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La tasa sobre las transacciones financieras encara la recta final
Las ONG, con el apoyo de la oposición parlamentaria, reclaman al Gobierno que aplique la tasa que está tramitando la Unión Europea en enero de 2014 y cifran la recaudación por esta vía en 5.000 millones de euros anuales
Aplicar una tasa sobre las transacciones financieras permitiría a España ingresar 5.000 millones de euros extra cada año para destinarlos a fines sociales. Así lo aseguran las ONG miembros de la Alianza Tasa Robin Hood, el nombre con el que han rebautizado la Tasa Tobin, ideada por el economista estadounidense James Tobin en 1971 y que en los años 90 se convirtió en una de las principales demandas del movimiento antiglobalización. El dinero recaudado a través de este impuesto, reclaman las ONG, serviría para mantener y mejorar los servicios públicos, reducir los niveles de pobreza y ayudar a los países más pobres a adaptarse al cambio climático.
Más de 40 años después de que Tobin lanzase su propuesta en la Universidad de Princeton, la aplicación de la tasa está más cerca que nunca. El inicio de la crisis financiera de 2008 dio alas a la sempiterna reivindicación de que las operaciones especulativas en el mercado financiero deben contribuir a financiar las necesidades sociales, y la Unión Europea (UE) estudia en estos momentos un dictamen emitido por la Comisión que insta a implementar este gravamen a partir del año 2014.
El acuerdo prevé que la tasa se aplique sobre tres tipos de transacciones financieras: la compra-venta de acciones, que se gravaría con un 0,5%; los productos derivados, con un 0,05%; y la compra y emisiones de bonos, con el 0,5%.
El impuesto se aplicará en un total de 11 Estados europeos, que son los que han suscrito un acuerdo de cooperación reforzada y han constituido grupos técnicos de trabajo para terminar de afinar la implantación. Además de España, en la lista están Austria, Alemania, Bélgica, Estonia, Eslovenia, Eslovaquia, Francia, Grecia, Italia y Portugal.
Trabas del sector financiero
Las presiones del sector financiero, sin embargo, están dilatando el proceso. “Los operadores financieros están buscando por todos los medios que la tasa sea lo más pequeña posible, por una parte, y por otra que afecte a los menos productos posibles, y están presionando a los gobiernos. Esto está generando una presión sobre los niveles técnicos que está haciendo que todavía no sepamos en qué momento se va a implantar”, explica el director de campañas de Intermón Oxfam y representante de Alianza Tasa Robin Hood, Jaime Atienza.
La idea inicial de Tobin, que planteaba un impuesto de entre el 1% y el 2,5% sobre las transacciones financieras, se ha ido modificando, rebajando el tipo de interés a las que estarían sujetas hasta los niveles que se plantean actualmente. “Los operadores financieros lo que quieren es que sea una tasa cero para todo. Han conseguido presionar para que sea lo más baja posible, emitiendo informes en los que esgrimen que si introducimos la tasa generará distorsiones importantes, efectos negativos, que será difícil recaudar… Esto es lo que está ocurriendo por debajo de la mesa, y lo que está frenando que la cosa vaya más rápido”, señala Atienza.
Personalidades de reconocido prestigio en el ámbito económico apoyan la aplicación de la tasa. Expertos en economía como los premios Nobel Joseph Stiglitz y Paul Krugman, e incluso destacadas figuras del ámbito empresarial como Bill Gates y el contratista Warren Buffet se han sumado al clamor por la implementación del impuesto, que permitiría recaudar fondos de los miles de millones de euros que cada año se mueven en operaciones especulativas de dinero.
Medio billón de euros anuales
La Alianza Tasa Robin Hood, integrada por ONG como Oxfam Intermón, Save the Children, Salud por Derecho, InspirAction, Greenpeace, Amigos de la Tierra y Ayuda en Acción, entre otras, asegura que el impuesto sobre las transacciones financieras permitiría recaudar entre 150.000 y 520.000 millones de euros anuales en todo el mundo.
Francia e Italia ya han comenzado a aplicar el impuesto. En el Reino Unido hace años que existe un gravamen sobre la compra-venta de acciones, y Alemania ha anunciado que quiere que la tasa esté funcionando antes de las elecciones europeas, es decir, en el primer trimestre de 2014. La Alianza Tasa Robin Hood reclama al Gobierno español que no espere a que finalicen los trabajos de la Unión Europea y prevea la aplicación de la tasa en los Presupuestos Generales del Estado de 2014, una petición a la que se han sumado los grupos parlamentarios del PSOE, Izquierda Plural, UPyD, CiU, PNV y el Grupo Mixto.
[Diputados de la oposición escenificaron este martes frente al Congreso su apoyo a la Tasa Robin Hood]
Las ONG emplazan al ejecutivo presidido por Mariano Rajoy a seguir la estela de Francia e Italia y, además de implantar la tasa a partir del 1 de enero de 2014, garantizar que los fondos recaudados por esta vía vayan destinados a cubrir necesidades sociales en el marco de la crisis, reforzar las ayudas en cooperación internacional y la lucha contra el cambio climático. “Lo que se va a generar es una bolsa nueva de recursos, y el Gobierno puede esperar hasta el último minuto y regular sobre la marcha o puede establecer desde ya, y es una señal política importante, que la tasa se recaude en el año 2014. Además, se debe garantizar que los recursos no van a ir destinados a la bolsa general del presupuesto y se van a perder en pagar intereses de la deuda, sino que van a ir destinados a estos fines”, apunta Atienza.
Un colchón contra las catástrofes
“La Tasa sobre las Transacciones Financieras es clave para responder a catástrofes humanitarias como la de Filipinas. Con poco más de dieciséis millones de euros de presupuesto para acción humanitaria no es posible que España atienda a nueve y medio millones de afectados por el Tifón Haiyan, a los más de ocho millones de afectados por el conflicto de Siria y a otras crisis humanitarias que surjan en 2014”, señala Atienza.
Este impuesto se revela como más necesario que nunca, apunta el representante de la Alianza, porque además del incremento de las necesidades sociales en el país que ha causado la recesión económica, “la partida destinada a Ayuda Oficial al Desarrollo ha sufrido un nuevo recorte, quedándose en un 0,17% de la Renta Nacional Bruta, lo que significa un retroceso a los niveles de los años 90”.