Sociedad
El desastre del Prestige se salda sin culpables
El tribunal absuelve al capitán y el jefe de máquinas de daños contra el medio ambiente al entender que no conocían el deficiente mantenimiento del buque, y al director de la Marina Mercante, que señala que actuó correctamente. Solo impone nueve meses de prisión al capitán por desobedecer la orden de remolcar el buque
La mayor catástrofe ambiental en la historia de España se salda sin culpables. Once años después del hundimiento del petrolero Prestige frente a las costas gallegas, la Audiencia Provincial de La Coruña ha dado a conocer este miércoles la sentencia, que absuelve a todos los acusados de los delitos contra el medio ambiente y exime al Gobierno de responsabilidad en el suceso.
El juicio sólo sentó en el banquillo al capitán del barco, Apostolos Mangouras; al jefe de máquinas, Nikolaos Argyropoulos; y al exdirector general de la Marina Mercante del gabinete de Aznar, José Luis López Sors. El primer oficial del barco, Ireneo Maloto, también fue imputado pero nunca fue localizado. A los tres primeros, se les imputaron presuntos delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, daños y desobediencia-resistencia; y a López Sors, el único cargo político encausado, un supuesto delito contra el medio ambiente y daños.
La sentencia absuelve a los dos tripulantes acusados, al concluir que el fallo estructural del barco fue por culpa de un mantenimiento deficiente que fue ocultado por la empresa propietaria a la tripulación. “La debilidad estructural tiene su origen en una revisión deficiente de unos astilleros chinos, y no puede tener relevancia en este juicio a no ser que fueran conocidas por los acusados, un hecho del que no hay ninguna constancia”, señala en referencia a los miembros de la tripulación imputados. “Resulta difícil que el capitán no avisara del Estado del buque si podía correr peligro su propia vida y la de su tripulación”, indica.
El tribunal asegura que las inspecciones de control sobre el estado de la embarcación resultaron insuficientes, y atribuye esa responsabilidad a la sociedad estadounidense American Bureau of Shipping (ABS) -una «empresa privada que desarrolla una lucrativa actividad», afirma-, que expidió el certificado de navegabilidad del Prestige.
Sin embargo, si que declara culpable al capitán del barco, de 78 años de edad, del delito de desobediencia grave, pues en un primer momento desobedeció la orden de las autoridades españolas de remolcar el barco, argumenta la sentencia, con una motivación económica derivada de que si aceptaba el remolque, el armador debía de pagarlo. Por ello, el tribunal le condena a nueve meses de prisión, de los que se deberá descontar los tres meses que ya cumplió de prisión preventiva.
Varias partes de la acusación, como la Plataforma Nunca Máis, culpaban al exdirector general de la Marina Mercante de la decisión de alejar el buque de las costas, con el consecuente incremento de la extensión de costa afectada por el fuel. El presidente del tribunal, José Luis Pía, ha recordado, durante la lectura de la sentencia, que la primera orden del Gobierno fue alejar el barco de la costa, y que las autoridades ordenaron que el petrolero no se remolcara a tierra. Sin embargo, avala la decisión alegando que los informes presentados en el juicio señalaban la imposibilidad de entrar el barco a los puertos, y porque las condiciones del temporal marítimo que acaecía esos días no permitía remolcar el barco a las proximidades de la costa.
Así, el tribunal indica que “un profesional cualificado, asesorado por profesionales cualificados que le dicen que lo mejor es el alejamiento, teniendo que tomar la decisión de forma inmediata, no se puede calificar de imprudente, al menos desde la perspectiva del derecho penal”. “Todas las decisiones estaban orientadas a salvar vidas humanas, y no hubo ningún herido”, añade.
La aseguradora London P&I Club ha sido condenada a pagar 22 millones de euros en indemnizaciones. Los Fondos internacionales de indemnización de daños debidos a la contaminación por hidrocarburos (Fidac) ya pagó 115 millones de euros, un dinero que el Gobierno no deberá reponer al haberse esgrimido de responsabilidad a López Sors.
2.900 kilómetros de costa afectados
El fallo constata que el hundimiento del Prestige provocó graves afectaciones medioambientales desde “la desembocadura del río Miño hasta el canal de la Mancha, siendo la costa gallega la más afectada, especialmente a Costa da Morte. Los gastos ocasionados al Estado ascienden 368 millones de euros, 145 millones para la comunidad gallega, y 67 millones para el Estado francés”.
Justo este 13 de noviembre se cumplen 11 años del día en que el Prestige dio la voz de alarma con una vía abierta en su casco, escorado en medio de un temporal. Una vez hundido, vertió a las aguas casi toda su carga, unas 63.000 toneladas de petróleo, mientras el entonces ministro de Interior, Mariano Rajoy, definía la catastrófica fuga como “pequeños hilillos de plastilina”, y el titular de Fomento y responsable de seguridad marítima, Francisco Álvarez Cascos, se iba de cacería. El desastre, recoge la sentencia, provocó la llegada a las playas de 170.000 residuos, afectando a 2.900 kilómetros de costa y 1.177 playas.
