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Los abortistas indultados por Aznar
En dos años, cuatro médicos tuvieron que hacer frente a procesos judiciales y posteriores medidas de gracia tras realizar abortos que consideraron legales
Era 1997. El médico holandés Gerrit Jan Bosma esperaba, intranquilo, en su casa de Barcelona, después de que la Audiencia hubiera dictado una orden de detención e ingreso en prisión contra él y su colega peruano Rolin Julio Robles. Su crimen era haber practicado un aborto a una mujer que había quedado embarazada pese a llevar un DIU, que además no pasaba por un buen momento en la relación con su marido. El propio médico de la Seguridad Social aconsejó a la mujer que acudiera a la clínica en la que trabajaba.
El periódico El País recogía en aquellos días las declaraciones de Jan Bosma: «Hice un informe indicando que corría peligro tanto su salud física como la psíquica. Y me dicen que ese informe debía firmarlo un psiquiatra. Pero yo creo que si una mujer queda embarazada llevando un DIU no hace falta ningún psiquiatra para certificar que no quería el embarazo”, se defendía. El médico tampoco comprendía por qué debía cumplir la condena: “Con la cárcel no van a conseguir que me haga de Pro Vida y tampoco va a haber un aborto menos; en todo caso, algún aborto peor practicado”.
Tras varias peripecias legales, recursos, denegaciones, interpretaciones judiciales y titubeos, el Gobierno de José María Aznar acabó por indultar a los dos médicos, tanto a Jan Bosma como a su compañero Robles, el 20 de febrero de 1998. La Audiencia de Barcelona había suspendido la orden de ingreso en prisión hasta la tramitación del indulto. De este modo, el Ejecutivo del PP en aquella época conmutó las penas de dos años de prisión y seis de inhabilitación por 300.000 pesetas de multa, “a satisfacer en cuotas diarias de 5.000 pesetas”, tal y como recoge el BOE.
Gerrit lamentó que la presión antiabortista le hubiera costado, no obstante, una semana de cárcel y tres días de calabozo policial por denuncias que luego no prosperaron. «Hace unos años hubiera vuelto a mi país. Pero ahora tengo aquí una mujer y dos niñas», explicaba.
Cuatro indultos a abortistas
El ex presidente del Gobierno, José María Aznar, indultó durante su mandato hasta a cuatro médicos que realizaron abortos. Los dos primeros, en 1998, fueron Jan Bosma y Robles, a quienes les fue conmutada la pena por una multa. Los otros dos, en 1999, fueron la psicóloga Norma Enma Giménez y el ginecólogo Antonio Martín Santos, quienes vieron su pena totalmente anulada.
Santos, quien siempre consideró legal el aborto que practicó a una joven de 18 años, acabó entrando en depresión por la larga lucha que se vio obligado a librar contra la Justicia española de la época. El médico argentino llevaba décadas de experiencia a sus espaldas. En 1993, el novio de la chica le denunció, pese a que se había acogido al supuesto despenalizado de la salvaguarda de la salud mental de la madre, según recogía también el diario El País. Fue condenado por la Audiencia Provincial de Oviedo en 1997 a seis meses de prisión y de inhabilitación, junto con Giménez, la psiquiatra que realizó el informe favorable.
El ginecólogo llegó a recurrir al Tribunal Constitucional, Izquierda Unida interpuso una apelación ante el Tribunal Europeo. Todo eso sirvió de poco. El Gobierno de Aznar tardaría más de medio año en tramitar el indulto, por lo que Santos ya sólo tenía por delante dos días de condena. El médico se sintió “acosado” durante años, vio su integridad profesional puesta en cuestión y acabó sufriendo, como consecuencia, una larga depresión. Se suicidaría al año siguiente.