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Canal Nou: de la autogestión a la reconquista a golpe de decretazo
El PP se reúne dos veces en plenos extraordinarios para elegir un nuevo Consejo de Administración y dejar sin el control del ente y de su programación a los trabajadores.
VALENCIA // Ayer, tras el anuncio de la Generalitat del cierre de la radio y la televisión públicas valencianas, dimitió la directora general del ente autonómico. Tras ella, se fueron otros cuatro (de los nueve) consejeros nombrados por el Partido Popular. Y después de ellos, comenzó el goteo constante de dimisiones: cargos intermedios, jefes de informativos, de gestión…
Esta misma tarde, el gobierno de Alberto Fabra se ha reunido de urgencia dos veces y, en una decisión sin precedentes, ha aprobado un Decreto Ley para modificar la norma sobre RTVV que promulgaron hace un año. De ese modo, pueden nombrar a los nuevos consejeros sin que tengan que ser ratificados por Les Corts.
Con esta medida, el Gobierno valenciano ha vuelto a tomar el mando de la televisión y la radio públicas. El siguiente paso ha sido nombrar a un nuevo director general, Ernesto Moreno, quien se encargará de gestionar el cierre del ente público. Los otros consejeros son José Serralde, Bartolomé Orozco, Lluís Bertomeu y Vicente Burgos.
El vicepresidente ha justificado esta medida por la “excepcionalidad” de la situación y para “garantizar el servicio público”.
La normalidad anormal
Y mientras tanto, ¿qué está pasando en Canal Nou? Pues dentro, en los estudios centrales de Burjassot, todo se vive con relativa calma y a la espera de nuevas noticias. Una normalidad dentro de lo anormal. Los trabajadores han hecho un llamamiento para que se continúe con la programación. Lo que no saben es hasta cuándo. Císcar tampoco ha dado plazos.
De hecho, el comité de empresa, ha instado al Consell en una nota a “negociar la continuidad” de la tele y la radio, y ha explicado que no van ser ellos “quienes echen el cierre a RTVV”, por lo que continuarán con la programación habitual.
De puertas hacia dentro, la situación es totalmente anómala. Muchos no tienen muy claro cuál es su labor, hay una falta de dirección y los trabajadores están empezando a hacer una extraña autogestión con fecha de caducidad. Otros han dejado su cargo porque no se ven capaces de asegurar unos mínimos de profesionalidad.
Entre cables y micros, un técnico de sonido recuerda que “hoy tenía que estar en Alicante, en la presentación de la Alqueria Blanca (un programa de producción propia), pero claro, se ha anulado, y sólo me han dicho que venga a mi puesto de trabajo y que cumpla mi horario laboral”.
Un sueño que ha durado poco
Los presentadores tienen más claro su trabajo. Amalia Sebastián presentó ayer su informativo soñado, sin manipulaciones y sin nadie detrás que le estuviese vigilando. Así explica su sensación: “Fue un día muy especial, por primera vez nos dejaron hacer lo que sabemos hacer, y demostramos que los profesionales somos equiparables a cualquier otra tele y que podemos hacerlo si nos dejan”. Sobre la falta de mandos de estos dos días, Sebastián asegura que el funcionamiento así es “más participativo, casi asambleario”.
Pese a las decisiones del Consell, los trabajadores siguen con su trabajo, pasan por los pasillos, se cruzan, se miran, algunos murmuran cosas en voz baja. Tienen heridas que no han cicatrizado todavía, heridas entre aquellos que se manifestaban contra el ERE día tras día y los que se mantuvieron en un segundo plano. De hecho, entre muchos trabajadores molesta que sean justo ahora los que siempre habían sido señalados como los más “serviles” con el poder los que salgan a protestar y a dar lecciones.
Desde el comité de empresa, sin embargo, consideran que no es momento de luchas entre los trabajadores, sino de “seguir trabajando y con la programación hasta que nos la cierren”. Algunos de ellos tienen miedo a que “llegue una noche y nos la apaguen”. De hecho, ayer mismo se cortó la luz. Aún no se saben las causas, y en cualquier caso continuaron funcionando con los generadores.
Entre todas estas declaraciones, y a la espera de que el nuevo Consejo de Administración con fecha de caducidad tome posesión, Canal Nou sigue desgobernada. Ese desgobierno se ve ya desde la puerta de acceso, donde los guardias de seguridad no saben a quién consultar. Nadie sabe a quién dirigirse. “Aquí se han ido las ratas, que son las primeras que abandonan el barco, y nos han dejado a nosotros”, se lamentaba un trabajador.
Hoy la programación de Canal Nou sigue con normalidad. El espejismo de ayer no se sabe cuánto puede durar. Una programación plural y abierta que no terminó de convencer al vicepresidente del Consell, para quien “Canal Nou siempre ha sido plural”. La audiencia y la respuesta de la sociedad valenciana y de los propios periodistas de la televisión y la radio pública le quitan la razón.
He aquí los poderes del PP: los medios de comunicación públicos. En cuanto toman el gobierno la primera medida que toman es privatizar estos medios para el partido.
De hecho, entre muchos trabajadores molesta que sean justo ahora los que siempre habían sido señalados como los más “serviles” con el poder los que salgan a protestar y a dar lecciones.
Esta frase lo dice todo. A esa gente ni agua y ya me pueden decir los del Comité misa, que también están en el ajo. ¿Que es eso de unidad de los trabajadores? Esa gentuza que critica ahora al poder cuando antes fueron serviles no es más que una careta, ahora que se jodan estos, los del Comité y las ratas que se van o que vienen a gestionar la nada.