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Los 43 días en los que el rey Juan Carlos fue Jefe de Estado del franquismo

El rey Juan Carlos asumió las labores de jefe de estado durante el franquismo cuando el dictador se encontraba convaleciente de una enfermedad. Durante ese periodo firmó varios nombramientos y decretos, entre ellos uno que otorgaba retribuciones para los mutilados de guerra, pero únicamente del bando 'nacional'.

Existe un pequeño periodo en la biografía del rey Juan Carlos que suele quedar difuminado en las hagiografías y loas regias. Un breve lapso de tiempo, en el verano del año 1974, en el que no se incide de la manera que la historia merece en honor al espíritu de la transición que pide olvidar todo lo incómodo para los protagonistas de ese periodo de la España reciente. Un momento que marcó el origen de la posición que el rey ostenta de forma tan importante: el juramento a los principios del franquismo en el año 1969. Hablamos de los 43 días en los que el rey Juan Carlos, en aquel momento príncipe, fue jefe de estado del franquismo mientras Franco aún vivía. Juan Carlos de Borbón firmaba los decretos, leyes y nombramientos de la dictadura, como interino del dictador. El rey Juan Carlos posee el honor de haber sido jefe de estado durante la dictadura, la transición y la democracia.

El comienzo de la participación activa de Juan Carlos de Borbón en el régimen de Franco partió del 22 de julio de 1969 cuando el príncipe pronunció un discurso de adhesión a los principios del movimiento tras haber sido nombrado sucesor por parte de Franco. Ese día, frente a las cortes franquistas y los procuradores, Juan Carlos de Borbón juró lealtad a los preceptos del franquismo y a las leyes fundamentales de la dictadura.

El presidente de las Cortes preguntó al príncipe:

“En nombre de Dios y sobre los Santos Evangelios, ¿juráis lealtad a Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y demás leyes Fundamentales del Reino?”

El príncipe respondió:

“Sí, juro lealtad a Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y demás Leyes Fundamentales del Reino”.

El juramento y la aceptación del papel de sucesor de Franco tuvo su continuación cinco años después. El 9 de julio de 1974, Francisco Franco es ingresado en un hospital por una flebitis que se agravó el día 19 de julio. Un día antes se había celebrado en los jardines del Palacio de la Granja el aniversario del levantamiento contra la República, por primera vez sin la presencia de Franco. El agravamiento de la salud del dictador lleva al presidente del gobierno, Arias Navarro,  a plantear la necesidad de la transmisión de poderes en aplicación del artículo 11 de la Ley Orgánica del Estado de 1967, que decía lo siguiente:

Artículo 11.- Durante las ausencias del Jefe del Estado del territorio nacional, o en caso de enfermedad, asumirá sus funciones el heredero de la Corona si lo hubiere y fuese mayor de treinta años o, en su defecto, el Consejo de Regencia. En todo caso, el Presidente del Gobierno dará cuenta a las Cortes.

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La urgencia era mucha debido a que se tenía que firmar el acuerdo de ratificación de la declaración conjunta entre EEUU y España. El 19 de Julio, el príncipe Juan Carlos se convierte en jefe de estado y desde ese preciso momento, Juan Carlos de Borbón, tenía las atribuciones de convocar las cortes franquistas, designar y relevar de sus funciones al presidente del gobierno, al presidente de las Cortes, convocar y presidir el Consejo de Ministros y la Junta de Defensa Nacional, y otras muchas atribuciones recogidas en Ley Orgánica del Estado de 1967.

Su primer acto como jefe de estado del franquismo fue la firma de la ratificación de principios Hispano-Americana, un acuerdo bilateral negociado por Henry Kissinger enmarcado en el conjunto de tratados que introdujeron a EEUU en las bases españoles en 1970. El texto no pasaba por ser más que una mera declaración institucional de apoyo al régimen de Franco para facilitar la renovación del tratado que le permitiera renovar el uso de la base de Rota por la Sexta Flota que finalizaba en 1975.

