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Javier Krahe: “Los políticos cuando no son aburridos, dan miedo”

El cantautor, que presentará su último trabajo 'Las diez de últimas´ el próximo 4 de diciembre en Madrid, reivindica el derecho a la pereza.

Javier Krahe ha sacado nuevo disco. El decimocuarto en su carrera. Este con un enigmático título, Las diez de últimas. Como ya sucediera con su anterior trabajo, Toser y Cantar, llega con un formato CD+libro. En este caso El derecho a la pereza, escrito por el yerno de Karl Marx, Paul Lafargue.

El cantautor llega a la entrevista casi temblando por el tiempo que hace fuera. Actúa esa noche en A Coruña. Tose, hace frío y su cuerpo y su asma, acostumbrados a las playas gaditana, parecen resentirse. Cada frase se hace eterna, piensa las palabras, se toma su tiempo para contestar. Es Krahe, el que agota las localidades días antes de cada concierto, el que nació en La Mandragora, aquel al que los cantantes llaman “maestro”. Javier, el que vive en  Zahara de los Atunes, el que libra tres meses al año, el que reivindica hoy en día el derecho a la pereza.

Las diez de últimas, ¿apocalíptico, realista o sólo un título?

Bueno, es solamente un título, pero está cogido del juego del tute, si te llevas la última baza… pues te apuntas diez puntos. Quiere ser ambiguo, y que la gente piense lo que quiera, yo también pienso. Me gustaba como suena, pero hasta yo mismo me pregunto qué quiero decir. La gente me dice, «¿son tus últimas canciones?» Y yo les contesto, «bueno, de las últimas canciones que tengo, he escogido estas diez». O sea que no tiene un significado muy preciso.

El disco se vende junto a un libro, El derecho a la pereza, ¿por qué?

Ese libro es el primero en el que, desde la clase trabajadora, se reivindica el derecho a la pereza, y es del siglo XIX donde se estaba en una peor situación que ahora. Sin embargo, ya hay voces como la de Lafargue que dicen que está mal planteado el derecho al trabajo, que no hay que sacralizarlo. En cualquier caso es para aportar mi granito de arena en el supuesto debate sobre el trabajo, aunque vaya en contra de los poderes públicos, que dicen que hay que aumentar las horas de trabajo o de retrasar la edad de jubilación. Cuando oigo eso siempre me pregunto, ¿pero qué es lo que quieren?

En el documental Esta no es la vida privada de Javier Krahe alguien dice que “la prueba de que el trabajo es malo, es que te pagan por hacerlo”

Creo que lo decía Fernando Savater. La mayoría de los trabajos son malos, pero afortunadamente para algunos, hay otros en los que también te pagan y en los que sólo en eso notas que es trabajo, por ejemplo cantar.

¿Siempre ha disfrutado cantando?

Bueno, las primeras veces que salí al escenario lo pasé horrible, pero al año o así, ya me di cuenta de que lo que me gustaba era subirme al escenario. No sé ni cómo supere ese pánico porque además lo somatizaba y todo, me paralizaba el brazo izquierdo, no podía ni tocar la guitarra.

Volviendo al derecho a la pereza, ¿cree que habría que reivindicarlo?

El problema son los ingresos económicos. Resulta que, con todas las máquinas que hay, que han ido sustituyendo a las personas, no se reparte el dinero entre esas personas a las que han sustituido. Por ahí tendría que venir la solución, con todo lo que hacen las máquinas y los ordenadores, deberíamos trabajar tres horas al día, pero claro, cobrar como si estuviéramos en cualquier jornada laboral. Si no, al final acabarán trabajando las máquinas y no habrá personas en ningún lado.

¿Está a favor de una renta básica?

Sí. Yo creo que tendríamos que tener una renta básica que permitiera vivir, con una vivienda y sin lujos, que no hacen falta. Quien quiera lujos, pues que trabaje más.

¿Le sigue dando pereza hablar de los políticos?

