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La ideología y las medidas del PP atentan contra la doctrina social de la Iglesia

El papa asevera que “hoy tenemos que decir no a una economía de la exclusión y la inequidad. Esa economía mata“.

MADRID// El humanismo cristiano forma parte de la definición ideológica del Partido Popular. Grandes representantes del partido son firmes defensores de los valores cristianos, como es el caso de Esperanza Aguirre, quien durante el congreso católico que tuvo lugar en 2011, además de animar a los profesores de centros concertado y privados a inculcárselos a sus alumnos, los calificó como trascendentales. A esto se le suma que todos los altos cargos del partido que ocupan puestos de responsabilidad en el actual Gobierno se han declarado católicos, ya sea verbalmente o a través de su participación en asociaciones como el Opus Dei o en actos relacionados con esta religión.

El pasado 26 de noviembre el Vaticano presentó Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio), el primer documento que elabora en solitario el papa Francisco, máximo representante de la Iglesia católica.  Se trata de una exhortación apostólica, un documento que forma parte del Magisterio de la Iglesia y que está dirigido a una comunidad concreta. En este caso, “a los obispos, a los presbíteros y diáconos, a las personas consagradas y a los fieles laicos“.

En su capítulo II, En la crisis del compromiso comunitario, Bergoglio dedica aproximadamente 20 páginas a analizar el estado socio-económico global. En el inicio de este capitulo, el papa asevera que “así como el mandamiento de no matar pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir no a una economía de la exclusión y la inequidad. Esa economía mata“.

A pesar de que Jorge Bergoglio reconoce que no es tarea del papa ofrecer un análisis detallado de la realidad, sí considera que “se trata de una responsabilidad grave, ya que algunas realidades del presente, si no son bien resueltas, pueden desencadenar procesos de deshumanización difíciles de revertir más adelante. Es preciso esclarecer aquello que pueda ser un fruto del Reino y también aquello que atenta contra el proyecto de Dios“.

1.- Ideologías de libre mercado

Según Francisco, “mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera“. También asevera que nos encontramos en “la cultura del descarte que, además, se promueve“.

Bergoglio considera que “ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son explotados, sino desechos sobrantes“. Y, a pesar de los datos que arroja la realidad, según el papa, algunos todavía defienden las teorías del “derrame“, que suponen que “todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social“.

Una de las mayores defensoras de este neoliberalismo es la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre. En octubre del año pasado incluso aseveró que “nadie medianamente informado cree que exista alternativa al capitalismo como el sistema económico capaz de generar más riqueza y bienestar“. Para Aguirre, ser anticapitalista «es tan anacrónico y tan absurdo como declararse contrario a las doctrinas de Galileo o a la Física de Newton. Esa obstinación solo puede provenir de la ignorancia o de la mala fe de quien se aprovecha de la ignorancia de los demás»,

Ya sea fruto de la ignorancia o de la mala fe, el papa Francisco en su exhortación apostólica afirma que la opinión de que el libre mercado genera bienestar “jamás ha sido confirmada, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del poder económico imperante“.

2.- “Que se jodan“

Jorge Bergoglio afirma en la Evangelii Gaudium que “para poder sostener un estilo de vida que excluye a otros, o para poder entusiasmarse con ese ideal egoísta (el de que la economía de libre mercado genera bienestar) se ha desarrollado una globalización de la indiferencia. Casi sin advertirlo, nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos, como si todo fuera una responsabilidad ajena que no nos incumbe“.

El caso más reciente de indiferencia ante el sufrimiento de otros seres humanos está relacionado con las concertinas de Melilla. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, declaró el pasado 21 de noviembre en una entrevista a Radio Nacional que no sabía qué efectos podrían producir las cuchillas en las personas, aunque “todos los accidentes que ha habido es por saltar la valla, claro, la valla está para que no pasen, como es natural“.  Cuatro días más tarde, el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, aseguró que las cuchillas “provocan heridas leves, superficiales, a quienes intentan sobrepasar la valla“.

Esta falta de compasión también la mostró Andrea Fabra, diputada del Partido Popular, en julio de 2012, cuando entre aplausos gritó un sonoro “¡Que se jodan!“ después de que Mariano Rajoy anunciara que iba a recortar las prestaciones por desempleo. O también la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, cuando en octubre del año pasado se le preguntó por la posibilidad de habilitar la dación en pago. «Lo que hay que hacer es cumplir la ley y, si no nos gusta, modificarla -respondió- La ley está para cumplirla, aun en los casos más tristes y dolorosos». Una declaración que realizó después de conocerse que el número de desahucios se había disparado en el primer trimestre de 2012 hasta llegar a los 80 diarios.

3.- Pobres y violentos

“Se acusa de la violencia a los pobres y a los pueblos pobres pero, sin igualdad de oportunidades, las diversas formas de agresión y de guerra encontrarán un caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión“, asegura el papa Francisco. Y prosigue:  “Esto no sucede solamente porque la inequidad provoca la reacción violenta de los excluidos del sistema, sino porque el sistema social y económico es injusto en su raíz“.

La secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, declaró la pasada semana que su partido no iba a consentir que España «quede en manos de personas que siempre protestan, pero nunca proponen absolutamente nada“. Fue ella también quien llamó nazis a los miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca que participaban en los escraches para denunciar los desahucios, a quienes además acusó de no aceptar el mandato popular expresado en las urnas.

Recientemente, a principios de noviembre de este año, las acusaciones de violencia y agresividad también recayeron sobre los jardineros y barrenderos de Madrid, que se declararon el huelga para impedir un ERE que iba a suponer el despido de más de una sexta parte de estos trabajadores. No tuvo que pasar ni un día para que desde el Ayuntamiento de Madrid declararan que “los piquetes violentos“ habían impedido “cumplir con los servicios mínimos“ que se establece la ley.

4.- La represión violenta crea nuevos conflictos

Para el papa, “los mecanismos de la economía actual promueven una exacerbación del consumo, pero resulta que el consumismo desenfrenado unido a la inequidad es doblemente dañino del tejido social. Así la inequidad genera tarde o temprano una violencia que las carreras armamentistas no resuelven ni resolverán jamás. Solo sirven para pretender engañar a los que reclaman mayor seguridad, como si hoy no supiéramos que las armas y la represión violenta, más que aportar soluciones, crean nuevos y peores conflictos“.

La nueva Ley de Seguridad Ciudadana, definida por gran parte de la opinión pública como “ley antiprotesta“ o “ley mordaza“, es una norma que convierte en delito o infracción las diferentes formas de reivindicación ciudadana surgidas en los últimos dos años. Participar en protestas no comunicadas ante el Congreso, el Senado o los Parlamentos autonómicos, aun cuando no se estén celebrando plenos en el interior, grabar y difundir imágenes y fotos de los agentes que puedan suponer algún “riesgo para la seguridad” o la convocatoria de protestas en jornadas preelectorales pasan a ser infracciones administrativas.

A pesar de que, tanto el ministro de Interior como la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, han alegado que esta norma se ha elaborado para garantizar la seguridad y la libertad de todos, Bergoglio señala en su exhortación  que “algunos simplemente se regodean culpando a los pobres y a los países pobres de sus propios males, con indebidas generalizaciones, y pretenden encontrar la solución en una educación que los tranquilice y los convierta en seres domesticados e inofensivos. Esto se vuelve todavía más irritante si los excluidos ven crecer ese cáncer social que es la corrupción profundamente arraigada en muchos países -en sus gobiernos, empresarios e instituciones- cualquiera que sea la ideología política de los gobernantes“.

5.- La deuda pública como prioridad

En su exhortación, Francisco asevera que la defensa del libre mercado es la causa por la que se niega “el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común. Se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone, de forma unilateral e implacable, sus leyes y sus reglas. Además, la deuda y sus intereses alejan a los países de las posibilidades viables de su economía y a los ciudadanos de su poder adquisitivo real. A todo ello se añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han asumido dimensiones mundiales. El afán de poder y de tener no conoce límites. En este sistema, que tiende a fagocitarlo todo en orden a acrecentar beneficios, cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta“.

Y son, precisamente, el pago de la deuda y la reducción del déficit público los objetivos prioritarios que, desde la Unión Europea, han marcado para España. Ya en agosto de 2011, cuando el PSOE aún gobernaba, los conservadores y los socialistas se vieron obligados desde Bruselas a modificar el artículo 135 de la Constitución Española para que este objetivo se antepusiera a cualquier otra inversión que pidieran realizar desde las administraciones públicas.

En abril de 2012 entró en vigor la Ley Orgánica de “Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera”, que concreta cómo se llevará a la práctica esa reforma del artículo 135 de la CE.  El objetivo de esta norma, elaborada por el Partido Popular, consiste en establecer “los principios rectores, que vinculan a todos los poderes públicos, a los que deberá adecuarse la política presupuestaria del sector público orientada a la estabilidad presupuestaria y la sostenibilidad financiera, como garantía del crecimiento económico sostenido y la creación de empleo, en desarrollo del artículo 135 de la Constitución Española”. Una misión que, casi seis meses más tarde, confirmó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una entrevista concedida a Televisión Española: “Si hay alguna prioridad en este momento en España es reducir nuestro déficit público“.

Recomendaciones del papa a sus fieles

El capítulo II de la exhortación de Francisco contiene un epígrafe, No al dinero que gobierna en lugar de servir, en el que denuncia que detrás de la divinización del mercado “se esconde el rechazo de la ética y el rechazo de Dios“ y que a la ética “se la siente como una amenaza, pues condena la manipulación y la degradación de la persona. En definitiva, la ética lleva a un Dios que espera una respuesta comprometida que está fuera de las categorías del mercado“.

En este sentido, Bergoglio anima tanto a los expertos financieros como a los dirigentes gubernamentales a tener en cuenta las palabras de San Juan Crisóstomo, considerado como uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia en Oriente: “No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos“.

Finalmente, el papa considera fundamental iniciar una “reforma financiera que no ignore la ética“ pero que “requeriría un cambio de actitud enérgico por parte de los dirigentes políticos“ Aunque Francisco recuerda a sus fieles que el papa “ama a todos, ricos y pobres“, dice tener la obligación, “en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promocionarlos“. Por este motivo,  exhorta a los diferentes gobernantes católicos a “la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano“.

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