OTRAS NOTICIAS | Política
Enrique del Olmo: “La resistencia al cambio es muy fuerte dentro del PSOE”
El sociólogo Enrique del Olmo, militante de base del PSM, se presenta a las primarias socialistas para la alcaldía de Madrid con un proyecto que pretende abrir al resto de partidos de izquierda y los movimientos sociales
Se estrena nueva candidatura para la alcaldía madrileña. Se trata de Enrique del Olmo, veterano conocido de las bases del Partido Socialista de Madrid, que competirá en las primarias socialistas. Del Olmo, que militó en Nueva Izquierda en los años ochenta, pretende trabajar desde el “núcleo común entre lo que plantean los movimientos sociales y los partidos de la izquierda, que es patrimonio de todos”. Por ello ha invitado a su proyecto a IU, Equo y las mareas. Considera que la reforma constitucional de verano de 2011 fue el mayor error que se pudo cometer y defiende las primarias como método para escapar al control del aparato del partido.
Casi lo más raro de su candidatura es que detrás de las ideas clave del programa estén las siglas del PSOE…
Es raro por el discurso oficial del PSOE, pero no tanto por los miles de simpatizantes y votantes que tienen una visión muy diferente a la de la dirección. Si se hacen encuestas internas sobre la reforma constitucional de 2011 o sobre los recortes de mayo de 2010, el 90% de afiliados estaría en contra, y también sería un alto porcentaje si se habla de profundizar la democracia, cambiar la ley electoral o la ley de partidos. Tener una visión monolítica del PSOE es un gravísimo error político y de percepción social.
Usted mismo, durante toda su carrera política, ha desconfiado muy abiertamente del propio PSOE…
De la dirección del partido, siempre. Siempre he tenido mi propia posición en todas las organizaciones en las que he estado, y esta ha ido evolucionando según el curso de los acontecimientos y los retos políticos. Pero los valores que defiendo los he defendido siempre, a veces han coincidido en un porcentaje alto con el partido y otras menos, si coincido un 30% ya parece mucho. Ante todo, hay que tener una posición laica frente a cualquier partido. Un partido no debe ser una secta, una capilla, si no un organismo vivo.
¿Cómo ha vivido el acto de este fin de semana para celebrar la nueva dirección del PSOE en Andalucía que lidera Susana Díaz?
En general es un cierto impulso al cambio, veremos dónde se llega, todavía no hay temas concretos claves. La agenda es todavía muy abierta pero recobra ilusión y reagrupa las filas en Andalucía con su influencia en el sentir del partido a nivel nacional, pero hay muchos interrogantes que habrá que ir desvelando, como ocurre ante cualquier nuevo liderazgo.
Muy pocas caras conocidas del PSOE han querido perderse estar en esa foto, ¿Cuáles espera usted que apoyen su candidatura?
No sé, el apoyo de caras conocidas no es el tema que más me preocupa, ya se irá viendo porque cada uno tendrá que posicionarse y definirse. Este año va a ser un año muy convulso para el PSOE, con unas inminentes elecciones europeas y con primarias federales, autonómicas y municipales. Cada uno tendrá que salir a las claras si quiere aportar algo en este momento del partido. Esa es una de las razones por las que salgo ahora, quiero participar de ese debate abiertamente.
Usted salió del PSOE y creó su propio partido, el Partido de los Trabajadores, conformó el PASOC, pasó por IU liderando la Nueva Izquierda, para luego volver al PSOE. Por su acción política fue encarcelado durante los últimos años del franquismo. Es usted un animal político fraguado durante la transición española, ¿cómo valora hoy ese momento de la historia de nuestro país?
La Transición fue un proceso globalmente positivo, accedimos a un régimen político diferente a la dictadura, pero claramente insuficiente para las aspiraciones de democracia que había en el país. En ese momento se configuraron núcleos para mantener el poder que no han sido modificados. Por un lado, hubo una mala resolución a la hora de plantear la articulación del Estado, la generalización del “café para todos” que desencadenó ha provocado que el derecho a decidir sea hoy más traumático y no permitió afianzar la solidaridad entre los pueblos. En segundo lugar, la reforma de la Justicia quedó incompleta, no se hizo en profundidad, mantenemos la existencia de un poder no democrático como es la Monarquía, y hoy vemos cómo los derechos sociales se pierden. En definitiva, la Transición fragua un sistema político orientado hacia el conservadurismo en la representación, poco representativo y mal articulado en los territorios, y esto lastra el proceso de democratización.
¿Su generación es responsable de haber llegado a la situación actual?
