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España deserta de la ayuda humanitaria
En un contexto de reducción de la ayuda humanitaria internacional, España se lleva la palma al ser el país que más ha recortado los fondos destinados a ese fin
MADRID // Quienes deciden cómo y a qué se destina el dinero de los Estados y las organizaciones internacionales parecen ser cada vez más indiferentes a la desgracia humana a la luz de la merma, por segundo año consecutivo, de los fondos destinados a ayuda internacional humanitaria en el mundo. En este panorama en el que se deja desasistidas a muchas víctimas de conflictos tan sangrantes como el de Siria o de catástrofes como las del tifón Haiyán en Filipinas, España ocupa un triste lugar de honor, pues es el país desarrollado que más ha recortado las partidas destinadas a ayuda humanitaria desde 2010.
En el informe La acción humanitaria en 2012-2013: instalados en la crisis, presentado este miércoles en Madrid por Médicos sin Fronteras (MSF) y el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), se denuncia este «desplome» de fondos que se traduce en que de los 356 millones que se destinaron en 2010 a socorrer a las víctimas en situaciones de urgencia se ha pasado a sólo 72 millones en 2012; es decir, un 80% menos en dos años. Estas cifras han continuado cayendo en 2013: de acuerdo con los datos provisionales disponibles, la partida de ayuda humanitaria en el año que está a punto de terminar se ha limitado a unos casi simbólicos 41,7 millones de euros.
La consecuencia es que el papel de España en el ámbito de la ayuda humanitaria ha ido “empequeñeciéndose” de forma progresiva, denunció durante la presentación del documento Joan Tubau, director general de MSF, que recalcó cómo las escasas organizaciones que trabajan sobre el terreno en crisis como las de Siria, República Centroafricana y República Democrática del Congo, “están sintiendo una progresiva sensación de soledad”.
A las enormes dificultades de trabajar en contextos de conflicto armado o de catástrofe natural se suma pues la progresiva deserción de la comunidad internacional, especialmente en el caso del Estado español, que continúa cercenando los fondos destinados a lo que en su momento se concibió “como una política pública”, un logro alcanzado gracias al respaldo y la movilización ciudadana, explicaron Tubau y los codirectores del IECAH, Francisco Rey y Jesús Núñez.
La situación ha llegado a tales extremos que ni siquiera un país considerado como prioritario para la cooperación española como Filipinas ha merecido una atención urgente por parte de España, cuya reacción a las catastróficas consecuencias del paso del tifón Haiyán ha sido “escasa” e “incluso por debajo de lo que esperaban organizaciones como la ONU”, deploró Francisco Rey. Pese a contar con una representación permanente en ese país de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (AECID), España se limitó a enviar un único avión con material y equipos de emergencia que además llegó con retraso a la zona damnificada.
La respuesta de las instituciones españolas a esta catástrofe natural fue tan modesta que varias organizaciones, entre ellas MSF y el IECAH, remitieron una carta abierta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el pasado 15 de noviembre reclamándole una mayor implicación de España en la respuesta a esta crisis.
«Además de las consecuencias que esta política tiene para las víctimas y los trabajadores humanitarios, con esta actitud, España se castiga a sí misma, pues desaparece del escenario internacional en el que pretende desempeñar un papel relevante. Sólo hay que tener en cuenta que el gobierno aspira a que España ocupe un puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU en 2015», explicó Jesús Núñez.
Adiós al multilateralismo
La disminución de fondos destinados a ayuda humanitaria en todo el mundo se acompaña de un peso cada vez menor del multilateralismo, que está siendo relegado en beneficio de la actuación de algunos países, especialmente las antiguas metrópolis coloniales, en determinadas crisis, como fue el caso de Francia en Mali, intervenciones que obedecen a “intereses de esos mismos Estados”, recalcó Núñez, más que al deseo de auxiliar a las poblaciones en riesgo.
Los recortes en ayuda humanitaria, según recalca MSF, no sólo se deben a la crisis ni a la falta de liquidez de los Estados, sino que denotan el “notable conformismo” en el que se han instalado “la mayoría de organismos internacionales y gobiernos donantes: no hay voluntad política ni financiera para reaccionar con vigor a las emergencias”, pese a que en 2012 se registraron 257 desastres naturales, mientras que 38 conflictos armados siguieron activos en todo el mundo.
El pasado año, recalcó Francisco Rey, “quedaron sin cubrir un 37% de los fondos solicitados por la ONU a través de sus llamamientos consolidados (los conocidos como CAP), lo que representa el mayor porcentaje de necesidades sin cubrir en diez años”.
Los tres ponentes del informe pusieron el acento en el caso de varias crisis internacionales, como las de Siria y República Centroafricana, en las que ha quedado especialmente patente lo que describieron como una creciente indiferencia de la comunidad internacional. “Un caso paradigmático es el de Siria”, recalcó Núñez, un conflicto complejísimo que ya ha costado más de 110.000 muertes, de acuerdo con los datos que recoge el informe, y que transcurre en «varios planos con numerosos actores enfrentados entre sí», lo que dificulta enormemente acceder a las víctimas y el trabajo de las escasas organizaciones que, como MSF, siguen activas sobre el terreno.
En Siria, con nueve millones de refugiados y desplazados internos en una población total de 23 millones de personas, ha quedado claro, deploró el codirector del IECAH, que la comunidad internacional «parece haber llegado a la conclusión de que el conflicto es “irresoluble” y ha bajado los brazos a la hora de tratar de auxiliar a una población “desasistida”. Tras casi tres años de guerra, en la “crisis humanitaria más grave en lo que llevamos de siglo, sigue sin haber corredores humanitarios” y, como explica en un capítulo del informe Aitor Zabalgogeazkoa, jefe de misión de MSF en Siria, los sirios están expuestos a una “violencia sin precedentes y un sufrimiento difícil de describir”.
Es el capitalismo, estúpido…
Pero la gran España tan defensora de la vida, incluso antes de nacer, no me puedo creer que ahora no esté en primera linea prestando ayuda humanitaria. No me puedo creer que se desentienda así.
¡Con la sensibilidad que tienen estos nazis de esta dictadura de borregos!.