

Por lo tanto, el salario en metálico que recibirá el trabajador será menor (por lo que a corto plazo sale perdiendo) pero el salario diferido será mayor (por lo que a medio y largo plazo sale ganando). El que seguro que sale perdiendo es el empresario, porque ahora tendrá que pagar más salario (aunque sea en forma diferida), y de aquí el descontento de la patronal con la nueva medida del Gobierno.

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