Sí, porque cuando no son aburridos, son aterrorizadores, dan miedo. De todas formas, de vez en cuando me sale algo. En este disco hay una mención en una canción a los indignados, pero no toda una canción, solo en algún versito suelto, alguna referencia.

¿Cómo nacen sus canciones?

De ellas mismas. Se me suele ocurrir un verso, lo cojo y le doy vueltas. Lo otro ya me surge, me lo va diciendo la escritura misma.

Pero, por ejemplo, una canción como Nembutal, ¿de dónde sale?

Pues es que he conocido a más de una y más de dos como la protagonista que intentaba suicidarse, y alguna que lo consiguió. Se me ocurrió en el tren que iba a Cádiz, en una litera pensé: ella se quita la vida a diario, no sé por qué, solo eso. Pasó esa noche y al día siguiente, ya en la playa, me puse a escribir y pensé: “¿ahora qué digo? y escribí: no se convoca a un ilustre diario para dar fe”. Y así van saliendo.

¿Se escribe mejor en Cádiz?

Yo sí. No creo que tenga algo especial para escribir, pero es que yo el mes de julio siempre lo pasaba solo en la playa, tenía tiempo de sobra para aburrirme y entonces me ponía a hacer canciones. Eso ha sido así durante muchos años, hasta ahora que mi mujer se jubiló y viene también. Eso es un problema porque ella siempre tiene ideas para hacer cosas y me impide escribir.

Hace poco, la sentencia del Prestige dejó la catástrofe sin ningún culpable y el TSJ de Andalucía ha condenado a los miembros del SAT por ocupar una finca abandonada. ¿Qué opina de la justicia?

A mi no me gusta como funciona la justicia, aunque a mi me absolvieron de lo mío… pero es que no sé ni porqué me juzgaron. Hay muchos tecnicismos jurídicos que supongo que son los que entran en juego, y efectivamente en lo del Prestige no hay responsables y estos… por ocupar una finca [se ríe]. De todas formas, Sánchez Gordillo está tan entrenado en entrar en la cárcel. Para él además de una lucha social, debe ser ya algo personal.

De Aznar dijo que no le ponía nada para hacer canciones, Rajoy tampoco, ¿y Sánchez Gordillo?

Hombre, más que estos dos que has dicho, desde luego. Lo que pasa es que de lo único que podría hablar es de sus actividades, pero para eso es casi mejor un artículo de periódico. Una canción tiene que tener algo más que no puedas hacerlo en un artículo, y eso a veces se encuentra y a veces no.

¿Cómo ve el panorama musical español?

No estoy muy al tanto de lo que se hace, yo no escucho mucha música, más bien poca. Ahora, casualmente, estoy oyendo a los Beatles, pero suelo oír música clásica.

¿Y en la literatura también es clásico?

La verdad es que en literatura lo que leo más bien es lo actual, pero no rechazo a lo antiguo. Ahora, estoy leyendo dos novelas a la vez, una de un autor francés y la otra Trilogía de Nueva York de Paul Auster, que no lo había leído y que encontré por casa.

¿Y tiene tiempo para leer? ¿Por eso reivindica el derecho a la pereza?

Sí, lo que pasa es que recibo muchas presiones para venir a cantar. El derecho a la pereza es como si dijéramos el derecho al ocio, porque es más bien eso lo que dice Lafargue, que hay que dedicarse a lo que a uno le gusta, aunque no sea productivo. Claro que hay trabajos bien bonitos pero, ¿cuántos? ¿Quién quiere salir a pescar con mal tiempo? ¿Quién quiere ser contable? ¿O bajarse a la mina? Si te dieran un salario tú no bajarías a la mina, aunque habrá perversos a los que les gustaría, pero eso ya es otro cantar.

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Comentarios
  1. Magnifica entrevista, he leído muchas entrevistas a krahe y ninguna con unas preguntas tan concisas que saquen tanto de él. Enhorabuena.

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