Yo solo se que no se nada ya. El mundo de la globalización que nos trajeron los norteamericanos y al que nos obligaron a entrar para controlarnos como consumidores productores de dividendos para sus multinacionales y macrobancos, es realmente el mundo de la confusión. Es una Torre de Babel en la que un estado reconocido por la ONU se permite piratear al estilo británico del XVII matando por sorpresa personas desarmadas e indefensas. Un partido político se permite mantener en su seno a una banda de ladrones gurtelianos defendiéndolos cuando lo que debiera hacer es desembarazarse de ellos para mantener, o mejor adquirir, prestigio democrático y además, culpa a otros partidos de sus propias lacras.
Un poderoso grupo de multimillonarios que manejan los hilos de la economía y de la política en EEUU; todos judíos, invadieron Palestina en 1946 ayudados por Gran Bretaña que deseaba desembarazarse del contingente judío que la invadió al terminar la segunda guerra mundial y les permitió invadir a esos musulmanes palestinos que realmente eran judíos islámicos convertidos después del Éxodo. Método anglosajón de invadir territorios arrojando a los nativos a las montañas para usurpar sus tierras de caza.
Un juez que investiga casos de asesinatos masivos es denunciado por los mismos asesinos y condenado por prevaricación.
Una guerra ilegal contra un pueblo con el pretexto de que lo van a liberar de un dictador para llevarlo a la horca, cuando en realidad lo que se busca es el petróleo del subsuelo y para eso no importan los ochocientos mil inocentes asesinados por las bombas.
¿Qué mundo es este en el que ya nadie razona? ¿Qué mundo es este en el que se llama nazis a los combatientes contra el fascismo en España que después continuaron durante años luchando en Francia, Italia y Bélgica para vencer a los alemanes mientras los fascistas ayudaban a Hitler con la División Azul?
Como diría Obélix: ESTOS ROMANOS ESTÁN LOCOS.
Pero la realidad es que avanzamos obnubilados por no querer detenernos a razonar, hacia una debacle de la civilización mundial extendiendo el odio en forma ya de chapapote que contamina las conciencias.
Sublime sr. Rajoy que siendo vicepresidente del gobierno Aznar y seguramente por sus años, su experiencia y tal vez su cultura debiera saber qué es el petróleo y cuales sus comportamientos como elemento físico, sin embargo no parecía saber que ¡nunca se solidifica en contacto con el aire! Poco tiempo atrás de que se produjera el desastre del Prestige, en Alaska ocurrió con el hundimiento del Exxon Valdez una catástrofe ecológica por el vertido al mar de millones de barriles de petróleo de las mayores consecuencias, tanto que aún hoy no se han podido solucionar. Pero el parlanchín personaje habituado a recitar letanías sin importarle el contenido ilustrativo nos quiso convencer de que la plastilina usada en sus juegos por los niños es un elemento de las mismas características físicas inofensivas que aquel chapapote que tanto daño hizo a la economía pesquera.
Sufro por el mundo que dejo aquí a mis nietos, porque ya no hay culpables cuando las víctimas no se rebelan y las revoluciones sociales para evolucionar son denostadas eficazmente por los involucionistas cavernarios que mantienen el poder.
***Escribí esto que sigue en agosto de 2008 y parece que no ha dejado de ser actual.***
Es mucho mas factible que un barco desaparezca en alta mar, que que lo haga en la Place de la Concorde de París.
La noticia debiera ser que ha desaparecido un barco, que no se sabe nada de él y que probablemente como navegaba o se encontraba a la deriva, al no conseguir enfilar la dirección del alto oleaje en perpendicular al avance dentro de una tormenta, sufrió daños en el casco por el desequilibrio del centro de gravedad y el desplazamiento consecuente de la estiba.
Ese fue el caso del petrolero Prestige, que no debió ser abandonado a la deriva en alta mar, sino ser atoado hasta el puerto de Ferrol en donde no se habría partido en dos mitades al sufrir el vacío de un seno entre dos olas, y después de encontrarse en aguas quietas ser su carga transvasada a depósitos o a otro barco.
Encarcelaron al Capitán que no era responsable de nada, pero si lo era el Gobierno Español que en un país como España de tradición prestigiosa marinera en donde existen ingenieros navales de la mayor reputación en el mundo, ningún responsable gubernamental les consultó y sin embargo haciendo mal uso de su autoridad, alguien ordenó a la Marina que alejaran el barco de la costa.
No entiendo cuales fueron las razones que llevaron al Tribunal a exonerar al responsable del Gobierno mientras se culpaba al Capitán, porque el razonamiento del casco simple no vale ya que no estaba prohibido aún por las leyes marítimas internacionales.
Pensaba que la culpa sería de Zapatero o de los sindicatos, pero no.
Ahora en serio. La sentencia sale 11 años después sin culpables sobre «los hilillos de plastilina» aunqueen aquel momento el responsable, Álvarez Cascos, se fuese de caza con el petróleo en la costa.
Esto nos indica que si Ana Botella se vuelve a ir a un spa de lujo este fin de semana, dentro de 11 años sabremos que Madrid está llena de mierda por culpa de nadie y Ana Botella será presidenta por una mayoría absoluta otorgada por la madura sociedad española.