Opinión
El casco de minero que ignoró Rajoy
"Me gustaría pensar que don Mariano no se alejará ahora de la responsabilidad que como presidente del Gobierno le incumbe y asistirá a los funerales por las víctimas del pozo minero leonés. Pero me temo que hará lo mismo que con el casco", afirma el autor.
Pozo Emilio del Valle de la Hullera Vasco-Leonesa de Santa Lucía, municipio leonés de Pola de Gordón. Seis mineros perdieron la vida este lunes intoxicados por gas grisú. Dos de ellos acudieron a ayudar a las primeras víctimas. Ese gas, compuesto por metano, es un fantasma mortal que a veces aparece y siega la respiración de los trabajadores en lo hondo de la tierra.
Quienes hayan visitado en la localidad asturiana de El Entrego el magnífico Museo de la Minería y la Industria, se darán cuenta de la terrible angustia que pueden suponer esos minutos de agonía antes del último aliento. Para combatir al grisú cuentan los mineros con lo que se llama autorrescatador, un sistema que facilita la respiración durante media hora y que mediante dióxido de potasio permite la regeneración del aire expirado por el trabajador en ese tiempo. A los mineros de Santa Lucía no los salvó el autorrescatador. La rápida acometida del grisú no les permitió ni siquiera abrirlo.
Es una pena que el actual presidente del Gobierno no haya recogido el casco de un minero de una explotación leonesa que el año pasado le ofreció como regalo un senador socialista en el Congreso, con motivo del conflicto que vivió el sector del carbón. El senador se llama Ibán García del Blanco y se acercó hasta el escaño de Rajoy con este mensaje: «Me han pedido los mineros que se lo entregara para que así pueda bajar a verles». En esas fechas, ocho mineros permanecían desde el 21 de mayo encerrados en la explotación leonesa de San Cruz del Sil con el objetivo de reclamar ayudas para el sector.
El jefe de gabinete del presidente, Jorge Moragas -¿de qué se ríe Moragas en esa imagen?-, y los escoltas del jefe del Ejecutivo trataron de impedir que el senador se acercara al escaño, acabando los guardaespaldas por llevarse del brazo a García del Blanco para alejarle del presidente.
Me gustaría pensar que don Mariano no se alejará ahora de la responsabilidad que como presidente del Gobierno le incumbe y asistirá a los funerales por las víctimas del pozo minero leonés. Pero me temo que hará lo mismo que con el casco.
PD.- Una vez escrito este artículo, me llegan estas líneas de Emilio Silva, uno de los fundadores de la Asociación para la recuperación de la Memoria Histórica, comentando la portada en pro de la solidaridad con los mineros del viejo diario republicano La Libertad: «La palabra minero ha sido muchas veces sinónimo de tragedia. Tras la revolución de octubre de 1934 el diario la Libertad, vinculado a Izquierda Republicana, inició una suscripción popular para ayudar a los huérfanos que dejó la dura represión del general Franco. Mi abuelo hizo una pequeña donación y apareció en una lista en ese periódico. Menos de dos años después sus restos fueron abandonados en una cuneta donde un grupo de pistoleros falangistas lo asesinaron junto a otros trece hombres. Algunas suscripciones son anónimas; otras hechas por un «estudiante de violín», «un simpatizante» o «un lector de muchos años de este gran periódico republicano de verdad». ¿Cuántos de los y las que aparecen en esa lista sobrevivirían a la represión franquista?».
Y Rajoy sigue sin venir…y ni Soria ni él hace falta ya que vengan