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Un taller de bicicletas como vía de inclusión de personas sin hogar

Un proyecto de intervención social en la localidad madrileña de Alcobendas trata de borrar el estigma de estas personas

Imagen del taller de reparación de bicicletas en Alcobendas.

MADRID// “¡Qué guapo está Santi, cómo ha cambiado!”. Es el comentario más extendido en el Centro de Día Casablanca, un proyecto de intervención con personas en situación de exclusión promovido por el Ayuntamiento de Alcobendas, Madrid, y gestionado por Rais Fundación. Llevan apenas cinco meses trabajando con Santiago pero su mejoría ya es evidente. José Aniorte, gerente de Desarrollo Local de la Comunidad de Madrid para Rais, explica a La Marea que antes vivía en la calle, en La Moraleja, al norte de Madrid.

“Normalmente sólo abrimos de lunes a viernes, pero hoy es un día especial y hemos hecho una excepción”, cuenta Aniorte. Y es que este sábado se presentaba el Reciclotaller en la plaza del Ayuntamiento de Alcobendas, donde diez de las 95 personas que acuden al centro de acogida participan. Su misión consiste en reciclar y recuperar bicicletas en desuso o abandonadas. Desde un punto de vista interno, este trabajo les sirve a los usuarios del centro para realizar una tarea, comenzar a sentirse útiles de nuevo y tratar de encontrar  una salida laboral gracias a lo que aprendan y a las alianzas que Rais pueda establecer con diversos comercios o empresas de la zona.

Presentarlo públicamente, además de para darse a conocer y que los vecinos de Alcobendas puedan donarles bicicletas o llevar la suya para que la arreglen en el taller, también sirve para desestigmatizar a las personas sin hogar. Aniorte señala que “Alcobendas es como un pueblo, aquí todo el mundo se conoce. Queremos que los habitantes de la zona vean que los tópicos sobre las personas sin hogar son falsos. Además, una vez que ya se han relacionado unos con otros, la próxima vez que coincidan en la calle pueden hablar de cómo quedó la bici, de que conocen a alguien que les va a donar una… y así se los va integrando en la comunidad”.

Nos puede pasar a cualquiera

A pesar de lo que se haya asentado en el imaginario colectivo, el motivo por el que una persona puede terminar viviendo en la calle rara vez está relacionado con la ludopatía, el alcoholismo o una adicción similar. En circunstancias normales, una persona sufre alrededor de cuatro golpes duros a lo largo de su vida que pueden ocasionarle un trauma: la muerte de un familiar cercano, un divorcio, perder el trabajo… Sin embargo, en el caso de las personas sin hogar, estos duros reveses se concentran en menos de dos años, lo que termina por arrojarlos a la calle.

Es decir, que son personas como cualquiera a las que les han sobrevenido una serie de desgracias intensas que terminan por dejarlos sin dinero y sin hogar. Es el caso de uno de los que colaboran en el centro, Javier, un peruano de unos 45 años que, desde hace algo más de dos, acude regularmente a Casablanca. “No pude renovar la demanda de búsqueda de empleo y me quitaron la subvención. Los primeros días vivía con lo que tenía en la despensa, pero después tuve que pedir ayuda para poder comer y me recomendaron que viniera”.

Es uno de los usuarios más avanzados de este centro, en el que trabajan con las personas sin hogar desde diferentes aspectos, en función de las condiciones y las circunstancias de cada uno. De manera individual, tienen a su disposición un psicólogo y un educador, un trabajador y un integrador sociales. De lunes a viernes ofrecen desayunos y comidas que aprovechan para organizar coloquios en los que hablan entre ellos de sus problemas o a los que invitan a diferentes personas (el alcalde de Alcobendas, la concejala de Medioambiente) para exponerles su realidad y tratar de encontrar soluciones. Y, además, realizan diferentes actividades, como el Reciclotaller, para que desarrollen habilidades o para volver a empoderarlos, de manera que tomen conciencia de que son útiles o de que esforzarse por conseguir determinados objetivos puede ayudarlos a obtener resultados positivos.

La última fase de todo este proceso tiene que ver con la búsqueda de trabajo. Primero hay que reconstruirlos, que sean conscientes de que siguen teniendo dignidad y mucho que ofrecer a la sociedad. Uno de los proyectos para que ganen confianza es la revista Desde la calle, que elaboran las personas sin hogar, y cuyo último número se presentará el próximo martes 26 de noviembre en el Centro Cultural Pablo Iglesias de Alcobendas.

Aniorte explica que son ellos quienes buscan los temas de los que ocuparse y realizan las entrevistas a personajes conocidos como el entrenador de fútbol Vicente del Bosque o la jugadora de baloncesto Amaya Valdemoro. Pero también a figuras con poder de decisión dentro del entorno en el que se mueven como los alcaldes de Móstoles o Alcobendas. “Cuando son capaces de sentarse delante de estas personas y peguntarles o, en el caso de los políticos, además plantearles sus peticiones, es que ya están preparados para ir a buscar trabajo”.

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