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El Banc Sabadell reconoce operar con un fondo que invierte en alimentos
ONG, sindicatos agrícolas y entidades sociales reclaman el cierre del fondo de inversión BS Commodities, que basa su rendimiento en materias primas como la soja, el maíz y el trigo
BARCELONA // La comisión Agricultura del Parlament de Catalunya vivió este miércoles una situación insólita. Por primera vez, una ONG y un banco comparecían juntos para debatir sobre especulación alimentaria. El motivo, el fondo de inversión BS Commodities FI que comercializa el Banc Sabadell, y que como reconoció el subdirector de la entidad Cirus Andreu, incluye “un componente agrícola”, en este caso la soja, el trigo y el maíz.
La denuncia de la ONG Veterinarios Sin Fronteras (VSF) Justicia Alimentaria Global -que junto a otras 40 organizaciones, sindicatos y entidades impulsa la campaña Banca Bajo Control– sobre la existencia del fondo especulativo en alimentos, forzó a la comparecencia del alto directivo del Sabadell para explicarse sobre el cuestionado fondo. Coincidían así por primera vez representantes del banco y de las ONG, puesto que la entidad no había respondido a ninguno de los requerimientos de la campaña.
Andreu negó que el producto que comercializa el banco especulase con alimentos. Es más, aseguró que permite “una transferencia de recursos financieros desde el ahorrador o el inversor, hacia el poseedor en cada momento de las materias primas, en muchos casos el productor”. Una sentencia que desmiente la propia Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que señala que tan solo el 2% de este tipo de movimientos de capital se traslada finalmente en un contrato real, y que el resto es especulación.
El subdirector del Sabadell se escudó en que son muchas las entidades bancarias a nivel mundial que comercializan fondos basados en materias primas, hasta el punto de situarse en el tercer lugar en el mercado de futuros. Así mismo, Andreu defendió que las inversiones de este tipo tienen una afectación mínima sobre la variación de los precios, un hecho que conlleva que grandes sectores de población no puedan acceder a estos alimentos.
“En escenarios de inflación, las materias primas defienden muy bien su valor y el poder de compra de estos ahorros”, declaró Andreu, una afirmación que, sostuvo el director de VSF, Javier Guzmán, “dejó de piedra” a los representantes de las ONG en la comisión. “Hemos oído palabras como que cuando peor le va a la gente, en situaciones de guerra y de vulnerabilidad, mejor le va a estos fondos”. “Así que deben estar muy contentos con este tifón de Filipinas, porque habrá una gran demanda de grano”, añadió, a la vez que daba dos ejemplos de grandes subidas de precios de alimentos en el 2010: un 120% de subida en el precio del trigo en Etiopía, o el 80% en el precio del maíz en Níger.
Una necesidad básica de millones de personas
“Claro que es un mercado al alza, porque cada vez hay más gente que necesita alimentos. Uno puede decidir si compra un teléfono móvil o no, pero no si quiere comer o no. Estamos hablando del derecho a la alimentación de millones de personas”, sentenció Guzmán, que recriminó al Sabadell haber puesto en marcha este fondo precisamente en 2008, cuando se produjo una gran crisis alimentaria en el mundo.
El propio relator especial de la ONU Olivier de Schutter señaló en un informe publicado en le 2010 sobre el derecho a la alimentación que una parte importante del incremento de los precios alimentarios y su volatilidad sólo puede ser explicada por la aparición de la burbuja especulativa. Una burbuja, alertó Guzmán, que desde el 2008 está creciendo por la fuga de capitales del sector inmobiliario hacia el mercado de alimentos.
Según los datos de VSF, el fondo cuenta con un capital de 15 millones de euros. Teniendo en cuenta que las conclusiones del Banco Mundial indicaron que este tipo de inversiones especulativas han empujado al hambre a 44 millones de personas entre 2010 y 2011, calculan las ONG, al Banc Sabadell le corresponderían 60.000 personas en esta dramática estadística. “¿La rentabilidad de este fondo de inversión merece la pena cuando uno sabe que detrás hay personas? Estas personas, obviamente, ni votan, ni están aquí, ni son clientes de ningún banco”, apuntó Guzmán.
Numerosas entidades bancarias europeas, como el segundo banco alemán Commerzbank, el Danés Nordea, la entidad austriaca Volksbanken AG, o incluso Barclays Bank han ido abandonando la comercialización de fondos de inversión ligados a los alimentos. También CatalunyaCaixa cerró su Depósito 100% natural, que basaba su rentabilidad en las variaciones en el precio del azúcar, el café y el maíz, por la presión de las entidades ecologistas.
Acumulación de alimentos para hacer subir el precio
La acumulación de stocks de alimentos conlleva que se reduzca la cantidad disponible en el marcado, y es lo que produce el aumento de precio que garantiza la rentabilidad de estas inversiones. Sin embargo, también provoca que millones de personas no puedan adquirirlos. Más cuando casi una de cada tres personas en el mundo (aproximadamente 2.000 millones) destinan más del 50% de sus ingresos para adquirir comida. “Hasta hoy no hay regulación, así que como dice el señor Andreu, es legal. Pero que sea legal no quiere decir que no sea inmoral. Es inmoral, y si restringimos el acceso a los alimentos, es un crimen programado”, sentenció Guzmán.
Las ONG instan al Parlament a pedir el cierre del fondo BS Commodities FI, que tiene comprados (a futuros) una cantidad equivalente a dos veces la producción anual de maíz del estado español (7,5 millones de toneladas), toda la soja que consume el Estado al año (2,6 millones de toneladas) y la mitad de la producción anual estatal de trigo (otros 3 millones de toneladas). Alimentos, señalan los impulsores de la campaña, “que no van a comprar ni a vender, sólo a contratos de futuros con los que jugar para generar ganancias”.
Muy interesante el artículo. Nos situa frente al enorme poder del dinero, y nuestras posibilidades de evitrar llevarlo a los bancos para que su destino no arruine a la Humanidad.
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