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Juan Carlos de Borbón durante los siguientes días como jefe de estado firmó una serie de nombramientos y decretos que permitieron el normal funcionamiento del régimen franquista, como por ejemplo el nombramiento del juez de Orden Público, Luis Serrano de Pablo, así como una serie de convenios laborales, fijación de precios y órdenes de cumplimiento de sentencias.

Una de las medidas que llevaron la firma Juan Carlos de Borbón durante su exiguo mandato como jefe de estado y que posee un importante peso simbólico en lo que se refiere a la humillación sufrida por los republicanos durante la dictadura fue la de las retribuciones para los mutilados de guerra, pero únicamente del bando nacional.

El día 5 de Agosto de 1974 se publicó un decreto firmado por el entonces príncipe por el que se disponían unas retribuciones complementarias del personal dependiente al Benemérito Cuerpo de Mutilados de Guerra por la Patria. Este cuerpo dotaba de una pensión a los mutilados del bando nacional, excluyendo a los mutilados del bando republicano, además de concederles preferencia en puestos de la administración o de asiento en los transportes públicos, entre otras ayudas.

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Durante la transición a la democracia se intentó compensar la histórica injusticia con los mutilados del bando republicano mediante el Decreto 670/1976, de 5 de marzo, por el que se regulan pensiones a favor de los españoles que no podían integrarse en el cuerpo de caballeros mutilados de guerra por la patria ya que no pertenecían al bando nacional. Compensación más moral que económica y que no convenció a todos aquellos mutilados republicanos que sufrieron durante años el abandono y el desprecio por partida doble, por su lesión y por haberla sufrido en el bando equivocado. En una carta enviada a Diario 16 en 1977 dejaban constancia del desengaño que habían sufrido los mutilados republicanos. José Ruiz en su misiva se dirigía específicamente a los reyes de España.

«Hace más de un año se publicó en el BOE un decreto por el que se les reconocían a los mutilados de guerra de la zona republicana, derechos a pensiones (no como las de los caballeros mutilados vencedores), pero que en parte remediarían una injusticia que dura cuarenta años. Yo, como la mayoría que nos encontramos en esta situación, hicimos todos los requisitos que se nos pedían, pero hasta ahora no tengo conocimiento de que se haya resuelto nada. El Gobierno de S. M. se debe haber olvidado de nosotros por lo poco importantes que somos, pero lo más lamentable es que ahora tampoco los partidos políticos se acuerdan de nosotros. A lo peor es que a nadie le importamos nada.»

La labor del Juan Carlos de Borbón como jefe de estado del franquismo acabó el 2 de septiembre tras reasumir el cargo Francisco Franco que había salido del hospital el 30 de julio y se encontraba desde entonces de vacaciones en el pazo de Meirás.

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Comentarios
  1. Está buen recordar ciertas cosas porque hay muchos que sí miran hacia atrás ni recuerdan al coche fantástico llamando a Michael Knight.

    Pero esta información no estaba bajo secreto de archivo, ni la acaba de desvelar wikileaks. Se publicó en los periódicos de entonces.

    Lo mejor de recordarlo es que se reescribe la historia ajustándola un poquito más a la verdad. Porque tal y como se encargaron de contarnos la transición la verdad la dejaron en otra dimensión.

    Cada vez que recuerdas algo modificas el recuerdo. Espero que haya más artículos como este o incluso entrevistas a los que vivieron esos años, que todavía quedan, para ir «reajustando» la historia.

  2. Es de pena que tengamos que leer estas cosas porque un grupo de peirodistas sacan a la calle unha revista y una WEB después de ser puetos en la calle por la empresa para la que trabajaban. Lo que hoy llamamos presna libre no es mas que una seria de follwtroas pesebristas quie viven del cuanto monárquico e seudosocialista. Para cuando periódicos de verdad?

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