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Los trabajadores de la limpieza critican la “criminalización” de la huelga

La solución de la patronal consiste en una reducción del ERE a casi la mitad y la reducción del salario en un 40% para los que se queden.

MADRID // La huelga indefinida de los trabajadores de limpieza viaria y jardinería cumple este jueves su décima jornada. Más de una semana en la que Madrid ha ido acumulando basura, sin que se llegara a un acuerdo entre sindicatos y patronal y sin que pareciera que la alcaldesa de la capital, Ana Botella, fuera a hacer nada al respecto. Ayer, la regidora finalmente salió a escena para lanzar un órdago: será la empresa pública Tragsa la que se encargará de cumplir los servicios mínimos.

Las palabras de la alcaldesa han sido duras. Ha achacado a los “actos vandálicos” de los huelguistas el hecho de que no se cumplan los servicios mínimos y ha calificado la huelga de “salvaje”. Un tono que rechazan de plano los sindicatos. “Tenemos la impresión de que el Ayuntamiento tiene un interés especial en criminalizar el conflicto. Somos 7.000 trabajadores en huelga y sólo han detenido a unos pocos”, critica Felix Carrión, responsable de la negociación colectiva de CCOO con las empresas concesionarias.

La patronal asegura que se están cumpliendo los servicios mínimos y que las empresas están actuando “correctamente”. También aseguran que han puesto sobre la mesa “medidas suficientes” para llegar a un acuerdo. “El sábado se cierra el plazo legal de negociación, veremos qué pasa. No se pueden adelantar acontecimientos, pero las empresas ya han hecho lo que podían hacer”, sostienen fuentes de la patronal.

“Quieren hacer un ejército de miserables”

Lo cierto es que el diálogo entre patronal y trabajadores sigue en punto muerto. La solución de la primera consiste en una reducción del ERE a casi la mitad y la reducción del salario en un 40% a los que se queden, según explica Carrión. “Nosotros hemos ofrecido congelarnos el sueldo este año y el siguiente. Entendemos que no es el momento de pedir pero tampoco de dejarnos sacar la sangre, y entendemos que la oferta de la patronal es una barbaridad”, lamenta Carrión.

El sueldo de un jardinero o un trabajador de la limpieza oscila entre los 600 y 1300 euros, por lo que la rebaja salarial supondría una mayor precarización del empleo, algo por lo que los sindicatos convocantes, CCOO, UGT y CGT, no parecen dispuestos a pasar. “Quieren hacer un ejército de miserables, pero la gente no puede más”, sostiene Carrión. “Menos mal que tenemos mucho apoyo de los ciudadanos, un interés muy grande de la prensa nacional e internacional”.

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