“No nos van a cerrar la tele, si nos llevan a negro la volveremos a abrir”

“Voy a dar la peor noticia que jamás hubiera podido dar”. Así empezaban los peores dos minutos de Frederic Ferri delante de una cámara. En riguroso directo, el coeditor y presentador de Nou 24, el canal de noticias de la RTVV, fue el primero en comunicar a los telespectadores la decisión de cerrar la Radio Televisión Valenciana tomada por el Gobierno de la Generalitat. Eran las 19:43 de la tarde. Menos de una hora después, Amalia Sebastián e Iñaki Espeso confirmaban la noticia en el informativo de la noche de Canal Nou, rodeados por todos sus compañeros. El mensaje era claro: «Nuestra voluntad es trabajar y continuar las emisiones con normalidad». Y así lo han hecho. El miércoles, los trabajadores ‘tomaban’ los estudios y seguían emitiendo. La directiva del ente dimitía esa misma tarde.

Aunque el presidente Alberto Fabra aseguró este miércoles que el cierre es “innegociable” y se negó a asumir ningún tipo de responsabilidad política por la gestión de RTVV, Frederic Ferri, que también es miembro del comité de empresa, es tajante: “no la van a cerrar, y si la cierran, la volveremos a abrir, llegaremos hasta el final por la vía judicial”. El presentador, que asegura que la tarde del martes fue una auténtica montaña rusa de sensaciones, “primero con la noticia de la anulación de ERE y luego con la del cierre”, está convencido de que “la decisión ha venido de Madrid” y que a Fabra “le han aconsejado muy mal, algo que podría llegar a costarle el cargo”. El ERE de extinción planteado ahora por el Gobierno valenciano dejaría a 1.700 personas sin trabajo, unas 700 de la plantilla actual y otras 1.000 del expediente anterior, que deberán ser readmitidas después de que el Tribunal Superior de Justicia de Valencia anulara los despidos.

El presentador también apunta que “del mismo modo que Rajoy no puede cerrar RTVE mañana, Fabra tampoco puede hacer lo que le venga en gana con el único canal que emite en valenciano”. En este sentido, Ferri indica que “tendrán que aprobar una ley en las Cortes Valencianas y es cierto que tienen mayoría absoluta, pero habrá diputados del PP a los que les cueste mucho votar a favor del cierre. Canal Nou y RTVV en general representa mucho para los valencianos”.

Agujero de 1.200 millones

El presidente Alberto Fabra hizo especial hincapié en que la administración no puede hacer frente a los supuestos 40 millones de euros anuales que costaría la readmisión de los trabajadores y que la supervivencia de la radiotelevisión es “incompatible” con garantizar los servicios públicos. Sin embargo, el comité de empresa del ente público considera que la RTVV es “perfectamente viable” y, “a pesar de las mentiras del señor Fabra sobre la situación real de la empresa”, ha querido insistir en “la voluntad de negociación por parte de los trabajadores”. Una falta de predisposición de la que el propio Fabra se quejaba en la negociación del ERE con los sindicatos y que la sentencia del TSJV deja en evidencia indicando que “la empresa actuó con mala fe negocial”.

Más allá de esos 40 millones de euros, lo cierto es que la Radio Televisión Valenciana, en el momento en el que llegó el PP al Gobierno de la Generalitat, tenía apenas 16 millones de euros de deuda, unos 600 trabajadores y aproximadamente un 20% de share. Si el PP finalmente cierra la televisión, lo hará con 1.200 millones de deuda, 1.700 trabajadores en la calle y una audiencia de menos del 4% de cuota de pantalla, aunque bien es cierto que con una competencia con muchos más canales. Para Ferri, “los desmanes cometidos por los gobiernos del PP han quedado impunes y previsiblemente quedarán impunes, cero responsables”.

En el comunicado de los trabajadores, emitido el martes, éstos señalaban que exdirectivos de la empresa “están implicados en casos de corrupción ligados al caso Gürtel, imputados en casos de abusos sexuales a trabajadoras de esta casa” y que “además, han hecho un ERE ilegal y ahora los trabajadores hemos de pagar los platos rotos y renunciar a un servicio público”.

En el limbo

En septiembre de 1989, el Real Madrid ganaba al Catellón 0 a 1 en Castalia. Gol de Butragueño. Ya ha llovido desde entonces pero Miguel Ángel Picornell, la sempiterna voz del futbol en Canal Nou, cantaba por primera vez un gol en valenciano. 24 años de profesión que se vieron truncados por el ERE del año pasado. Esta fue su última retransmisión como trabajador del ente público valenciano.

“Me siento doblemente robado; primero me robaron mi plaza sacada en una oposición cuando me echaron y ahora parece que me van a robar también la televisión pública”. Picornell, que en estos momentos está trabajando en la cadena SER, habla de “chapuza constante de los políticos”, que ahora tendrán que readmitir a los trabajadores antes de ejecutar el ERE de extinción anunciado por Fabra. Esto deja a mil trabajadores, entre los que se encuentra Picornell, “en el limbo”. “Me siento como en el día de la marmota, tendré que volver otra vez a vivir todo el proceso, un cacao que les va a costar caro”.

Y es que mantener a los trabajadores cuesta, según el Gobierno, pero echarlos también. El comité de empresa cifra en más 100 millones el gasto en readmisiones y el ERE de extinción, con otro ERE por delante que ya ha costado 35 millones de euros. Además habría que sumar las indemnizaciones que tendrán que pagar a las productoras a las que se había adjudicado tres lotes de elaboración de programas por valor de 9 millones de euros.

Sobredimensiones, despilfarros e ideología

Tanto Picornell como Ferri opinan que la plantilla está sobredimensionada, pero que eso no compete a los trabajadores “sino a los gobiernos del PP”. “Había que haber planteado el ERE de otra manera; no hubo ni una baja incentivada, ni propuestas de reducción de jornada. No hubo nada. Nos echaron a golpe de reforma laboral, 20 días y 12 meses y para casa”, recuerda el locutor deportivo. Además, “fue un ERE político, de simpatías,  tal y como se refleja en la sentencia del TSJV, que no tiene desperdicio”, en referencia a que, según el juez, el ERE vulneró “los derechos fundamentales de los trabajadores y genera discriminación entre unos y otros afectados porque incumple el principio de igualdad».

La supuesta falta de libertad, de la que se ha acusado a la RTVV en repetidas ocasiones, se refleja en que “aquí cada presidente traía a un nuevo equipo”, señala Picornell. “A mí me tuvieron en el pasillo sin hacer nada cinco años porque se suponía que era Zaplanista y a los de Camps no les gustaba; es ridículo, llevamos 20 años con el PP en Valencia y la sensación en la televisión era la misma que si hubiera habido cambios de gobierno”. En este sentido, resulta muy esclarecedora la carta escrita por Iolanda Mármol y recogida en varios medios este martes.

El cierre de la RTVV implica, según Picornell, el cierre de la televisión vehicular del valenciano, “la cercana, la que cubre las fallas, los moros y cristianos, la que refleja la cultura y las tradiciones de los valencianos y no la que competía con las privadas por los derechos deportivos, la del despilfarro y la telebasura, la de las visitas del Papa; esa no, esa no nos hace falta más”.

[Este artículo fue publicado originalmente en Información Sensible]