En aquel tiempo hubo un gran debate político, pero la situación es más grave ahora. Los poderes fácticos pueden ser excusa para entender aquel momento, pero 30 años después no hay motivo para no plantear una reforma de la Constitución en profundidad, eso sí que es un déficit ante el estallido social que pide más democracia, más participación, y el desmantelamiento de la estructura de poder tradicional. No hay motivo para que no se aborde de manera frontal y no con maquillajes.
Movimientos sociales como el 15M o las Mareas han planteado el cambio de sistema político que debe converger con las estructuras de los partidos, pero el PSOE parece incapaz de asumir ese cambio. ¿Pensar que lo puede llevar a cabo no sería como pensar que la Monarquía va a ayudar a instaurar la III República?
Todo es un proceso, tampoco en los años 20 el PSOE era republicano, es equivocado ver las cosas de manera estática. Es evidente que la dirección del PSOE mantiene una posición de defensa cerrada de la Transición y, en ese marco, el tema de la Corona para ellos es intocable, pero eso no quita que el sentimiento republicano de las bases del PSOE exista, de hecho es uno de los más profundos, y no es casual.
Y en temas económicos, ¿habla de expropiar bancos?
En mi planteamiento, el peor de los errores fue la reforma constitucional de agosto de 2011, realizada bajo una argumentación sin soporte. En ese momento habría que haber hablado al país, explicar las presiones existentes y que la ciudadanía hubiera tomado una decisión en su conjunto. Esa no era una decisión para resolver en una mesa técnica sino mediante dos mecanismos: convocar referéndum o provocar nuevas elecciones. Pensar que lo primordial es el pago de la deuda es criminal para el país. La deuda es un mito. En Europa ha habido 50 no-pagos de deuda en la última década, de todos los países, en EEUU 3 defaults… Y en eso coincido con que hay que romper las condiciones establecidas, discutamos absolutamente todo. No tiene sentido recortar con “sensibilidad social”, no valen las políticas de austeridad y tampoco las del despilfarro, e insisto, la argumentación tras los recortes es falsa ¿Cómo es posible que en 1995 tuviésemos la mitad de PIB y de renta per cápita y mantuviéramos el sistema sin problemas y hoy, con el doble de PIB, no podemos mantenerlo? Algo falla, no es posible.
Pero, ¿sigue pensando en expropiar bancos?
No he hablado de expropiar bancos pero si crear una banca pública. La destrucción de cajas es la destrucción de un modelo de banca social, esa estructura podría haberse convertido en banca publica para conseguir fluidez en el crédito.
Reprogramar el sistema, desaprender, abrir código, procomún… Son palabras que llaman la atención sobre su candidatura. ¿Cómo se han fraguado esas ideas?
Es un proceso, no es nada mío ni interno dentro del PSOE, si no que se fraguan en un lugar de encuentro, entre lo que está dentro y lo que está fuera, las nuevas ideas que han surgido y surgen continuamente. Esos conceptos tienen que ver con eso, hay que aprender mucho de lo que la gente está diciendo en la calle, habrá ideas que las culturas dominantes impidan su desarrollo pero la sociedad ha cambiado, hay una extraordinaria politización actualmente y esas ideas convergen con las de participación y democracia.
Ideas sin duda revitalizadas desde mayo de 2011, ¿cómo ha influido en su proyecto el movimiento 15M?
Muchísimo, como a cualquier persona sensible a lo que pasa. Dentro del PSOE hay quien lo ve con recelo, con miedo, otros como culpable de la derrota del 20N. Yo creo que hay que verlo como un movimiento con una fuerza muy positiva, que tiene que seguir y que no puede ser instrumentalizado ni manipulable, que tiene momentos mejores o peores pero que ha hecho conquistas fundamentales para la política del país. Ahora se hace necesaria la relación de partidos políticos con movimientos sociales. Yo siempre pongo de ejemplo que de las 21 demandas más significativas del 15M en el momento de la acampada en Sol, 17 eran de reforma política, es decir, sin carga presupuestaria, que aplicarlas o no solo depende de la voluntad política. Por eso creo que el 15M o las Mareas profundizan en la democracia y dejan ver las dificultades de viejas organizaciones para ser parte de lo mismo, por lo que es un tema clave.
Desde ese momento, el descenso del bipartidismo es más que palpable y se asimila a PP-PSOE como principales partidos políticos culpables de la crisis de representatividad actual. ¿Cómo pretende acercarse a este tipo de movimientos desde el PSOE?
