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El Gobierno ahonda la precariedad al congelar el salario mínimo

El Consejo de Ministros aprobará mañana una medida que restará poder adquisitivo a los trabajadores más vulnerables // Un informe europeo denunció en 2012 que el salario mínimo español es "muy bajo y manifiestamente injusto"

Un grupo de desempleados hace cola ante una oficina del SEPE (antiguo INEM) en Madrid.

MADRID // Si no hay cambios de rumbo de última hora, el Consejo de Ministros aprobará este viernes una medida que asestará un nuevo mazazo a los trabajadores más vulnerables: los que cobran el salario mínimo interprofesional (SIM). Con esta medida, que ahonda la precarización a la que se ve sometido el mercado laboral español por obra y gracia de los recortes y la reforma laboral del Gobierno, el SIM será en 2014 de sólo 645,30 euros mensuales, la misma cantidad a la que se ha elevado este año, sin experimentar subida alguna para compensar la inflación.

El resultado de esta decisión, que ha sido comunicada en una propuesta remitida a los sindicatos, es que los trabajadores que perciben sólo esos 645,30 euros mensuales perderán poder adquisitivo por segundo año consecutivo pues ya en 2012 se aprobó una medida análoga. Dicha cantidad es además bruta, con lo que, tras descontar la cotización a la Seguridad Social y la retención del IRPF -incluso si es la mínima del 2%- se quedará siempre en menos de 600 euros.

Lo magro de este salario se pone especialmente de relieve si se considera que en muchas familias sólo trabaja uno de sus integrantes con lo que cabe suponer que no pocas de ellas deberán subsistir con esos 600 euros, a todas luces insuficiente para asegurar lo más básico: alimentación, vivienda, pago de suministros básicos y, en caso de tener descendencia, educación.

Hasta el año 2009, el SMI creció siempre por encima del IPC (que mide los índices de precios al consumo), lo que permitió que, aunque poco a poco, los trabajadores que sólo percibían esa renta fueran ganando poder adquisitivo.

La reacción de las centrales mayoritarias, CC OO y UGT, ha sido de rechazo, precisamente con el argumento de que la congelación del SMI supondrá una nueva pérdida de poder adquisitivo de esta renta. Los dos sindicatos han destacado en un comunicado conjunto que esta remuneración mínima ha ido perdiendo peso con respecto al salario medio de los trabajadores en España.

En octubre, cuando fuentes cercanas al Ejecutivo filtraron la intención del Gobierno de congelar de nuevo el SMI, la secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, aseguró que la «decisión no estaba aún tomada» y que en todo caso se adoptaría tras un proceso de diálogo con los agentes sociales. Esa negociación, sin embargo, no ha ido en el sentido que deseaban las centrales sindicales.

Un SMI «muy bajo y manifiestamente injusto»
Un informe publicado a mediados de diciembre de 2012 por el Comité Europeo de Derechos Sociales del Consejo de Europa señalaba que el salario mínimo en España es «manifiestamente injusto» y «muy bajo» y que por ello no se ajusta a la Carta Social Europea. El artículo 4.1 de esta carta reconoce «el derecho de los trabajadores a una remuneración suficiente que les proporcione a ellos y a sus familias un nivel de vida decoroso».

En este informe, el segundo en el que dicho comité llamaba la atención a la autoridades españolas, se precisaba que España incumple siete puntos de la Carta Social. Ya en un primer documento, publicado en 2009,  se manifestaba que el salario mínimo español «se situaba claramente por debajo del umbral del 60% del salario medio».

Otra de las irregularidades puestas de relieve por los miembros del comité europeo era que la ley española consiente que la duración del trabajo semanal sea superior a las 60 horas, por lo que «es posible trabajar 12 horas al día», aseguraban los autores del texto.

Para corroborar estas acusaciones basta sólo con comparar el SMI español con el de sus pares europeos. En Francia, este salario es de casi 1.400 euros; en Inglaterra de 1.202 euros y en Alemania, de alrededor de 1.000.

 

 

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