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Teatro para combatir el desinterés de los jóvenes hacia la cultura
MADRID// “Es extraordinariamente preocupante que los adolescentes españoles estén tan desvinculados de la cultura. Y no es culpa suya. En España hay una horquilla de abandonados, un sector de chavales de entre 12 y 20 años, para los que la industria no trabaja“. Tratar de paliar este abismo entre los adolescentes y el arte, según el director artístico de la Joven Compañía, David Peralto, fue el motivo por el comenzó a forjarse este proyecto.
Y será una adaptación contemporánea de Fuenteovejuna, de Lope de Vega, la obra con la que abrirán una temporada en el teatro Conde Duque de Madrid, cuyo objetivo será que los adolescentes se enganchen al teatro. “Todos hemos tenido un recuerdo especial en nuestra vida en el que se nos movió algo por dentro a partir de un concierto o un espectáculo teatral“, prosigue Peralto. “Y es precisamente esto lo que vamos a tratar de generar en los chicos que vengan a vernos“.
Para los jóvenes por los jóvenes
Con esta finalidad en mente, David Peralto, que además es docente, quiso involucrar a los departamentos de Lengua y Literatura española de los diferentes centros educativos públicos, en un principio, de la Comunidad de Madrid. Primero se reúnen con los profesores para hablar sobre la falta de interés que muestran los adolescentes respecto a la cultura. Después, en función de la obra que vaya a representarse, se crea un paquete de actividades para ayudar al educador a que los jóvenes comiencen a implicarse.
Cada profesor, en función de su metodología, crea fichas de actividades que abarcan todo el proceso desde que saben que van a ir al teatro hasta cuando ya ha pasado el evento. De las alrededor de 24 representaciones que se harán de Fuenteovejuna entre el 11 y el 30 de noviembre, únicamente nueve de ellas se harán en sesión de tarde, de jueves a sábado. El resto tendrán lugar en matinés, de lunes a viernes, para que los centros públicos puedan integrarlas dentro de sus actividades escolares.
Otro aspecto fundamental es la relación entre los integrantes de la compañía, compuesta por estudiantes de interpretación, escenografía, música o comunicación, de entre 18 y 23 años, y el público al que va dirigida la obra. “Que los actores vayan a los colegios a hablar con los adolescentes, que los chicos puedan tener como referentes a gente de su edad que se preocupa, habla y vive para la cultura, para el teatro, ayuda a establecer vínculos entre ambos mundos“, relata Peralto. Además, después de cada matiné hay un coloquio en el que dialogan con los estudiantes para que planteen sus dudas, expliquen cómo se han sentido o expongan sus quejas.
La Joven Compañía
Según Peralta, las compañías profesionales formadas por jóvenes son muy habituales en los países anglosajones y es sobre la base de la exitosa experiencia de países como Gran Bretaña o Estados Unidos sobre la que han creado la Joven Compañía. “Es fundamental que todos los que trabajan aquí ya tengan claro a qué se quieren dedicar y que estén estudiando para ello. Es la única forma de que estén realmente comprometidos con el proyecto“.
Todos ellos están guiados por un grupo de expertos que, según Peralto, “es lo mejor del mundo profesional actualmente“. Por ejemplo, José Luis Arellano, director de esta adaptación de Fuenteovejuna, que trabajó, entre otros lugares, como ayudante de dirección de Mario Gas en la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Es este carácter marcadamente profesional el que distingue a esta compañía joven del resto que hay en España que, por cómo está configurado el mercado laboral en este ámbito, suele ser amateur.
Fuente Ovejuna es el único clásico incluido en la programación de la compañía para esta temporada. Según Alejandro Chaparro, uno de los actores, es una apuesta que va a gustar mucho a la gente joven. “Primero porque no se ha concebido como un clásico de época. Mantenemos la forma, que es el verso, pero el montaje es contemporáneo“.
María Romero, otra de las actrices de la Joven Compañía, añade que “hoy en día nos agarramos más al cine, o a la tele porque somos menos pacientes, lo queremos todo ya. Y con este montaje intentamos seguir un poco la línea audiovisual, de efectos especiales, que se pueden ver en el cine“. Una ventaja a la que otro de los integrantes de la obra, Enrique Cervantes, suma la de la edad. “Tenemos una forma de entender los temas que se tratan en Fuenteovejuna muy similar a la del público al que queremos llegar. No es lo mismo que a un chico de 17 años le hable sobre el abuso de poder o el amor otro de 19 a que se lo cuente uno de 40“.
¿Es que acaso un clásico, representado con un montaje tradicional, no podría llegar a los jóvenes? “Por supuesto que sí“, responde David Peralto. “Lo que pasa es que Fuenteovejuna trata sobre un cambio de era, el paso de la Edad Media al Renacimiento, que es algo parecido a lo que ocurre hoy y fue lo que Arellano quiso plasmar. Y consideró que con un montaje contemporáneo podía hacerlo mejor“. Precisamente eligieron esta obra de Lope de Vega porque las emociones que trata “son muy básicas, se basan en conceptos muy primarios, que es uno de los factores que la hace más apropiada para enganchar a los adolescentes“.
Más obras esta temporada
Aún hay entradas disponibles para que los alumnos de los centros que quieran hacerlo puedan asistir a los matinés de Fuenteovejuna. Pero no es la única oportunidad que los profesores van a tener para acercar a los jóvenes al teatro. La Joven compañía estrenará otras dos obras, esta vez contemporáneas, en enero y abril del próximo año, también en el Conde Duque. Dos textos escritos especialmente para este proyecto por dos dramaturgos españoles: Guillem Clua y José Manuel Mora.
David Peralto explica que esto es algo habitual en los países en los que proliferan las jóvenes compañías donde se mezclan profesionales de prestigio con personas que recién empiezan. “Además de tener el privilegio de trabajar con obras que han sido especialmente pensadas para nosotros, también sirve para que los autores más jóvenes tengan una plataforma desde la que exhibir sus creaciones“.
Invasión, de Clua, será la primera en representarse. Trata de tres historias de amor que tienen lugar en la Guerra Civil, la de Afganistán y una invasión alienígena, en las que, además, aparecerán sospechas de espionaje. Superhéroes, de Mora, se estrenará a finales de abril. Una obra que aborda la importancia de la tolerancia y la integración a partir de las pifias de algunos pretendidos superhéroes a los que todo les sale mal.
Que los adolescentes descubran la magia del teatro, que los recién iniciados actores, escenógrafos o músicos tengan un lugar desde el que comenzar a relacionarse con el mundo profesional y que sirva como plataforma para aquellos dramaturgos que no encuentran un lugar en el que estrenar sus creaciones. Estos son los retos a los que se enfrentan todos los integrantes de la Joven Compañía sobre la base de una meta muy clara: salvar el abismo cada vez más pronunciado entre los jóvenes y el arte. “Es imposible que tenga futuro un país en el que la cultura y la sociedad caminan separados“, sentencia Peralto.
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