Acercarse sin miedo, con diálogo, debate, confrontando ideas, debatir y confrontar, y no con el objetivo de ver qué provecho sacar. Hay una necesidad de hablar sobre cuestiones importantes, porque hay un núcleo común entre lo que plantean los movimientos sociales y los partidos de la izquierda, que es patrimonio de todos, para mí esa es la diferencia. ¿Que PSOE Y PP es lo mismo? Desde un punto de vista político y económico hay comportamientos comunes, pero la base social de estos dos partidos es radicalmente diferente, con intereses económicos y sociales contrapuestos. La gente del PP no está en las movilizaciones, sin embargo podemos encontrar a miles de activistas del PSOE. Es necesario que reflexionemos no solo desde la piel sino ir al fondo. Ante el rechazo, hay una lista de agravios que no se pueden negar, pero no tiene por qué ser así siempre. No tengo problema, no exijo nada, me acerco con humildad y reconociendo orientaciones políticas contrapuestas y, sobre todo, siendo consciente de que para cambiar la situación hace falta todo el mundo: Sin IU, EQUO, IA, etc., no es posible configurar una mayoría social de cambio.
Ahora hablaremos de cómo ve esa alianza, pero antes, ¿cuál es la composición de su equipo? Critica el liderazgo y pero solo es usted la cabeza visible…
Soy la cabeza visible a modo de instrumento. El equipo es plural, abierto. Funcionamos por nodos, la actuación e intervención de cada persona la desarrolla sin presiones previas, ni siquiera es necesario ser del PSOE. Estamos ante un proyecto colectivo y mi candidatura solo es un instrumento, una forma de romper mediáticamente la aparente calma… Si algo rompe mi presentación es que nadie se movía y el objetivo es hacer algo diferente, yo corro con el gasto.
En los partidos tradicionales no se soporta la disidencia. Dice que existe una masa muy grande a nivel interno que apoyaría el cambio, pero es una mayoría hasta ahora silenciosa…
Si, hay una autolimitación importante a la hora de expresarse como militante, y la respuesta a mi salida pública me lo demuestra. Yo se quién me apoya y quién no, pero cuando me preguntan qué aparato o qué sección del partido… pues creo que ahora mismo ninguna, y no me interesa ese tema por la naturaleza de la propia candidatura, seria un factor negativo, luego ya veremos, todo se andará. No le voy a prestar mucha atención a ese tema, yo creo que la clave es apostar por el punto de vista orgánico y la forma política de hacerlo es abrir el proceso de primarias. Es decisiva, hace perder el control del aparato de partido y por eso hay tantas reticencias y tantos mecanismos que intentan limitar o moderar sus efectos.
Otra vez sale a relucir el nivel de control interno y el déficit democrático del partido…
Si, pero al fin y al cabo aborda unas primarias, aunque no en profundidad. Para mi el modelo es el francés, el italiano, el chileno o el del PSC, unas primarias abiertas a la ciudadanía en serio, en las que voten todas las personas que lo desean, y ahora hay trabas muy limitativas. Por ejemplo, en Madrid, a la hora de decidir quién va a la alcaldía, en el peor de los casos, pueden ser 3 personas las que decidan, en el intermedio 6.000 o 10.000. Yo planteo que sean 100.000. Esa es la cuestión y es el miedo que hay: el cambio que puede generar unas primarias.
Pero, ¿sólo primarias? Su apoyo al uso de tecnologías también es uno de los pilares de su proyecto, ¿podría concretar más iniciativas?
Sin ningún tipo de duda ese es el camino para los nuevos modelos de partido, pero hay mucha resistencia y muy fuerte dentro del PSOE. También hay que abordar otros temas como el límite de mandato, desprofesionalizando la política, instaurando un sueldo por puesto. Lo plantean los movimientos sociales con claridad y se tienen que abrir paso en las estructuras de partido. El cambio es un proceso de tiempo: Se está haciendo impulso hacia ese cambio pero la resistencia es también muy fuerte.
Usted aboga por la alianza entre partidos de izquierda ¿cómo visualiza esa unión?
Como una necesidad política absoluta y social. Para parar el desastre económico y social que esta provocando el Partido Popular no hay más formula que desalojarles del poder. Mucha gente está luchando hasta la saciedad por cambiar esta situación y esa tarea es unitaria, que sea unitaria es imprescindible. Hay diferencias y son legítimas, pero han de pasar a un segundo término y buscar el núcleo común que nos haga comprometernos con la ciudadanía en el cambio. Lo que piensa el PSOE no será lo mismo que IA, pero sí hay un núcleo donde se produce esa intersección. Apostemos por trabajar en esos núcleos y articulemos la forma de gestionar las diferencias.
Por último, ¿cómo valora los nombres con los que hoy se especula que pueda competir? Jaime Lissavetzky, Antonio Miguel Carmona…
No es cuestión de nombres, lo que hay que poner sobre la mesa en la actual situación política y social de Madrid es qué tipo de perfil responde más a la demanda de la gente: uno clásico, como puede ser Jaime; otro clásico con variantes, muy basado en el poder interno del partido, como podría ser el papel de Antonio; o uno como yo, que planteo un perfil totalmente abierto a la sociedad. Planteo una candidatura sobre todo permeable a las cuestiones que se plantean en la calle, y esa es la diferencia sustancial.
La Marea es editada por una cooperativa de periodistas y lectores
Suscríbete aquí para ayudarnos a hacer sostenible este proyecto
«La destrucción de cajas es la destrucción de un modelo de banca social,…» Si hubiera añadido «creadas por la Iglesia» lo hubiera usted bordado, D. Enrique.
Mi intención era votar a alguna plataforma decente que surgiera, pero si tu te presentas para la alcaldía de Madrid (aunque fuera por el PS0E), si te votaría.
En el Periódico Público me han censurado el siguiente comentario enviado al artículo sobre ZP :
-Este gusano antisocialista suprimió el Impto. sobre Transmisiones, bajó el Ipto.Sociedades y dilapidó aquellos 400 €, aumentó dotación y tropas en Afganistán, no implantó la tasa a la banca, mantuvo las costosas subvenciones a la Secta Católica, etc…
EMPOBRECIÓ al Estado, le endeudó pagando altos intereses a «los mercados» y lejos de responder por todo aquello sigue mintiendo cínicamente.
Algún día habrá que juzgarle junto a sus colaboradores y a los dirigentes de su partido gemelo, el Pp.-
En ese periódico se ve que están en plena campaña de restauración de imagen del PsoE, lo peor es que esa censura la ejercen saltándose a la torera sus propias normas para publicar comentarios, ocultamente.
Más de lo mismo, otro que entra por el aro del PSM/PSOE.
Desaparezcan ya: de Madrid, de Castilla (aquella que destrozaron en varias CCAA) y del resto del Estado. Traidores y vendidos al capital.
De este fraude de partido desde hace casi 40 años ya solo esperamos que se disuelva y entregue las armas.
Estimado Sr. Del Olmo, le ha faltado a usted, en su crítica del PsoE, decir algo que es fundamental para entender la situación en la que estamos. El PsoE ha sido la empresa que mejor ha cumplido sus obejtivos en este país en los últimos 30 años. Y los objetivos de esa empresa, cuyos dueños no son los militantes (que es cierto que alguno hay de izquierdas, pero también muchos que son del PsoE como son del Atlethic, sin ninguna autocrítica). Los objetivos, decía, han sido no sólo implementar el neoliberlasmo salvaje y vender el discurso de que es «lo que hay que hacer», lo que manda Europa, lo que hace todo el mundo, aunque se haya tratado de desmantelar lo público de una manera brutal y salvaje y dejarnos a los pies de los caballos, el objetivo principal, por el que sus dueños, que no son otros que los que marcan la política económica, es decir, banqueros, grandes capitales, caciques, empresarios corruptos, etc, no ha sido y es otro que el de evitar que la IZQUIERDA pueda llegar a gobernar. Esa ha sido la función de la socialdemocracia, cargarse las opciones políticas de izquierda, los partidos comunistas, los movimientos sociales y cualquier que pusiera en duda el poder del gran capital, y para ello, en España, y usted lo sabe bien, la forma se llamó Nueva Izquierda. Y se pagó en forma de cargos PÚBLICOS, pagados por todos, porque Roma no paga traidores, pero el PsoE los cubre de oro, ¿o me va a decir que no conoce a unos cientos de dirigentes de su Nueva Izquierda que acabaron como asesores y demás mandangas en multitud de administraciones? ¿Qué era lo que opinaba usted al respecto?
Viene ahora usted criticando la reforma de la Constitución, que no se cambie la ley electoral, los recortes, a la dirección, al aparato, a la falta de democracia y vendiéndose como un alma libre dentro del partido. Bien, tiene usted razón en todo eso, aunque se deja muchas barbaridades cometidas más, y entonces, ¿qué hace dentro de esa organización? Quiero decir, o es usted muy poco coherente consigo mismo, o es que llega ahora de viaje y no se ha enterado de nada. Discúlpeme si no le creo, pero me sería más fácil creer que a la virgen la preñó una paloma. En serio. Y más con su historial.
El PsoE no puede hacer política de izquierdas, porque no es un partido de izquierdas, así que lo mejor que podría hacer es disolverse y entregar las armas. De una puñetera vez.